Violencia escolar y hechos delictuales
Las situaciones vividas en Lago Ranco, Paillaco y Valdivia en los días recientes deben activar alertas en la comunidad. Videos en redes sociales alertan sobre hechos graves; pero hay otros que jamás se conocen: 4 de cada 10 estudiantes sufre violencia en Chile y en Los Ríos.
La violencia registrada recientemente en establecimientos escolares de la región de Los Ríos inquieta. Peleas masivas con apoderados lesionados, agresiones digitales generalizadas y el reciente ataque con arma blanca a una estudiante del Instituto Comercial de Valdivia, por parte de otra que la esperaba en las afueras del recinto, son hechos gravísimos.
Preocupa también pensar que estas situaciones son las que conocemos. Videos compartidos en redes sociales muestran los hechos y la condena transversal no se hace esperar; sin embargo ¿qué sucede con la gran cantidad de agresiones que reciben niños, niñas y adolescentes de manera casi cotidiana? Cifras oficiales indican que entre 2020-2022 fueron denunciados seis mil casos graves de ataques a estudiantes a nivel nacional; pero se sabe -de acuerdo a estudios de la Agencia de Calidad de la Educación- que 4 de cada 10 enfrenta problemas de este tipo. Además, las niñas son porcentualmente las víctimas mayoritarias, especialmente por comportamiento de connotación sexual. Muchos de estos casos nunca son expuestos públicamente, incluso ni siquiera compartidos a las familias, pero generan daño profundo.
Según estudios efectuados por Bullying Sin Fronteras, en Los Ríos se han registrado 183 casos de maltrato escolar graves en los últimos dos años. Y la Superintendencia de Educación informó, en mayo pasado, que el 35% de las denuncias que había recibido hasta esa fecha en la región tenía relación con diversos tipos de violencia sufrida por los estudiantes en contextos de sus escuelas o liceos, dentro o fuera de ellos.
No se trata, entonces, de algo aislado; sino de una constante frente a la cual corremos el riesgo de acostumbrarnos, haciendo cada vez más tardías las reacciones, o naturalizando los acontecimientos con explicaciones como "esto se debe a la pandemia". Por supuesto que esa grave experiencia afectó la vida en general y los vínculos en particular, pero comprender lo que sucede, no significa ampliar la tolerancia.
Lo ocurrido en Lago Ranco, Paillaco y Valdivia en los últimos días son delitos. Deben denunciarse, ser investigados, penalizar a los responsables y establecer prevención para que no ocurran de nuevo. Pero, junto con ello, son casos que interpelan -o deberían- a la comunidad completa.