"Los diferentes poemas son un viaje por mi historia, con interrogantes y reflexiones"
PUBLICACIÓN. La escritora fue una de las ganadoras del fondo Conarte y ahora relata parte de su biografía a través de un poemario.
En 1986 Patricia Monarca llegó a Chile luego de casi toda una vida en Argentina. Dice que en el país que la acogió comenzó a sentirse vigilada como nunca antes. Tal vez fue por circunstancias personales o tal vez por las particulares condiciones político sociales de un territorio todavía en dictadura.
Lo cierto es que aquello la marcó profundamente. "Mi relación con un entorno social y cultural cerrado fue inhibiendo algunos de mis rasgos más identitarios. Y los que no se apagaron completamente, quedaron detrás de una densa neblina", dice.
El apunte a los capítulos personales de Monarca ha cobrado protagonismo gracias "Estación de la luz", su más reciente poemario. La obra fue publicada con recursos del fondo concursable Conarte y tuvo su estreno en la 30° Feria del Libro de Valdivia. Reúne una poesía de la cotidianidad y cuenta con fotografías de María Paz Basso.
Paso a paso
Las piezas del poemario comenzaron a ser escritas en 2019. Dos años más tarde fueron quedaron bajo una unidad temática.
"Entrando a mis años dorados comencé a advertir que mis diferentes poemas constituían un viaje por mi historia, con interrogantes y reflexiones acerca de quién soy, puestas en perspectiva, como un ejercicio de memoria, con mayor lucidez y conciencia. Re-cordar implica etimológicamente volver a traer al corazón. Y eso nos da conciencia de totalidad, de sentido… de tránsito a través de estaciones".
En el poema "Pérdidas", habla de una bici, de una piscina y de libros bajo un árbol. ¿Hasta qué punto abre su biografía para mostrarse al mundo y cuál es esa historia que quiere contar sobre su persona?
- El libro refiere a mi travesía de búsqueda de mi identidad, desde un tiempo en que todo era confuso (la pérdida de la magia de la infancia, precisamente en el poema que mencionas), hasta una creciente conciencia de mi propia individualidad. La historia que se va delineando es una trayectoria jalonada por diferentes estaciones.
¿Las fotografías de María Paz Basso nacieron a raíz de los textos?, ¿Cómo cree que se relacionan con ellos desde la visualidad?
- María Paz leyó los poemas y a partir de esa interacción realizó su propuesta visual. Ambas acordamos que las imágenes en blanco y negro serían las más afines al tono de los poemas. Las imágenes son realmente hermosas y ameritan una pausada caricia de nuestras miradas sobre cada una. Hay una perfecta sintonía entre el discurso visual y el escrito. Me encanta que al abrir el libro nos encontremos con la laguna de lotos sin flores, y al cerrarlo, con un verso de María Elena Walsh. No solo porque creo que el arte es transindividual, sino porque la imagen alude a una bellísima flor que se nutre de lo que hay bajo la superficie el agua, elementos en descomposición, y el verso nos involucra, nos invita a fundar aires nuevos. Es decir, nos invita a revertir el proceso natural de la vida, de lo nuevo a lo que paulatinamente se descompone y degrada, y dejando al final la invitación a refundar la realidad.