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"(...) las cárceles se van transformando en verdaderos y potenciales centros de negocios que planifican, determinan logística, reclutamiento y conducción operativa de toda clase de operaciones ilícitas que se desarrollan dentro y fuera de la cárcel".
Informe Gendarmería, Observatorio de Narcotráfico Fiscalía Nacional
criminales que se desarrollan dentro y fuera de la cárcel".
Poderosos
El documento de Gendarmería da detalles respecto de esa vida intrapenal de los líderes y lo califica como "exactamente el mismo que ya usaron en el barrio", con violencia e intimidación para "dominar y expandir su poder económico".
Afirma que las bandas delictuales organizadas y sus líderes, a través del control sobre los más débiles, generan una vida intrapenitenciaria que les permite "mantener un status de privilegios que hace posible que sigan desarrollando y acrecentando sus negocios en el medio libre, al tiempo que aumenta su prestigio por sobrevivir a una experiencia carcelaria sin someterse a ella".
Advierte la investigación que esos delincuentes con liderazgo "pretenden dominar la cárcel, incrementando de esta forma su poder sobre el medio. Así, la condena pasa a ser considerada un mero episodio en su vida profesional delictiva, que incluso desde una óptica de la subcultura delictual, les otorga prestigio, credibilidad y confiabilidad para el desarrollo de nuevos acuerdos".
Y añade: "Con el poder adquirido a costa del sometimiento del más débil y las probabilidades de corromper a funcionarios -no solo penitenciarios, sino que agentes del Estado de otros órganos o instituciones-, el líder de una banda organizada no evidencia interés en insertarse pro-socialmente en la comunidad. Estando en la cárcel, no tiene interés en cambiar su estilo de vida, más aún, si en nuestro país, las acciones de Reinserción Social ofrecidas por Gendarmería de Chile tienen el carácter de voluntarias".
De acuerdo a los antecedentes publicados por Gendarmería se ha identificado a 212 sujetos líderes o jefes de bandas recluidos a nivel nacional. De ellos, 138 son imputados y 74 condenados; 193 son hombres y 19 mujeres. La mayoría es chileno -aunque avanza presencia de colombianos- con edades entre 31 y 50 años de edad.
El delito predominante cometido por estas personas es el de tráfico de drogas (Ley 20.000), con 147 sujetos y un dato curioso consignado en el texto: "La gran mayoría de los sujetos se caracteriza por presentar Buena o Muy Buena Conducta, cuestión que se debe a la utilización de internos sometidos a su mando".
Los Perros
En las páginas citadas también se entrega una descripción de las formas de sometimiento que ejercen las bandas sobre las personas más débiles, antes denominados "perkins" o "soldados" y ahora denominados Perros.
Y especifica "(los perros) son sometidos a través del miedo hasta quebrantar su voluntad, momento a partir del cual actúan en lo que les sea mandatado, una vez que entienden que su sobrevivencia está supeditada a la obediencia al más fuerte. Ya no sólo son los encargados de asumir la responsabilidad sobre la ocurrencia de delitos mandatados por estos líderes al interior de la cárcel -homicidios, tráfico de drogas, entre otros-, sino que también son mandatados a participar activamente en enfrentamientos violentos entre bandas rivales en estos recintos y atentar contra la vida de funcionarios. Asumen la custodia y vigilancia de entrada a una Galería o Módulo, tanto en la protección y alerta ante la probabilidad de bandas rivales que pretendan atentar en contra de la agrupación delictual, o en su efecto, anunciar la intervención operativa penitenciaria de un allanamiento. Son los encargados de recoger el pelotazo de droga o un elemento prohibido lanzado desde el exterior, de representar a la banda criminal y sus líderes en las reyertas que se generan en la búsqueda del control del negocio, incluso asumiendo el riesgo de la muerte o de provocarla en sus contendores; independientemente de la amenaza de un nuevo proceso por los delitos que se desprenden de sus acciones.
Mientras se mantengan bajo la influencia de los líderes o quienes ejercen el poder, no tienen ninguna posibilidad real de reinsertarse -o derechamente de insertarse- pues aquello supondría traicionar al líder y sufrir las consecuencias violentas que traspasan los límites de la cárcel y se extienden a sus barrios y sus familias. Por lo demás, el más débil tendrá que regresar inevitablemente a su barrio de origen cuando termine su condena. ¿Cómo podría sobrevivir ahí, luego de tomar la decisión de cambiar de vida en contra de los intereses de las bandas que controlan aquello que se hace o no en su barrio? En un sistema de dominación como el que ejercen estas bandas organizadas, esa decisión no le pertenece al más débil, aun cuando experimente la necesidad de cambiar de vida.
