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-Bueno, la figura del delegado regional como la conocemos va a desaparecer. Efectivamente, estamos en un contexto muy vertiginoso, donde, a la vuelta de la esquina, tenemos el plebiscito de salida de la constituyente y que, probablemente, cambie mucha de la organización y el funcionamiento de las regiones y de las comunas y, por tanto, hemos estado hablando este punto con los gobernadores y gobernadoras. Porque, por ejemplo, si uno de un día para otro terminara con el delegado, los seremis responderían a Santiago, ya no habría un intermediador; entonces, esto es complejo, los procesos de descentralización son complejos, hay una inercia centralista y, por eso, tenemos que trabajar con mucho cuidado. El compromiso presidencial de terminar con el delegado tal cual y como está se va a cumplir; la ministra Siches recorrió el país con este mensaje y estamos trabajando junto con los gobernadores para encontrar el mejor camino y que esto sea una solución y no sólo para cumplir con una promesa que termine generando más centralismo dentro de una región.

Usted habló de avanzar en traspaso de competencias hacia los Gobiernos Regionales, ¿cuáles son las medidas o propuestas para avanzar en aquello y cuáles serían esas competencias?

-Hoy día, nosotros como gobierno lo estamos trabajando. La asociación de gobernadores y gobernadoras nos hizo entrega de un listado inicial tentativo que, en general, son las presidencias de algunas comisiones; por ejemplo, la comisión de evaluación ambiental, que hoy la preside el delegado o delegada regional, y pareciera ser razonable que debiera presidirla el gobernador o la gobernadora, porque es una decisión que afecta el desarrollo de una región, por tanto, esa persona electa democráticamente debiera tener un mandato para participar en esas votaciones. Y, así, hay otras comisiones propuestas, pero, esta es una conversación que estamos teniendo con los gobernadores y creo que no es tan bueno adelantarse, porque cada una de estas funciones y competencias tiene su complejidad y, también, por ir muy rápido uno puede traspasar una competencia y si se la traspasa sin financiamiento termina siendo un costo para la región.

Por ejemplo, el gobierno anterior, en un periodo de transición de esta ley, traspasó el cierre de calles. Los gobernadores han dicho que nunca pidieron esa competencia y, además, les genera un costo, porque tienen que publicarlo en el Diario Oficial. Para nosotros, ese no es símbolo de desarrollo regional, está bien que el seremi de Transportes tenga la atribución y revise los cortes de calles; no camuflemos como traspaso de competencias cosas que no sirven al desarrollo regional. Las que sirven, vienen con recursos y tienen que ver con poder tomar decisiones y, también, con ejecutar gasto público.

Hoy el gobernador regional solicitó que la Subdere pueda entregar atribuciones a organizaciones para que éstas administren proyectos; hizo alusión, al Parque Urbano Catrico, a la Comunidad Humedal y a comunidades originarias cercanas al volcán Villarrica, ¿es posible avanzar en esto y cómo?

-La Subdere está para apoyar estos proyectos. Hay algunos que son de más largo plazo e involucran más plata. En este caso, hay un fondo particular, donde el gobierno anterior dejó asignado, en sólo tres meses, casi el 90 por ciento del presupuesto de todo el año; por tanto, estamos con algunas restricciones, pero sí, estamos comprometidos con los gobiernos regionales y donde se necesite apoyo vamos a entregarlo, no podemos cruzar nuestra frontera de presupuesto, pero podemos jugar un rol articulando recursos de otros ministerios, jugar de mediocampista y poder ayudar a construir más asociatividad.

¿Cómo observa la idea de Estado regional y por qué cree que ésta asusta a algunos sectores?

-Los cambios, en general, asustan a quienes se han acomodado en el statu quo. Creo que Chile, para desarrollarse, necesita regiones empoderadas, que tengan autonomía productiva y regiones que puedan pensar su futuro; y eso en nuestro país no ocurre, y lo pagan los más pobres, de las regiones y sectores más pobres de nuestro país. Un Estado regional, efectivamente, sólo con el titular, no va a cambiar las cosas, pero la Convención está haciendo un trabajo bien profundo respecto al sentido de la descentralización, discutiendo sobre las funciones y atribuciones que se van a dar en las regiones y, también, vinculado con la discusión acerca de la cámara regional. La verdad, es que confío bastante en el trabajo que está haciendo la Convención y creo que allí hay una representación mucho más real del Chile en el que vivimos que, por ejemplo, la que hay en el Parlamento.

Si la Constitución no es aprobada, ¿existe el compromiso del gobierno de seguir avanzando en materia de Estado regional?

-No creo que el 80 por ciento que aprobó tener un proceso constituyente se haya diluido en el transcurso de un año. No lo creo. El gobierno se va a alinear con el resultado de ese plebiscito; en cualquier caso, el nuestro es un gobierno regionalista y vamos a ir en esa dirección. En mi opinión personal, Chile quiere cambios y quienes viven en regiones quieren más poder en las regiones y no menos, por tanto, creo que lo que propone la Convención está alineado con un sentimiento mayoritario.

Con relación a los municipios, se habla de comunas autónomas en las propuestas de la Convención, ¿pero cómo ir avanzando en estas materias mientras tanto, porque la Constitución puede o no ser aprobada, y de serlo, pasará un largo tiempo antes de ver concretadas estas iniciativas?

- No vamos a poder esperar a la Convención para avanzar, decididamente, en un proceso de descentralización; por ejemplo, hemos hablado con alcaldes, alcaldesas, gobernadores respecto a la excesiva burocracia de la firma que tiene el URS (Unidad Regional Subdere); creo que un ciudadano común no se podría imaginar la cantidad de firmas que tiene un proyecto para poder ejecutarse, tanto así que hay proyectos que cuando se ejecutan ya están fuera de contexto. El Estado tiene que llegar oportunamente y la excesiva burocracia va en contra del interés común de las personas. Hay cambios pequeños que se pueden hacer, que involucran voluntad política y no grandes recursos, que pueden ayudar a mejorar la calidad de vida de las personas.

En otra arista, más vinculada al apoyo material concreto que hace la Subdere y el gobierno a los municipios, dado el momento económico delicado que estamos viviendo y de ciertos brotes inflacionarios, la mejor política anti inflacionaria es la generación de empleo, por tanto, como gobierno vamos a generar mucha inversión en cosas que la gente espera en lo cotidiano, como iluminación de las plazas, apoyar en la reparación de una sede comunitaria, temas de más largo plazo como los alcantarillados; hay distintas inversiones que esperamos poder focalizar, sobre todo, en los municipios rurales y en aquellos que han sido más castigados, quizás, en las regiones; eso es algo que hablamos hoy día (el jueves) con la asociación de alcaldes que está liderada por la alcaldesa Amtmann, de Valdivia, donde creo que impera en ese espacio una solidaridad de trabajo y donde no hay alcaldes que estén a codazos peléandose los recursos de la Subdere, sino que están, de manera colaborativa, construyendo una visión común de un territorio que es la región de Los Ríos, donde todos sus habitantes tienen el derecho de vivir dignamente. Esperamos que con esta asociación, a nivel local, podamos avanzar rápidamente en aumentar la inversión pública en la región.