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Las encerronas son uno de los delitos que más han aumentado tanto en cantidad como en violencia. Esta semana una subsecretaria fue víctima de una.

relativismo.

-Para ser justo, esa afirmación la pongo al mismo nivel que el populismo penal. Me quedo con muchas convicciones con este libro, creo que el tema de la corrupción lo enfaticé mucho porque no hay que ver películas y series para darse cuenta de que es un tema real. Las propias noticias nos hablan de visos de corrupción. Aquí no llegaríamos al nivel de corrupción si no fuera con algún grado de apoyo de determinadas instituciones y esto hay que investigarlo y prevenirlo y no hacernos los lesos. Pero volviendo al tema de mi sector, hay un relativismo de la izquierda, de un sector de la izquierda, más bien, porque afortunadamente no ha sido de todos. El Presidente Boric ha sido claro en esto. En su campaña, y especialmente en la segunda vuelta, marcó líneas muy claras y también lo está haciendo ahora. Este relativismo es tan grave como el populismo penal, porque ambas miradas nos paralizan. Si no desterramos, no confrontamos, no aislamos la visión paralizante del relativismo y el populismo penal, estamos sonados. Como ejemplo: en política exterior y en temas como la autonomía del Banco Central, la izquierda y la derecha son una sola. No hay trincheras, ahí está el país, entonces tengo la impresión de que, en materia de seguridad pública, las fuerzas políticas también han perdido el control y el mejor escenario para el crimen es el país dividido. Básicamente, la esperanza que tengo es que este libro contribuya en algo a dejar de lado nuestras pasiones.

-Usted ha dicho que hay un problema institucional y una estructura que no está respondiendo eficientemente al problema. ¿Por dónde hay que partir?

-Esa es una pregunta para mi gusto bien relevante porque si el mundo político se pone de acuerdo, hay varios emplazamientos. El primer anuncio que se hace para intervenir la parte docente de la formación policial se hace sin despedir a nadie. Estos señores llevan 40 años formando y son los primeros en amotinarse. Es insólito, por ejemplo, que la Escuela de formación de Carabineros, donde se forma el 90 por ciento de la fuerza, no tiene reconocimiento oficial. Es básico que el mundo político se ponga de acuerdo y establezca mínimos comunes y se aleje del relativismo y populismo. El ministerio de Interior, con sus preocupaciones sobre emergencias climáticas fronteras, política interior, administración regional, coordinación política, que demanda mucho tiempo, no tiene ninguna posibilidad de enfocarse de manera efectiva y especializada en los temas de seguridad pública y preventiva y al mismo tiempo responder a la inteligencia. En Chile la inteligencia… para qué la vamos a calificar, por razones de soberanía interna mejor me reservo la opinión respecto a la inteligencia policial chilena.

-¿Hay terreno en el Congreso para hacer los cambios necesarios?

-Cuando era presidente del Senado me marcó mucho la muerte del pequeño Baltazar en La Pintana, pocos días antes del estallido, y ahí nosotros tuvimos apoyo que no siempre se da de todas las bancadas, transversalmente. Lo armamos con (Gonzalo) Blumel, el acuerdo sobre armas, destrabamos un acuerdo que, como se dice, dormía en la Cámara, lo tomamos, lo destrabamos y surgió una regulación más estricta. Ese es un ejemplo de tres años atrás.

-Usted es senador por La Araucanía. ¿Cuánto de la situación que se vive allá es por el conflicto histórico con el pueblo mapuche y cuánto por delincuencia?

-Yo creo que están las dos cosas. Probablemente lo más visible tenga que ver con lo primero, con el conflicto, no porque sean los mapuches los que están perpetrando hechos de violencia, sino porque como en cualquier circunstancia de convulsión, como ocurre en Santiago, hasta en un partido de fútbol se aprovechan grupos que quieren destruir, robar y dañar. Entonces, finalmente se confunde, pero evidentemente tenemos un conflicto histórico no resuelto, porque fuerzas políticas, en este caso claramente la derecha, se han resistido por años a reconocerlo. Hoy hay toda una discusión, a propósito del texto constitucional, por la palabra muy repetida plurinacionalidad. Pero se nos olvida que parlamentarios de derecha con nombre y apellido por décadas desde el gobierno de Aylwin hasta Bachelet 1, rechazaron sistemáticamente la incorporación de la palabra pueblo en la actual Constitución; una cuestión absurda. Entonces sí está eso en la Araucanía y también delitos, como los que ocurren en todo el país. Con todo, La Araucanía no es la selva colombiana como algunos interesadamente quieren plantearla, pero en absoluto es una taza de leche. Hay problemas, como los hay en la zona sur de Santiago, donde los homicidios los últimos tres años han aumentado un 75%, como son los problemas de la frontera norte y del norte grande en general, y varias otras regiones del país que no pasan colados.

