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Tener presente y recordar
El 25 de octubre de 2020 se convocó a un plebiscito nacional en el que se decidió elaborar una nueva Constitución la que debería ser redactada por una Convención Constitucional cuyos integrantes (155 ) fueron elegidos en votación popular.
Dicha Convención debió redactar y aprobar una propuesta de Nueva Constitución en un plazo máximo de nueve meses contado desde la fecha de su instalación. Terminado el trabajo de la Convención se convocó a un plebiscito con sufragio obligatorio para que la ciudadanía decidiera si Aprobaba o Rechazaba el proyecto elaborado por la Convención.
El plebiscito, convocado para el 4 de septiembre de 2022, dio como resultado un 62% para la opción Rechazo y un 38% para la opción Apruebo.
La Constitución de 1980, con varias modificaciones introducidas en el gobierno de don Ricardo Lagos, establece en su Artículo 142 que "si la cuestión planteada a la ciudadanía en el plebiscito ratificatorio fuere rechazada, continuará vigente la presente Constitución".
Eso es lo que hay y que debe se debe recordar y tener presente.
Omar M. Henríquez F. omanuelito75@gmail.com
Apoyo a mayores activos
Aumenta la población de mayores, pero las políticas públicas solo se enfocan en personas en condición de vulnerabilidad.
Sin embargo, estas políticas deberían generar iniciativas de empleabilidad y ocupación, mediante acciones que permitieran la reinserción laboral y social efectiva, considerando la disposición, capacidades e intereses de este grupo etario.
Desde las políticas públicas, se mantiene el desafío de generar un diagnóstico adecuado, que permita una correcta evaluación de los factores que favorecen el envejecimiento activo, asimismo el reconocimiento de los diversos aportes que esta población está dispuesta a continuar entregando a la sociedad. Esto requiere de la construcción de una política social con carácter universal, que permita ir superando los enfoques restrictivos de focalización como ha sido hasta ahora en nuestro país.
Miriam Teresa Fuentes Navarrete Facultad de Enfermería, UNAB
Expertos y expertas
Luego del 4 de septiembre dos cosas son difíciles de controvertir.
La ciudadanía rechazó la propuesta de nueva carta fundamental y que persiste la intención de reemplazar la vigente.
Es evidente que quienes creemos en la necesidad de una Constitución surgida en democracia no podemos claudicar y que de los errores se debe aprender. Un elemento que ha surgido, junto a la idea de los "bordes" del proceso, asunto que ya hemos criticado en diversos medios, es que la nueva Carta Política debe ser redactada por expertos y expertas.
(...) Preguntas al respecto: Primero, ¿Quién atribuye la calidad de experta una persona? ¿Una comisión de expertos en expertos? Si eso se instalase, se llamaría Oligarquía y no democracia.
Segundo, ¿Cuántas personas expertas y en que materias serían necesarias? ¿Ingenieras, médicos, economistas, abogados, lingüistas u otros?
Tercero, esa "expertise" - hablando con palabras de expertos - ¿Habilita por sí misma a redactar constituciones? A la fecha, no existe diploma que certifique el sentido común ni la capacidad de elaborar normas.
Cuarto, ¿De verdad creemos que las personas expertas son ajenas a posiciones políticas? Sin que ello sea cuestionable, la convención de 2021-2022 nos mostró a insignes académicos y académicas blandeando las más excéntricas banderas.
En fin, es notorio que los órganos que efectúan deliberaciones democráticas importantes - como redactar un proyecto de Constitución - deben contar con asistencia de especialistas, pero la presencia de especialistas no puede sustituir a la Democracia.
Dr. José Ignacio Núñez Leiva Académico Facultad de Derecho UCEN
Educación 2022
La OCDE ha publicado Panoramas de la Educación 2022, con un apartado especial para Educación Superior.
(...) Entre varios datos, llama la atención la situación de la población entre 18 y 24 años que no estudia ni trabaja. En Chile este porcentaje alcanza el 26,1%, mientras que el promedio OCDE es de 16,1%. Cabe destacar que en los países donde este guarismo es menor (Países Bajos, Noruega e Islandia) el porcentaje de jóvenes que estudia y trabaja es el más alto de los países OCDE (entre 32 y 47%). En cambio, en Chile y otros países con altos premios a la educación superior (Costa Rica y Colombia, por ejemplo) el porcentaje de jóvenes que estudian y trabajan es muy bajo (entre 8 y 11%). Esto nos muestra una gran oportunidad para nuestro sistema: ampliar las modalidades que permitan estudiar y trabajar simultáneamente, como la educación a distancia o semi presencial y los programas vespertinos. Sin duda, generar espacios para este tipo de educación nos permitirá seguir creciendo en el logro educativo de nuestra población, disminuyendo al mismo tiempo el porcentaje de jóvenes que no estudia ni trabaja y, como consecuencia, aminorando el premio por estudios superiores a niveles similares al promedio OCDE.
Jaime Vatter Vicerrector Académico UDLA