El viejo del saco
El "viejo del saco" es un personaje mítico caracterizado como un asustador de niños, y se utiliza como argumento para asustar a los niños y obligarlos a que regresen a casa a una hora temprana.
En los actuales tiempos de pandemia puede recurrirse, sin nombrarlo, a este viejo con el propósito que la gente, especialmente los mayores, no nos movamos de nuestras casas.
A este ardid han recurrido, al parecer, algunos diputados del Frente Amplio quienes han presentado un proyecto para que en el plebiscito del 4 de septiembre los mayores de 75 años seamos liberados de la exigencia de votar.
Así como el viejo del saco es un asustador de niños, el citado proyecto pretende ser un asustador de adultos sabiendo que, según las encuestas, los adultos mayores estamos por la defensa de instituciones como el Senado, el Poder Judicial, el Banco Central que son tradicionales en nuestra historia republicana y que contribuyen a dar estabilidad a la institucionalidad.
A lo anterior debe sumarse el disgusto con que vemos el compromiso del Gobierno con un proyecto partisano lleno de adornos que pretenden seducir a la gente.
Los mayores de 75 años, a los que se suman otros de variadas categorías etarias, no tememos al viejo del saco al que invitamos a unirse a nosotros con el fin de corregir la tarea que malamente han realizado los constituyentes.
Omar M. Henríquez F. omanuelito75@gmail.com
Orden público
La Ministra del Interior ha dicho en días pasados que Carabineros "es una entidad autónoma". Ha dicho también que, en caso de triunfar Apruebo en el Plebiscito del 4 de septiembre y dado que el texto de la Convención no contempla el Estado de Emergencia, aplicarán el de Catástrofe. Veamos.
La Constitución vigente establece que le corresponde al Presidente de la República (Boric), la conservación del orden público en el interior de acuerdo con la Constitución y las leyes (art. 24). Para cumplir con esta obligación o deber el Presidente cuenta con el auxilio de las Fuerzas de Orden y Seguridad Pública, integradas sólo por Carabineros e Investigaciones. Carabineros es por esencia una institución obediente, no deliberante, profesional, jerarquizada y disciplinada. Asimismo, es dependiente del Ministerio del Interior (art. 101 del mismo texto), o sea de la Ministra Siches. Carabineros no es autónomo. Nunca lo ha sido. No hay errores de interpretación posibles.
La Constitución vigente establece que en caso de grave alteración del orden público, el Presidente podrá declarar el Estado de Emergencia (art. 42).En el texto de la Convención no existe el Estado de Emergencia y, el Estado de Catástrofe sólo es aplicable a casos de calamidad pública (art. 302 del texto de la Convención). Ni el terrorismo ni el narcotráfico pueden ser considerados, en caso alguno, como una calamidad pública.
A mayor abundamiento, en el texto de la Convención no se contempla el concepto de orden público. En lo que creo que es otra de las numerosas incoherencias del proyecto, la Convención estableció que al Presidente de la República le corresponde la conducción de la seguridad pública. ¿Qué es esto de conducir la seguridad pública, quién queda a cargo de conservar el orden público? Saque Ud. sus propias conclusiones.
Jorge Vives Dibarrart Abogado jevivesd@gmail.com
Apruebo o rechazo
En esta era posmodernista una de las características es el hedonismo, el consumismo, la destrucción del discurso, las batallas biopolíticas y sobre todo la pérdida de identidad. Como parece ser una constante histórica, hoy la sociedad chilena se enfrenta la dicotomía entre lo "bueno o malo" o viceversa de lo "malo o lo bueno". Tanto escoger bandos -como rotular qué es bueno o qué es malo-, dependerá de opciones morales e intereses de toda índole, tal como lo señala Sandel. Al momento de tomar estas decisiones, vemos cómo las ideologías siguen captando a las personas y mantienen el control de sus cuerpos y mentes como lo definió el filósofo Michael Foucault. Al parecer seguimos siendo seres pensados y no pensantes, el sistema hegemónico tiene siempre el poder de generar patrones culturales, políticos y económicos. Es en este escenario, donde los seres humanos no tenemos poder de elegir o es más bien, solo tenemos ilusiones de creer elegir nuestras elecciones. Lo que acarrea un ser humano centrado en sí mismo carente de identidad, libertad y dignidad.
A pocas semanas del plebiscito de salida seguimos sin encontrarnos. Nuestra mirada sigue siendo cortoplacista e individualista. La "intelectualidad" se quedó callada o peor aún se atrincheró en sus posiciones y, en ocasiones, muchos a ciegas. De reflexión poco, de solidaridad nada y de reconocimiento de la verdad en el otro.
Sin embargo, queda esperanza de que a un año de cumplir 50 años de una dictadura no sigamos sin minarnos, no escribiendo discursos de separación y creyendo que los viejos textos aplican a los nuevos tiempos, en un Chile que se merece y se debe la oportunidad de sanar y crear un presente en común y un horizonte que le asegure sus derechos básicos a las nuevas generaciones.
Hugo Covarrubias Académico Trabajo Social UCEN