Sistema político
Decía hace una semana que en la Comisión respectiva se estaba incubando el paso de un gobierno presidencialista a otro de asamblea. Me explico.
No es cierto que el acuerdo de las Izquierdas, logrado por ahora en la cocina de la Comisión, establezca un presidencialismo "atenuado" y un bicameralismo "asimétrico". Lo que se acordó es el reemplazo de la forma de gobierno presidencialista por otra, denominada en la teoría política como "gobierno de asamblea". Se parece al modelo peruano, que tan buenos resultados les ha dado a nuestros vecinos.
Muchos han criticado este acuerdo debido a que advierten el peligro que el Presidente tenga mayoría en la nueva Cámara Única. Sostienen que aquél podría llegar a tener mucho poder, transformándose en un autócrata.
A otros les preocupa la inexistencia de una Cámara revisora y el debilitamiento de la representación de la mayoría de las Regiones. No obstante, creo que hay problemas adicionales, tanto o más relevantes.
Primero, los diputados serán elegidos de la misma manera que los miembros de la Convención, pasando por encima de las bases de la democracia representativa y vulnerando principios como el de igualdad ante la ley y el carácter igualitario del sufragio (paridad de género, escaños reservados para las etnias y, eventualmente, derecho de los "independientes" a pactar con otros "independientes", como ocurrió con la "Lista del Pueblo", la del sr. Rojas Vade).
Segundo, se termina con la iniciativa exclusiva de ley del Presidente cuando ésta implique gasto fiscal. En otras palabras, cumpliéndose algunas condiciones, podrán presentar proyectos de ley que conlleven gasto fiscal.
Mi abuelita habría dicho: "están poniendo al gato a cuidar la carnicería". Riesgoso, a lo menos.
Tercero, se debilita la facultad del Presidente para vetar o impedir las eventuales ensoñaciones del Congreso.
Será como en la universidad. La asamblea es soberana. El Presidente de la República será su vocero. Como alguna vez se dijo en París, "seamos realistas: pidamos lo imposible".
Jorge Eduardo Vives Dibarrart Abogado jevivesd@gmail.com
Déficit de viviendas
Según la Cámara de la Construcción, "en Chile hay dos millones 500 mil personas sin casa (2021)",mientras los campamentos se multiplican a lo largo del país.
Pertenecí a una generación de familias valdivianas,que crecimos bajo un techo ajeno y ni en sueños tener casa propia. Nuestros padres o tutores,arrendaban un par de desvencijadas piezas, con precarios servicios básicos comunes, si los tenían.
Recuerdo que en las décadas de los '50 y '60, nos repetian, como una oración: "Nada te dejaremos y nadie tocará a tu puerta para ofrecerte una casa, por lo tanto, de lo poco y nada que tengas , deberás ahorrar para una vivienda".
Eran tiempos mucho más difíciles y complicados que hoy en día.
La diferencia social y económica, era brutal, en todo sentido. Los subsidios habitacionales no existían; los préstamos, un privilegio sólo para empleados y obreros de empresas sólidas, organizaciones o cooperativas.
Paradojalmente, por motivos del cruel terremoto del año '60, muchas familias afectadas y arrendatarios fuimos favorecidos con la construcción de cientos de casas de emergencias, dotadas de agua, luz y servicios higiénicos, lo que nunca tuvimos y luego vendrían las casas definitivas, mucho más confortables, que aún se mantienen en pie.
Para no repetir la historia, muchas y muchos jóvenes de mi época, cumplida la mayoría de edad, fuimos a las oficinas de "Corvi" a obtener una libreta de ahorro para postular a una vivienda.
En mi caso, junto a la ayuda de mi cónyuge y constancia, pudimos ser dueños definitivos, gracias a Dios, de tan ansiada casa.
Luis Omar Sepúlveda Navarro doncoyosepulveda@gmail.com
Usar mascarillas
¿Por qué usar mascarillas si estamos sanos? Esta es una pregunta que hemos escuchado a menudo. Para responder, puedo contar una historia de principios del 1900 en Nueva York, que grafica el riesgo de portadores asintomáticos, que no están enfermos, pero propagan enfermedades. Se trata del relato de una portadora crónica de Salmonella typhi, que es el microorganismo que provoca la fiebre tifoidea, una infección intestinal grave y que se transmite por el consumo de agua o alimentos contaminados con deposiciones de personas enfermas o portadoras. Esta señora, conocida popularmente ahora como María Tifoidea, llegó a ser la causante de al menos 10 brotes de fiebre tifoidea durante los años que estuvo activa.
En el caso del covid-19 la transmisión es aún más fácil, solo requiere una interacción cercana, ya que se propaga por las gotitas de saliva a las que todos estamos expuestos día a día. Es por esto que se insiste en la utilización de la mascarilla, ya que no podemos saber con certeza quiénes son los portadores asintomáticos, por lo que al utilizarla todos disminuimos el riesgo para las personas susceptibles. Tenemos una gran responsabilidad social frente a esta enfermedad.
Natalia Castillo Académica Escuela de Técnico Nivel Superior en Enfermería UDLA