Autoridades regionales y comunales se reunirán durante la jornada de hoy con el subsecretario de Desarrollo Regional Nicolás Cataldo y el subsecretario de Prevención del Delito, Eduardo Vergara. Analizarán las situaciones de seguridad pública que afectan a la zona, los dineros que se destinarán para ella y la forma en que se puede operar coordinadamente para enfrentar situaciones que alteran la calidad de vida de las personas.

Esta actividad es importante, pues es necesario articular respuestas oficiales formales y efectivas ante la inquietud en la población nacional y local por hechos que amenazan las bases de la convivencia cívica y la tranquilidad.

Lamentablemente, robos, asaltos, narcotráfico en las poblaciones, armas de fuego en manos de menores de edad, carreras clandestinas, robo de madera, alteraciones de orden, incivilidades y deterioro progresivo del espacio público son realidades constantes en todas las comunas de Los Ríos. Hechos recientes como el asesinato de dos jóvenes en el marco de enfrentamiento de bandas rivales, el crimen de un vecino que se cruzó en un tiroteo, o el cierre de un centro de salud porque no hay garantías para el trabajo de sus funcionarios, son tristes ejemplos de ello.

En tal contexto, ver articulación entre quienes toman decisiones resulta una señal positiva. También lo es que el presupuesto nacional 2023 tenga énfasis en esta materia y que se permita que recursos locales -más de 1.800 millones del presupuesto de Los Ríos- sean redistribuidos hacia esta área en materias como compra de cámara de vigilancia, instalación de drones, materiales para carabineros. Buena noticia es, también, que se hable de actualizar la Política Nacional de Seguridad Pública, pues la actual rige desde 2004 y claramente ya no responde a las realidades como el avance del crimen organizado y ciberdelitos, entre otras materias.

Pero, de la mano con estas acciones y reuniones de coordinación, es preciso generar mecanismos que aseguren la eficacia de las medidas que se anuncien. Hace pocos días dirigentes vecinales de Valdivia indicaban su desazón porque hay demasiadas reuniones y muy pocas soluciones reales; muchos anuncios. Es de esperar que las sesiones de hoy -las primeras en la actual administración- incluyan ítem de seguimiento.

Este mes comenzó con el Día del Adulto Mayor, lo que invita a reflexionar cómo desde nuestro quehacer aportamos en la integración de las personas mayores. Mi profesión es la Fonoaudiología, que surge en Chile en la década del 50, y su expansión se debe a un grupo de académicos y profesionales visionarios que detectaron la necesidad en nuestra población de formar a un especialista para solucionar los problemas de comunicación.

En la actualidad, luego de un largo camino organizacional por parte de entidades académicas, está dividida en cuatro principales unidades: comunicación oral infantil y adolescente; audiología; comunicación oral en el adulto; y voz. Esta última, considera el entrenamiento y tratamiento de los trastornos vocales, ocupándose el profesional fonoaudiólogo en diagnosticar y tratar las enfermedades de la laringe, además de comprender, analizar y modificar la función vocal para regresar el sistema a su correcto equilibrio.

De esta manera, el especialista en voz trabaja en ámbitos variados, considerando el ámbito clínico, y el artístico - creativo. Este último consiste en guiar al artista a utilizar su voz de forma saludable y eficiente, sacando el máximo provecho de su indemnidad, potenciando todos los recursos interpretativos que se acoplan entre el arte y el cuerpo humano.

En este contexto, dirijo el taller de "Coro: Intervención de la voz cantada", del Programa del Adulto Mayor (PAMUSS) de Vinculación con el Medio (VcM) USS Valdivia. Iniciativa que, se pensó para enseñar y aprender estrategias para el manejo vocal y que permitió conformar un grupo artístico vocal que se prepara para una presentación a fin de año. Montaje creativo que considera interpretar canciones de la nueva ola chilena, integrando recursos actorales y de expresión corporal.

Se realiza un acompañamiento vocal artístico, el cual se resume en el uso de la voz responsable, integrando en cada ensayo espacios de activación o calentamiento vocal, previo al uso de la voz cantada. También se integran: la exploración de estructuras resonanciales, recursos tonales, técnicas respiratorias, y posturas dinámicas en función de la construcción de un personaje; finalizando siempre con técnicas de enfriamiento vocal. Esto, muestra a grandes rasgos la labor del Fonoaudiólogo que dirige a un grupo artístico, con el fin de dar un uso cuidadoso y preventivo al sistema vocal.

Francisca Jarpa Muñoz Académica de Fonoaudiología de la U. San Sebastián sede Valdivia