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Avance ruso deja imágenes de destrucción y éxodo en Ucrania

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Varios contrastes han vivido los ciudadanos ucranianos, en las primeras jornadas de la invasión militar rusa, bajo la mirada atónita de Europa y Estados Unidos, que -sin intervenir directamente- han preferido la vía de las amenazas y sanciones económicas como manera de persuadir a Moscú, hasta ahora sin resultados.

Así, no han sido noches de sosiego en las principales ciudades de ese país. El inminente incremento de la presencia de tropas rusas -corroborado en la interceptación de proyectiles aéreos y de aviones enemigos durante la madrugada-, sumado a la amenaza cierta de los invasores de llegar a la capital, Kiev, dio paso a un amanecer, en el día siguiente a que comenzara el ataque en que se vio en los edificios residenciales e infraestructura pública varios de los efectos de la acción militar rusa.

En paralelo, en diversas partes del mundo, desde Sri Lanka a Inglaterra, desde Australia a Brasil, se han venido dando cita numerosas manifestaciones a favor del pueblo ucraniano, pidiendo el fin de la crisis bélica y responsabilizando, por cierto, al líder ruso, Vladimir Putin, por las acciones que hasta ahora han costado la vida a al menos dos centenares de personas.

Hasta ahora, el propio presidente Vladimir Zelenski ha encabezado la conformación de grupos de defensa territorial: ciudadanos organizados en milicias, que recibieron armas del Ejército, con el fin de incrementar las fuerzas locales en completo desequilibrio frente al poderío ruso. El mandatario se mostró en las calles llamando a los vecinos a resistir.

Mientras ello ocurre, las tropas rusas siguen avanzando, sin cuartel, desde las zonas fronterizas hacia la capital Kiev. De hecho, al cierre de la edición del viernes, se esperaba que pudiera ocurrir una irrupción definitiva sobre la principal urbe ucraniana, con el Kremlin incitando a la población a derrocar al gobierno.

En dicho escenario, la única luz de esperanza es la posibilidad de un diálogo entre ambas partes, en sede neutral, lo que al menos en Ucrania habría sido bien recibido