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de ir al cine, cómo se había gestado e incluso quiénes habían contribuido a iniciar esa tradición en la ciudad", dice.
Uno de los primeros puntos de partida fue la revisión de literatura de referencia sobre el cine en Chile, lo que no sirvió de mucho. Tampoco fueron de mucha utilidad revistas de época con contenidos centrados en el séptimo arte. Es que en ambos tipos de publicaciones, la información estaba más bien enfocada en la actividad como industria, en las películas y en los actores.
El paso lógico para acotar las fuentes de información fue entonces hojear las colecciones de diarios que circularon hace más de cien años y que están bajo resguardo en Valdivia y Santiago. A ello se sumó una convocatoria abierta a la comunidad interesada en aportar con anécdotas o todo aquello que sirviera para la investigación.
"La Valdivia de principios de 1900 era una ciudad muy industrial, muy cercana a la tecnología y con un fenómeno migratorio muy diverso. Es en ese contexto que nace una pujante clase trabajadora que ansía tener una forma de entretención, distinta a la ópera o la zarzuela, que eran las formas de entretención habituales de ese momento. Las imágenes en movimiento eran entonces aquella nueva forma que buscaban las masas", dice Scheel.
Al tratarse de un gusto demandado por el pueblo, el cine en Valdivia rápidamente comenzó a catalogarse como algo vulgar.
Viaje al pasado
Así fue que se estableció una lista con antiguos cines de Valdivia: Teatro del Club Alemán Unión (con edificio para espectáculos inaugurado en 1899), Teatro Valdivia (1910), Teatro Edén (funcionó entre 1916 y 1930), Cinema Olympia Teatro Central (funcionó entre 1924 y 1937), Teatro Cervantes (abrió sus puertas en 1935 y fue reinaugurado en 2019) y Teatro Alcázar (1947). Aunque las salas albergaron espectáculos diversos, hay un dato no menos que habla de la alta demanda por acudir a estos espacios para, entre otras cosas, ver películas: El Teatro del Club Alemán Unión tenía aforo para aproximadamente 60 personas; cantidad ampliamente superada por las más de 1.000 butacas que comenzó a ofrecer el Teatro Edén.
Entre las curiosidades se estableció además que el Teatro Valdivia fue el lugar más elegante para ir a ver cine. Tenía una cartelera principalmente de comedias y de clásicos mexicanos. Y que el Teatro Edén se caracterizó por estrenar primicias y por ser la casa para el cine alemán, lo que causó más de una polémica en tiempos de la Primera Guerra Mundial. Fue frecuente entonces ver en la prensa publicaciones que hacían un llamado a que la exhibición debía ser equitativa en cuanto a la cantidad de películas alemanas, inglesas y francesas. Asimismo, fue el Teatro Central el que primero volvió a funcionar tras resistir los 9.5° Richter del terremoto ocurrido en mayo de 1960. Lo hizo en julio y con funciones gratuitas "para recuperar el espíritu valdiviano".
Reencuentro
La construcción de los edificios, forma de funcionamiento y administración de cada cual, también fue algo que quedó a la luz gracias al proyecto. Asimismo, se identificó a quienes fueron esenciales para la actividad.
Pedro Niada Luraschi, llegó a Valdivia procedente de Italia en 1890. Su nombre aparece vinculado durante las primeras tres décadas del siglo XX a los teatros Valdivia, Edén y Cinema Olympia. En tanto, Miguel Massri Zaror, originario de Queule, se ganó el apodo de "El señor de los cines", al mantener la administración de los teatros Central, Cervantes, Valdivia y Alcázar.
A ellos se suman otros ilustres como Joaquín Jiménez Mancilla (proyeccionista por cuatro décadas en el Teatro Cervantes, recientemente homenajeado); y Amilcar Massari, que construyó el Teatro Valdivia; y su esposa Angelina Mordini, que lo administró.
El catálogo "Cines de Valdivia. Ruta Patrimonial", fue lanzado en el Teatro Regional Cervantes. Entre quienes asistieron a la ceremonia estuvo Pedro Niada Marín, bisnieto de Pedro Niada Luraschi cuyos restos están en el Cementerio Alemán.
"Recuerdo de niño haber estado alguna vez en la tumba de mi bisabuelo en Valdivia. No había vuelto a la ciudad en mucho tiempo. Por eso el proyecto de los cines me permitió reconectarme con Valdivia de una manera muy personal. Fue muy sorpresivo que me contactaran para saber mi parentesco con quien estuvo activamente relacionado con los teatros de en la ciudad, lo que abrió una bonita posibilidad para que también mi padre Armando Niada, contara parte de sus memorias de infancia", aclara.
Armando, nieto de Pedro Niada Luraschi, se crió tras bambalinas en aquellos años de proyección de cine mudo musicalizado en vivo. Solía sentarse junto al pianista de turno. Incluso era el preferido de todos ya que su abuelo le regalaba entradas para que las repartiera entre sus amigos y compañeros de curso.
"Valdivia sin duda que ha estado siempre en el corazón de nuestra familia. Mi padre falleció hace una semana. Yo decidí venir a la ceremonia en compañía de mi hijo Dante, como una forma de honrar su memoria y en cierta manera, para cerrar un círculo muy especial", dice Pedro Niada Marín.
Y agrega: "El trabajo que hicieron Bárbara y su equipo es muy importante porque permitió el reencuentro de quienes somos familiares de los iniciadores de la exhibición de cine en la ciudad. Indudablemente se trata de una experiencia que te permite comenzar a ver la ciudad de una manera diferente".
"Más que apuntar al descubrimiento de datos duros y efemérides específicas, lo que nos motivó siempre fue entender qué había detrás de aquella experiencia de ir al cine".
Bárbara Scheel, Directora del proyecto
21 horas del miércoles 14 de noviembre de 1900 se realizó la primera exhibición cinematográfica en Valdivia. Ocurrió en el Teatro del Club Alemán Unión.
2019 fue el año de la reinauguración del ahora conocido como Teatro Regional Cervantes, que originalmente había iniciado sus actividades en noviembre de 1935.
6 espacios para la proyección de películas y otros espectáculos tuvo Valdivia hasta antes del terremoto ocurrido en 1960. Estuvieron ubicadas en el centro de la ciudad.
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