-Hay muchos lugares en el país donde se reclama que ya están tomados por la delincuencia. ¿Qué pasó con el Estado?

-Tú tienes territorios donde el consumo de droga está muy presente y tú sabes que el que consume no denuncia. Entonces, uno a veces está buscando a las personas del narcotráfico como si fuera robo en lugar no habitado, que son cosas que ocurren, pero de más baja frecuencia. Pero estamos hablando de algo que está masificado, el negocio ilícito de las armas y el consumo y ambas cosas van de la mano. Entonces, ¿qué pasa con los municipios?, ya hay varios en el país que antes cuando uno hablaba con los alcaldes decían "a mí me corresponde dirigir la empresa más grande de la comuna, que es el municipio". Pero ya no es así en las comunas grandes ni chicas, porque el poder del narcotráfico, su organización, la protección social que les brindan las familias modestas también, hay que reconocerlo, en muchos casos es superior al municipio y muchos municipios no llegan a determinadas poblaciones. Y no estamos hablando sólo de las 10 comunas que históricamente menciona la subsecretaría de Prevención el Delito, sino muchas más.

-¿Estamos a un paso de que las personas comiencen a defenderse por sí mismas?

-Ojalá no se llegue a eso y por eso hay señales que se dan que son contradictorias. Yo no comparto la propuesta hecha por el Gobierno de que había que entregar todas las armas, incluidas las legales que tiene la gente para una eventual autodefensa. Si llega una banda y te quiere robar en tu hogar, esa persona tiene derecho a defenderse. Obvio que sí, cómo le vas a quitar. Yo entiendo al Gobierno en qué sentido planteó esto, que es un objetivo ideal, pero no puedes partir al revés. Primero, logremos brindar protección como Estado a la sociedad chilena y luego pensemos en ese tipo de desarme. Hay otro desarme que es más difícil, naturalmente, por eso se opta por lo más fácil, que es lo que no está registrado. No tengo ninguna duda de que hoy las armas no registradas, en gran parte por responsabilidad de la Dirección General de Movilización Nacional, que lleva 50 años metida en este tema. Incluso, tienen mayor responsabilidad que los carabineros, que solo tienen la de fiscalizar, y con grupos muy pequeños de policías. Hay fiscalizaciones que no se hacen en armerías, por ejemplo. La última ley ahí se quedó corta, todo el tema de armerías, talleres, polvorines, es algo donde no se entró no más porque la iniciativa del Gobierno no lo contemplaba.

-Usted planteó que sin ayuda desde las mismas instituciones no era posible que la delincuencia ganara tanto terreno. ¿No es posible que es corrupción también haya llegado al Congreso?

-En el Congreso debe haber personas que consumen, como en todo el país, porque es una muestra de la sociedad chilena. No tengo dudas de eso, pero sí tengo dudas si está operando en Chile la narcopolítica, porque ha habido momentos para la prueba de la blancura, como proyectos de lavado de activos, de análisis financiero para perseguir las bandas criminales, proyecto de ley para perseguir patrimonios e increíblemente, en temas que efectivamente se afecta al mundo organizado de la droga, la aprobación es prácticamente unánime. No tengo otra forma de evaluar, pero tengo esa impresión. Pero, por último, esta es una institución deliberante, no es la que está trabajando en el tema preventivo e investigativo, donde las responsabilidades son mayores. Y por eso echo de menos actitud preventiva de las policías para enfrentar algo que todos sabemos que hay.

Cada 15 días sale por ahí en la prensa que hay dos policías dados de baja por facilitar armas en equis comuna. Pasan dos semanas, y de nuevo hay tres policías dados de baja por vender droga o proveer de información a bandas. No tapemos el sol con un dedo... Echo de menos que el mando policial y el Ministerio del Interior asuma esto como una realidad y establezca planes preventivos antes de que eso sea tarde. Porque en materia de realidad delictiva, yo creo que no son suficientes dos policías. Tal vez podría haber una municipal para algunas cosas, y otra para el Metro.

"Echo de menos actitud preventiva para enfrentar algo que todo sabemos que hay. Cada 15 días sale en la prensa que hay dos policías dados de baja por facilitar armas en equis comuna. Pasan dos semanas, y de nuevo hay tres policías dados de baja por vender droga o proveer de información a bandas".

"La Araucanía no es la selva colombiana como algunos interesadamente quieren plantearla, pero en absoluto es una taza de leche. Hay problemas, como los hay en la zona sur de Santiago, donde los homicidios los últimos tres años han aumentado un 75%, como son los problemas de la frontera norte".