Paro Uach
Todos quienes estudiamos en la Universidad Austral sabemos que todos los años se avecinan paros y tomas, y finalmente lo normalizamos a tal punto que lo tenemos previsto en nuestros calendarios académicos.
Me pregunto si acaso alguna vez los organizadores se cuestionan cuántos derechos vulneran con sus movilizaciones, so excusa de un beneficio colectivo, cuando en los hechos, la paralización es para obtener mejoras salariales personales, es decir, sigue siendo una meta egoísta e individualista, aunque no lo quieran aceptar.
¿Se imaginan la UACh fuera estatal como tanto claman algunos?
Juan Francisco Reyes Santibáñez Jefe de Oficina Regional Los Ríos Fundación Para El Progreso
Historia sólida; futuro incierto
La Universidad Austral de Chile fue fundada a través del Decreto Supremo Nº 3.757, de 7 de septiembre de 1954, como respuesta a la necesidad de tener en Valdivia una institución de educación superior universitaria. Hoy, luego de 68 años de su fundación al parecer está sufriendo una real crisis institucional de gran magnitud.
Los sueños de su fundador Dr. Eduardo Morales, el empuje del senador Sr. Carlos Acharán Arce, los núcleos locales de la sociedad médica, la valiosa ayuda ciudadana liderada por las valdivianas Inés Bischoff, María Inés Haverbeck y Elena Haverbeck llevaron a esta casa de estudios mantener un buen desarrollo académico prestigioso y vigoroso en el Sur de Chile a lo largo de toda su historia.
Lamentablemente, desde 2021 hay serios problemas que se han hecho públicos.
Es importante, en las organizaciones mixtas donde hay trabajadores, estudiantes y académicos, el reconocimiento y apoyo hacia sus equipos directivos, especialmente en tiempos de crisis.
Esto ocurre, a mi juicio, cuando quienes fueron electos para liderar los procesos internos tienen la competencia en gestión y por sobre todo un liderazgo real por medio del respeto hacia sus trabajadores, estudiantes y académicos.
Lo anterior se logra escuchando no solo a sus votantes sino también a aquellos que hacen posible la vida institucional.
Pedro Guerra Presidente Instituto O'HIgginiano Los Ríos
¿La electromovilidad es hoy?
El año pasado se vendieron 6,6 millones de vehículos eléctricos en el mundo y en Chile fueron 570 unidades, representando un 0,009% de participación de las ventas totales. La tasa de crecimiento promedio a nivel mundial, en los últimos 5 años, es del orden del 60%, mientras que, en el país llegó a 66%.
Los principales mercados de vehículos eléctricos son China y Europa. En su condición de productora, en la nación asiática un auto eléctrico tiene un costo -promedio- sólo 10% superior a uno de combustión interna.
Considerando las ventas anuales, a simple vista, nuestra realidad se asemeja a la tendencia mundial, pero ¿qué le falta a Chile para ser un líder en electromovilidad, si cuenta con las materias primas necesarias como son el cobre, litio y energía renovables en calidad y cantidad suficiente?
Lo fundamental es contar con políticas públicas que la incentiven y que incluyan medidas como avanzar en automóviles con pilas de combustibles; dictar regulaciones para homologar vehículos de distintos países productores y para la conversión de combustión a eléctricos; desarrollar infraestructura y puntos de recarga; establecer incentivos tributarios y atraer la inversión que dé las condiciones de mercado apropiadas para acelerar la electromovilidad.
Para que Chile sea un actor protagónico en esta área -y no quedarnos atrás en América Latina- hay que facilitar un entorno de innovación, donde la cuádruple hélice, Estado-Industria-Universidad-Comunidades, es fundamental.
Dr. Lorenzo Reyes-Bozo Decano Facultad de Ingeniería Universidad Autónoma de Chile
Comunicación de riesgo
En relación con las declaraciones del exministro de Salud Enrique Paris, sobre que "la comunicación de riesgo ha sido débil" a raíz de la pandemia, es relevante precisar algunas cosas.
Es evidente que hoy existe menos conciencia de las personas sobre el riesgo de ser contagiados/as por covid, esto debido a un contexto nacional, que ya no tiene a la pandemia como preocupación principal. En síntesis, cuando la percepción de riesgo es baja, nos encontramos con una población indiferente, que no pondrá atención a los mensajes.
Del punto de vista de una estrategia de comunicación de riesgo, lo relevante es establecer qué población hoy tiene una mayor amenaza a un posible contagio y desde ahí, concientizar un mensaje que haga que ese grupo de personas tomen mayores resguardos o cumpla con todas sus dosis de vacunación. De ahora en adelante uno de los desafíos de la comunicación de riesgo que ejecuta el Ministerio de Salud, es la definición del público objetivo vulnerable, el cual necesariamente requiere de un mensaje focalizado, considerando su heterogeneidad y su falta de interés debido a la percepción que el covid, en muchos casos, ya no es letal.
Sergio Escobar Jofré Académico UCEN