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Plaza de la República: testigo privilegiada de la historia de Valdivia

El lugar donde se celebran los triunfos y se realizan las manifestaciones ciudadanas valdivianas está ahí desde 1552. En este texto, se extracta una parte del artículo "De Plaza Mayor a Plaza de la República (siglos XVI-XXI)", de Luis Berger, que recorre sus hitos.
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Ubicada en el centro de una trama urbana accidentada, de calles curvas y desordenadas, reflejo de un urbanismo adaptado a un terreno circundado por ríos, lagunas y gualves, la Plaza de la República constituye un espacio privilegiado para comprender los diferentes modos de habitar que han caracterizado a la vida urbana de Valdivia a lo largo de quinientos años.

Nació como Plaza Mayor. Su origen se remonta a la fundación de la ciudad por Pedro de Valdivia el 12 de febrero de 1552. Testigo de este hecho fue el cronista español Pedro Mariño de Lobera, quien relata: "Luego que los españoles pasaran a la otra banda [del río] descubrieron un gran pedazo de tierra lata, como una loma, casi toda cercada de aquel río donde tenían sus viviendas los naturales en razonables casas. Entraron los nuestros por esta loma y viéronla toda tan adornada de arboledas, sembrada a mano que parecía un paraíso, así por la lindeza y orden con que están puestos los árboles, como por el río que va girando en redondo por aquella loma". Señalando a continuación: "En medio de esta tierra, está una larguísima carrera de cuatrocientos pasos donde los indios jugaban a la chueca y entrando el gobernador por ella, siguiéndole los suyos, comenzó a pasar la carrera, diciendo: "Aquí se fundará la ciudad de Valdivia".

Sobre un lugar habitado

Como han podido concluir Leonor Adán y Simón Urbina, a partir de esta crónica del siglo XVI, Pedro de Valdivia reocupó espacios domésticos y ceremoniales de un asentamiento indígena preexistente de gran relevancia social y política para las comunidades mapuche-huilliche de la zona. Dentro de este asentamiento, junto a la loma donde los indígenas tenían sus viviendas -actual calle Carlos Anwandter-, se encontraba un extenso campo ceremonial de chueca o palín. Fue este el lugar elegido por Pedro de Valdivia para fundar la plaza de su nueva ciudad.

Lo hizo siguiendo la legislación urbana sobre nuevos asentamientos en las Indias Occidentales dictada por Carlos I, la cual estipulaba que: "cuando hagan la planta del lugar, repártanla por sus plazas, calles y solares a cordel y regla, comenzando desde la Plaza Mayor y sacando desde ella las calles a las puertas y caminos principales y dejando tanto compás abierto que, aunque la población vaya en gran crecimiento, se pueda siempre proseguir y dilatar en la misma forma".

Primero la iglesia

A pesar de no contar con documentación oficial sobre el acto de fundación, por Mariño de Lobera sabemos que la primera cosa que hizo Pedro de Valdivia fue levantar la Iglesia Matriz, prosiguiendo con los demás edificios públicos. Sin embargo, de acuerdo a las ordenanzas urbanas de la época, todas estas medidas implicaban la demarcación previa del espacio ocupado por la plaza: "delineó él mismo lo que asignó para iglesia y casa de ayuntamiento, y para sí se reservó un flanco de la plaza", explica el historiador colonial Pedro de Córdoba y Figueroa.

Plano holandés

Producto de la destrucción de Valdivia en el alzamiento indígena de 1599 y su posterior abandono por parte de los españoles, no existen testimonios documentales sobre la plaza durante este periodo. Sin embargo, el hallazgo de un plano realizado por la expedición holandesa ¬-que ocupó la ciudad entre agosto y octubre de 1643-, nos ha permitido conocer el importante desarrollo urbano alcanzado por Valdivia para finales del siglo XVI. En él se puede observar el alzado de las casas en ruinas, las cuales ocupaban solares enteros, con fachadas continuas y grandes patios interiores, revelando un trazado urbano regular con forma de damero, o tablero de ajedrez, con la Plaza Mayor en su centro, tal como estipulaba la legislación urbana de Indias.

Producto de la espesa arboleda surgida desde el abandono de la ciudad, el general holandés, Elías Herckmans, determinó que 300 soldados quedaran "reunidos en la parte principal de la ciudad, donde