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Hay toda un área que es posible de sobrellevar solamente con temas de organización interna, que dependen de la jefatura, como por ejemplo la coordinación de las agendas, dedicar espacio para que los funcionarios tengan sus controles de salud física y psicológica, generar espacio de cuidado de los equipos, o realizar capacitaciones en temáticas relativas al autocuidado y la salud mental. Es un gran desafío.
¿Cómo evaluaría la salud mental de los trabajadores de la atención primaria?
- En general, la salud mental de toda la población ha ido en desmedro, tanto porque no están las condiciones para poder llevar una atención constante en el tiempo, que no sea de un mes a otro, y si nos enfocamos específicamente en los trabajadores que son los que brindan estas atenciones muchas veces, ahí también hay un deterioro importante en el sentido de que muchas veces cuesta desprenderse del rol profesional. A ellos mismos les cuesta visualizarse como seres humanos que sienten, que tienen alegrías y penas, que tienen situaciones familiares, y que también necesitan empatía y un trato más humano dentro de la organización donde están.
Por lo tanto, no es de extrañarse que hay un aumento de la sintomatología depresiva, ansiosa, mucha crisis de pánico en los funcionarios y lamentablemente también han aumento los casos de intento de suicidio.
¿Cuánto afectó la pandemia en los trabajadores de salud?
- Como decía antes, la pandemia hizo que se agudizara algo que ya existía, pero que muchas veces en lo cotidiano se escondía, o que por miedo no se dejaba ver. La pandemia generó una explosión de toda la sintomatología en el área de salud mental, y si bien no es la mejor manera, pero nos permitió evidenciar este escenario que estaba tan solapado, y ahora hacerlo visible, enfrentarlo, y desafiar a quienes toman las decisiones para dedicar recurso humano y estrategias que vayan en la lógica de la salud mental, y que se resguarde un piso mínimo de recursos destinados a ese tema.
¿Cómo describiría el acceso a la salud mental en Chile?
- Hay varias estrategias e instancias que permiten que la población realice una primera consulta, pero la verdad es que en el tiempo nos hemos dado cuenta de que mientras no exista una cultura sobre la importancia de la salud mental, hay mucha resistencia a consultar, por temor, por vergüenza, porque el estigma de la salud mental pone una limitante.
Así como hay cobertura que se puede dar en el mismo territorio por medio de los Cesfam, hay otras alternativas a través de otros ministerios para poder acceder a la atención, cuando hay ciertas situaciones de riesgo psicosocial. También hay una línea que se llama Hospital Digital, que funciona a nivel nacional, y a través de ella llegan muchos casos que no se atreven a consultar de manera presencial.
¿Por qué crees que existe este prejuicio tan grande de muchas veces renegar de la salud mental?
- Es por varios motivos, pero por temas culturales principalmente. Por ejemplo, a los hombres, que son los menos consultantes o que consultan muy tarde cuando la situación está muy grave, se les ha enseñado culturalmente que no tienen que llorar, y eso provoca que a veces repriman sus emociones y que eso termine en violencia hacia otras personas, o que termine en adicciones.
En el caso de las mujeres, pasa que consultan con mucho más frecuencia, pero muchas veces al consultar ya se va se están evidenciando síntomas físicos. No se llega a consultar a salud mental, hasta que la cosa ya está grave.
¿En que evidencia el deterioro en la salud mental en Chile a nivel general?
- Lamentablemente, se evidencia en los temas sociales que se pueden visibilizar en los medios. Los medios de comunicación son el principal canal a través del cual se puede identificar cómo la sociedad está evidenciando más violencia y agresividad. A su vez, también existe un muy poca empatía y tolerancia a nivel general.
¿Cuáles diría que son las patologías que más se repiten?
- Hay de todo, pero lo que más se evalúa tiene que ver con sintomatología depresiva, y crisis de pánico. Sin embargo, también hay otras situaciones que afectan a la salud mental y que tienen que ver con las determinantes sociales, y que no muchas veces se constituye como un diagnóstico o una patología, sino que es una afectación que se produce solamente por el espacio o contexto en que te tocó vivir.
Toca mucho ver en el box, que hay personas que no tienen las condiciones básicas para vivir, y que además tienen condiciones de trabajo que son súper precarias. Tiene que ver con determinantes sociales que impactan en el deterioro de la vida de la personas y en su salud mental.