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Sin embargo, la dirigencia tenía clara cuál era la situación, y finalmente se buscó entendimiento, se buscó integración, se fue Felipe Delpín, se fue Aldo Mardones y quedó Alberto Undurraga quien fue respaldado por el 70% de la junta. Hoy no suman más de mil los militantes que se han ido en un partido que tiene 36 militantes.

Es importante cuando se va un senador o un parlamentario, pero yo creo que son situaciones puntuales. Antiguamente se fue también mucha gente con el Mapu, con la Izquierda Cristiana y con Adolfo Zaldívar, sin embargo, el partido se mantuvo representando posiciones en favor de la gente.

Hay quienes critican que la DC se ha alejado del centro político y acusan que se ha inclinado a la izquierda, ¿qué opina al respecto?

- Yo creo que eso no es así. Uno puede tener una postura dentro de lo que la Democracia Cristiana ha sido históricamente, un poco más o menos dispuesta a hacer cambios en mayor o menor profundidad en algunas medidas. Más bien, existe un grupo de democratacristianos que cayó en el conformismo de las posiciones económicas liberales que no querían cambiar las cosas.

A mí me tocó tener una discusión muy fuerte con Ignacio Walker acá en Valdivia, hace unos ocho años atrás cuando era presidente del partido, y le expresé que la DC tenía que tener una posición clara para hacer un cambio en el sistema previsional chileno. Nosotros teníamos que asumir esa tarea, y defender los intereses de la gran mayoría de los chilenos, pero no se hizo, y aparecieron otros pidiendo el cambio en el sistema previsional.

Lo mismo ocurre con el tema de salud, ya que no podemos tener una salud para ciudadanos de primera y segunda categoría; y lo mismo pasaba también con terminar con el lucro en la educación, y así hay muchos temas.

¿Podría la Democracia Cristiana ingresar al gobierno?

- Eso no va a pasar, de hecho en el voto político que se acordó, nosotros no somos ni vamos a ser parte de este gobierno, eso ya está claro. Yo lo voy a decir con todas sus letras, porque uno no puede estar donde no nos quieren, y en el gobierno no nos quieren. Entonces, cómo vamos a ir a apoyar, a pesar del interés que podamos tener. La decisión del partido es apoyar las cosas positivas que van a beneficiar a la gente del país, y rechazar las cosas que sean negativas.

Esa es la posición en la que estamos, no estamos por ingresar a una alianza en que no nos quieren, ni tampoco disponibles para hacer una alianza con la derecha que nunca ha hecho un mea culpa de todo lo que avalaron durante la dictadura.

¿Cuál es su postura sobre la suspensión de la militancia al ex presidente de la DC Fuad Chahín?

- La verdad es que fueron alrededor de 20 militantes los que pasaron al tribunal supremo del partido, pero el tema de Fuad es que fue muy agresivo en sus posturas, y fundamentalmente con la senadora Yasna Provoste, incluso siento que le falto el respeto. En esa línea, nuestro tribunal tomó una decisión y eso hay que respetarlo, ahora lo evaluará el nuevo tribunal recientemente elegido, y él tendrá derecho a apelar.

Ojalá que Fuad asuma que tiene que haber un diálogo y flexibilizar su postura. Si quiere seguir siendo militante va a tener las puertas abiertas, pero sin entrar en un conflicto agudo con otros democratacristianos.

¿Cuál es la situación de la DC a nivel regional? ¿Ha existido también una fuga de militantes?

- La verdad es que han habido diferencias, pero dentro del marco de lo razonable. Quienes han estado en posiciones distintas a las posturas de la directiva regional o nacional, es gente bastante sensata que no se va a ir del partido.

En la región somos alrededor de mil militantes, y que yo sepa en el último tiempo han renunciado cuatro o cinco militantes, nada más. No ha habido renuncias de parte de ninguno de nuestros concejales, ni tampoco de nuestros consejeros regionales.

¿Ha conversado sobre la situación del partido con el senador Iván Flores? Varios de sus cercanos ya renunciaron a la DC...

- Sí he conversado con él, pero no directamente de este tema. Hemos conversado de los temas políticos de la región y de nivel nacional. Él estuvo en una postura bastante más independiente y menos confrontacional, y tampoco estuvo en la postura de hacer campaña abiertamente a favor del Rechazo. Es cierto que él votó en conciencia por el Rechazo, pero eso hay que respetarlo porque fue parte del acuerdo de la junta nacional. Es una situación distinta a otros parlamentario que sí hicieron campaña pública por el Rechazo, lo que no correspondía.

¿Cómo vislumbra el futuro de la Democracia Cristiana en el corto y mediano plazo?

- Yo creo que en el corto plazo la situación va a seguir siendo complicada, desde el punto de vista que tenemos ante la comunidad una imagen de que somos un partido que se lo ha pasado en conflicto, y eso tenemos que asumirlo y enfrentarlo de mejor forma.

A mediano y largo plazo, yo creo que si tenemos propuestas claras y sabemos interpretar bien lo que la comunidad quiere (...) El país necesita un instrumento político articulador de posturas moderadas y que sean claras para favorecer a los intereses de la mayoría de este país, pero con respeto, sin violencia, en paz, sin odio, y todo eso lo tiene la DC inserto en sus valores.

El cristianismo en esencia trabaja en el amor al prójimo, nosotros no creemos en la lucha de clases, ni que hay que destruir a quienes tienen más. Nosotros creemos que tenemos que hacer un esfuerzo entre todos para salir adelante.