Carta al Presidente
En este día de Navidad, permítanme compartir una carta al Presidente de Chile: "Sr. Presidente, Ud. no me cae mal. Presumo que esto se debe a que estudiamos en Pío Nono y a que somos hinchas de la Católica. También a que mis hijos mayores son, más o menos, de su misma generación. Le escribo desde Valdivia, ciudad en la que he vivido y vivo desde hace más de treinta años. Sí, los mismos treinta años del eslogan.
Sr. Presidente, la revolución ya no fue. Y no será. Como quedó claro hace ya algunos meses y como todos sabemos, somos una Nación moderada, conservadora dirán algunos. Y yo creo que es cierto. Una gran mayoría de nosotros aspiramos a que se produzcan cambios, a que se hagan las reformas que sean necesarias y a que se conserve lo que funciona bien. El éxito de una política de este tipo requiere de la conformación de una gran coalición, que supere la mayoría absoluta en el Congreso. Sólo así será posible hacer las enmiendas indispensables y mantenerlas en el tiempo. Los cambios deben ser sustentables políticamente. Ud. no tiene esa mayoría, ni está cerca de tenerla.
Por eso Sr. Presidente y teniendo a la vista los tres años que a Ud. le restan de gestión, creo que llegó el momento de reestructurar su base política. Con lo que tiene no alcanza. ¿Podría esto suponer que sus coaliciones se rompan? Probablemente. ¿Será necesario pactar con buena parte de la Oposición? Seguro. Sólo de esa forma será posible enfrentar los enormes problemas que hoy aquejan a nuestro país, que es el país de todos.
Le sugiero -si me permite- a lo menos, tres ámbitos de acción: seguridad pública y terrorismo, incluyendo el control migratorio; una honesta reforma a la seguridad social y, una intervención a fondo en nuestro sistema educacional tan afectado por la pandemia. Llegó la hora de la política.
Feliz Navidad".
Jorge Eduardo Vives Dibarrart Abogado jevivesd@gmail.com
Atreverse, innovar y avanzar
El 2022 nos ha dejado la sensación de movimiento constante, en distintas direcciones, a una velocidad enorme. Con este escenario, es momento de preguntarnos ¿qué viene? En términos de lo que hacemos desde Fomento Los Ríos, queremos que sea un año de desafiarnos, atreverse, innovar y avanzar. Y lo creemos después de 7 años de camino recorrido en la descentralización del Fomento Productivo, en el escenario de aumento de Comités de Desarrollo Productivo en otras regiones anunciado por el Presidente Boric, con una relación virtuosa con el Gobierno Regional, el Consejo Regional y la División de Fomento Productivo, y después de hacer un proceso amplio de conversación con empresas de todo tamaño.
Nos desafiaremos para hacer las modificaciones necesarias que permitan generar mayor impacto en lo que hacemos, desde los sistemas de acompañamiento hasta la forma en que medimos los instrumentos. Nos atreveremos a ser agentes proactivos y gestores de iniciativas que contribuyan a cerrar brechas, vamos a innovar en instrumentos que permitan por ejemplo, que las empresas lideradas por mujeres tengan un entorno de apoyo con perspectiva de género y que no solo reciban más subsidio. Avanzaremos en la real articulación del sistema de fomento productivo, sumándonos a esfuerzos que hacen distintos servicios públicos, incorporando más activamente a quienes generan conocimiento y manteniendo el contacto permanente con las empresas de la región. En momentos de incertezas, debemos ser parte del esfuerzo por generar una mayor seguridad económica, y esa seguridad se logra entregando más información, pero sobre todo manteniendo un diálogo activo.
Queremos ser un actor relevante en la construcción de un 2023 distinto, marcado por un desarrollo productivo sostenible y una región que se diferencia no desde la gran escala, si no que en la calidad y sofisticación de todo lo que hace y ofrece al territorio local, pero también a la economía nacional y global.
Pablo Díaz Barraza Director Ejecutivo Fomento Los Ríos
Navidad: humano y divino
Los orígenes del cristianismo están en el tiempo de Paz que Octavio Augusto (23 a.C.-14 d.C.) devolvió y que hizo de Roma el centro de un mundo. En otras palabras, Jesucristo, el "Rey de la Paz", nació en una época de paz, de manera que Augusto habría sido -según una lectura providencialista de la historia- una prefiguración de la venida del Mesías enviado por Dios.
No deja de tener sentido esta alegoría, por cuanto la renovación exterior del mundo fue una condición propicia para difusión del Evangelio y formación de una "religión universal".
Gracias al ímpetu misionero de las primeras comunidades cristianas y la alianza, desde el siglo IV, entre la Iglesia y el poder romano, el nacimiento de Cristo, que había pasado inadvertido para la mayoría de la sociedad, se hizo acontecimiento central, al punto de marcar el comienzo de una nueva era para la civilización occidental.
La trascendencia histórico-religiosa que subyace tras la conmemoración de la Natividad de Jesús es que, en cuanto símbolo de su Encarnación, representa el comienzo de nuestra redención. De ahí que la tradición de Navidad esté revestida, para el mundo cristiano, de un sentimiento de alegría y esperanza: recuerda que Cristo adoptó una naturaleza ya no únicamente divina, sino además humana.
Leonardo Carrera Airola Ac. Licenciatura en Historia UNAB