Seguridad pública
El informe de Gendarmería reitera con frecuencia que "los muros de las cárceles solo limitan físicamente a la persona de sus redes delictuales y la actividad ilícita. Es por ello, que no es de extrañar que en gran medida la realidad de un recinto penal, refleje también la realidad del barrio; y que determinados espacios de los recintos penales, en algunas ocasiones, sean empleados como centros neurálgicos de coordinación de distintas acciones ilícitas".
Y solicita que el tema penitenciario sea considerado como parte de la seguridad pública en general. "Es por ello, que hoy se hace imperioso considerar la cuestión penitenciaria en el circuito de seguridad pública".
Añade advertencias sobre el traslado de la violencia de las calles a los recintos penales y también la gravitante presencia interna del consumo de drogas como un factor de sometimiento y de crecimiento del narcotráfico.
"El porcentaje de privados de libertad que reconoce haber consumido algún tipo de droga al momento de ingresar a una cárcel es de un 82%, cifra que viene a confirmar, por una parte, la prevalencia de drogas en la comisión de delitos y por otra, que dicho fenómeno es altamente entendible dada la masificación del ingreso de dichas sustancias al interior de las cárceles, lugar en que se radica un mercado cautivo, no tratado médicamente, y en donde además el gramo de droga tiene un precio de siete u ocho veces que el valor convencional, es decir, se margina mucho más y los riesgos son mínimos".
Recintos diferenciados
El texto citado finaliza solicitando fortalecer un sistema de reclusión "considerando que el perfil de cada interno(a) se debe adecuar a un determinado recinto penitenciario que cuente con las condiciones para albergarlo, según sus datos e información socio criminógena y principalmente por su riesgo de reincidencia".
También recomienda la derivación de líderes de bandas criminales a internos altamente refractarios que mantienen predominio sobre otros reclusos sometidos a sus pretensiones, de alto compromiso delictual, y otros de connotación y de riesgo para la seguridad pública; a sectores o Unidades Penales con un Régimen Diferenciado de Reclusión, que también permita intervención más efectiva.
"Así las cosas, un régimen diferenciado de estas características, además de ofrecer alternativas de segmentación, permite mantener una vigilancia y custodia que propenda a la seguridad de los propios recluidos, del resto de la población penal, del personal, y por sobre todo, de la misma ciudadanía; teniendo como objetivos centrales reducir los riesgos de evasión, conflictividad interna y de reincidencia delictual, facilitando la integración social de las personas privadas de libertad permeables y voluntarios para acogerse a los programas de inserción de Gendarmería de Chile".
Añade en la conclusión que "el dinamismo de las estrategias delictuales, debe ser confrontado asimétricamente con la inyección de nuevas tecnologías, infraestructura física y tácticas investigativas, y fortalecimiento de la investigación criminal y de inteligencia penitenciaria, dada la condición de criticidad de los establecimientos penitenciarios y sus procesos, resultando necesaria la existencia de una política de Estado sostenida y contundente, que permita, más allá de la sobrevivencia institucional, enfrentar eficientemente el fenómeno de la delincuencia organizada en las cárceles.
Gendarmería de Chile asume la responsabilidad y el desafío que implica reflexionar y actuar con oportunidad, en el entendido que "el fenómeno de la criminalidad organizada atenta directamente contra la base misma de la democracia" (Kazyrytyski 2012) y que resulta un imperativo enfrentarla para defender los valores en los que se cimienta nuestra sociedad. El necesario trabajo integrado de todas las Instituciones y órganos del Estado en pos de este propósito, es el gran desafío que el país se merece".
El texto completo de"Crimen organizado en las cárceles chilenas" elaborado por Gendarmería de Chile está en:
http://www.fiscaliadechile.cl/Fiscalia/quienes/observatorio_2021.pdf
"Con el poder adquirido y las probabilidades de corromper a funcionarios -no solo penitenciarios, sino que agentes del estado de otros órganos o instituciones-, el líder de una banda organizada no evidencia interés en insertarse pro-socialmente..."
Informe Gendarmería, Observatorio de Narcotráfico Fiscalía Nacional
"Los muros de las cárceles solo limitan físicamente a la persona de sus redes delictuales y la actividad ilícita. Hoy se hace imperioso considerar la cuestión penitenciaria en el circuito de seguridad pública".
Informe Gendarmería, Observatorio de Narcotráfico Fiscalía Nacional