El parto en los seres humanos es universal y constituye un acontecimiento relevante no sólo a nivel biológico, sino también a nivel sociocultural, en que convergen distintas cosmovisiones de cómo vivir este proceso, especialmente en nuestro país, donde la diversidad geográfica plantea un escenario propicio para el desarrollo de diferentes culturas que conviven e interaccionan permanentemente, generando una riqueza cultural, la cual es parte de nuestra historia.
Y la vivencia del nacimiento no es ajena a esto, ya que está influenciada por un sinnúmero de elementos, tanto internos como externos, provenientes de cada mujer que vive este proceso, que a su vez se construye y configura conforme a su propia visión, involucrando sucesos cognitivos y emocionales, mediados por un contexto histórico y factores socioculturales particulares, que deben ser abordados de manera amable, digna y respetuosa.
Es así como la Semana Mundial del Parto Respetado, creada por Asociación Francesa por el Parto Respetado (AFAR) el año 2004, tiene como objetivo concientizar sobre los derechos que protegen a las madres y a sus hijos e hijas al momento del nacimiento, replicándose en distintos países, incluido el nuestro.
Desde entonces, existe una preocupación por fomentar el proceso de gestación y nacimiento de manera respetuosa, a través de acciones orientadas a garantizar un entorno amable y digno para las mujeres que viven esta experiencia. Incluyendo además el respeto a las particularidades de cada persona por parte del equipo de salud, tales como: etnia, religión y nacionalidad, acompañando, y favoreciendo la toma de decisiones seguras e informadas; contribuyendo así a una experiencia positiva del parto, que no es sólo el nacimiento de una criatura vigorosa, sino que también involucra aspectos más allá de la salud física.
Y en este sentido, la carrera de Obstetricia de la U. San Sebastián se compromete con la formación de profesionales con un especial sello en la humanización de la atención, presente desde las primeras etapas del proceso formativo, donde se enfatiza que una atención respetuosa implica que la madre y su hijo e hija sean los protagonistas del proceso, realizando intervenciones cuando sea estrictamente necesario y con el pleno consentimiento de la mujer, siendo esto la base que garantice el nacimiento de cada niño y niña.
María José Montecinos M.
Directora de Obstetricia U. San Sebastián, sede Valdivia.