Refaccionar el centro de Valdivia, como ha anunciado la Municipalidad, es una buena idea. El sector ha sufrido consecutivas vandalizaciones desde octubre de 2019, ahora evidencia también el deterioro que traen las crisis económicas y todo eso genera una mala imagen, afea, asusta y abre la puerta para la inseguridad. Por lo mismo, una acción para revertir el triste panorama debe ser bienvenida y apoyada, para que logre resultados.

¿Y por qué es necesario pintar y limpiar? La respuesta puede comprenderse mejor si se recuerda la teoría de la "ventana rota", formulada por el académico de Stanford Philip Zimbardo, en 1969, quien hizo un experimento social en un barrio rico y otro pobre: dejó vehículos abandonados y esperó la reacción de la gente. Al principio, nada pasó; pero luego quebró los vidrios de los autos y rápidamente ambos fueron destruidos. En palabras simples, aquello que está descuidado permite la proliferación de malas costumbres y delincuencia.

Mirando esto se comprende, por ejemplo, por qué una linda plaza con juegos infantiles que es rayada y queda llena de basura se convierte en un sitio peligroso. La Plazuela Pastene es una muestra triste y clara, pero hay muchas.

Una persona que entendió y usó la teoría de Zimbardo fue el famoso alcalde de Nueva York, Rudolph Giuliani. En 1994 la consideró en su plan de Tolerancia Cero,con el cual arregló espacios públicos de la ciudad y usó mano dura con las "incivilidades" como beber en la calle, rayar paredes, romper jardines, pelear, destruir luminarias. Puso cámaras, reforzó a la policía para controlar venta de drogas y comercio ilegal, ordenó el desarrollo urbano, usó los sitios baldíos. Treinta años después hay cuestionamientos a sus métodos estrictos, pero nadie desmiente los resultados.

Estamos lejos en el tiempo y geográficamente. Sin embargo, es buena idea recordar la ruta que muchas ciudades en el mundo han aplicado desde entonces: ordenar y mantener bella la casa todas las veces que sea necesario, además de fijar reglas, que se conserven en el tiempo; sin cansarse de aplicarlas.

El plan municipal "Valdivia a la pinta" que fue anunciado esta semana y acciones como "Centro Seguro" van en esa dirección. Y es necesario sumarse a ellas.

Cada año, el último viernes de octubre se conmemora el Día de la Manipuladoras/res de Alimentos, día que reivindica la lucha que miles de mujeres y hombre en Chile, dieron por sus derechos laborales durante décadas.

El Día Nacional de la Manipuladora y Manipulador de Alimentos se consigna en la ley 21.032 que fue publicada en septiembre de 2017. Ley que nace desde las organizaciones y la necesidad de visibilizar a un grupo de trabajadoras y trabajadores realizan, la cual es fundamental para el proceso educativo, por lo tanto, trascendental para la sociedad.

La conmemoración busca reconocer el rol fundamental que cumplen en la alimentación de niños y niñas en edad escolar. La señal concreta de esta relevancia se materializa en la Ley 20.787 de octubre de 2014 que consagra los derechos de los y las manipuladoras de alimentos en establecimientos educacionales con lo cual se solucionó en gran medida el problema de la cesantía estacionaria a la que se veían expuestas y expuestos en los meses de enero y febrero. La ley incorporó mejoras y modificaciones al código del trabajo, sobre todo en lo relativo a contratos administrativos y prestación de servicios.

Esta ley nace también desde la lucha de los sindicatos y principalmente desde las mujeres, que vivían una discriminación laboral, una tremenda inestabilidad que causaba muchos estragos en sus vidas familiares, laborales y personales. Y desde nuestra región existe un tremendo grupo de mujeres que alzaron la voz y dieron pie a un movimiento nacional que hizo posibles mejoras sustantivas en sus condiciones laborales y contractuales.

Cientos de trabajadoras y trabajadores como Nelmis Rodríguez, Paola Altamirano, Maritza Romero y tantas otras, fueron fundamentales para lograr sus objetivos. Como lograron materializar sus necesidades, visibilizar su realidad laboral, ganando espacios y derechos.

Desde este espacio quiero reconocer su tremendo trabajo, su lucha y compromiso. Pero además, debemos seguir por más y mejores condiciones, avanzar en consolidar a este gremio y su rol en la sociedad. Porque el Estado no puede esperar que las y los trabajadores se movilicen durante años para mejorar sus condiciones de vida, sino que estas condiciones deben estar siempre garantizadas.

Ana María Bravo

Diputada