El 2022 fue declarado por las Naciones Unidad como el Año Internacional de la Sostenibilidad de las Montañas. Tuvo como lema "Las montañas importan, para la gente y el planeta", aludiendo a que más del 13% de la población mundial vive en espacios de este tipo y que ellos son fundamentales para enfrentar cambio climático, proteger biodiversidad y como reservas de agua, entre otros aportes ecosistémicos indispensables.

Chile es un país de montañas. El 64% de la superficie nacional corresponde a ellas y su presencia tutelar es básica en la conformación del paisaje, especialmente marcado por los más de 2 mil volcanes, distribuidos a lo largo del territorio, particularmente en la zona sur austral, donde están algunos activos permanentemente como el Villarrica y el Mocho Choshuenco.

Estudiar estas temáticas es importante, tanto para generar conocimiento científico de alta gama, como material de divulgación ciudadana. Esa es una de las tareas del Laboratorio Natural Andes del Sur, instancia interdisciplinaria y de colaboración entre universidades, con apoyo de la Anid, que funciona en Valdivia al alero de la Universidad Austral. La doctora Carla Marchant es su directora y, en entrevista con www.soyvaldivia.cl, llamó ayer a cuidar estas áreas y a vincularse respetuosamente con ellas. Marchant recordó también que el Año Internacional tuvo otro lema: "Las Mujeres mueven Montañas", para visibilizar la labor que muchas investigadoras llevan adelante en estas zonas, tanto en materia geológica, como forestal, geográfica, vulcanológica, como antropológica y social. Al respecto enfatizó en la importancia de estas zonas como lugar de asentamiento humano, pues constituyen el hogar y la base de la cultura de muchas personas; además de conformar grandes atractivos turísticos y fuentes de ingresos económicos. Por ello la invitación es a conocerlos, recorrerlos y aprender más. El verano del año que comienza puede ser una buena ocasión.

También 2023 ofrece la oportunidad de incluir a las montañas en la discusión política que genere legislación que las proteja. El texto de la Convención tuvo en esta materia acuerdos transversales; es de esperar que también ellos estén presentes en el nuevo proceso constitucional que se inicia.

Panguipulli, la "Ciudad de las Rosas" como tradicionalmente se le llama, se encuentra ubicada a los pies de la precordillera de los Andes, junto a unos de los lagos más hermosos del sur de Chile, y con un tamaño de población, que lo ubica en tercer lugar en la región, solo detrás de Valdivia y La Unión.

Se ha encontrado evidencia de la presencia humana en tiempos precolombinos. Pero fue en 1885 cuando Guillermo Angermaier llegó a vivir a la zona. Así le siguieron otros colonos y misioneros, en especial los capuchinos, quienes a partir de 1903 desarrollarían una fuerte presencia entre la población de la época, dejando como testimonio la Iglesia de las Dos Torres, construida bajo la dirección del Padre Bernabé de Lucerna en 1947.

Con la promulgación de la Ley Nº 8.278, durante el Gobierno del Presidente Gabriel González Videla, fue creada la comuna de Panguipulli en 1946. Desde ese momento, a pesar de las dificultades para ingresar a la zona, esto no fue obstáculo para que arribaran más migrantes y compatriotas a vivir al territorio. Para ese entonces la ciudad de Panguipulli representaba ser un centro maderero, donde bordeaban los barcos a vapor para trasladar maderas a distintos puntos de los sectores lacustres.

Con los años, el pueblo creció al igual que tres pequeños pueblos que forman parte de la comuna al interior de la zona. Entre ellos tenemos a Coñaripe, con una población bastante abultada y que una de sus aspiraciones es convertirse en comuna en el futuro. Luego tenemos a Neltume, lugar donde se encuentra la gran reserva biológica del Huilo- Huilo desde 1999. También tenemos a Liquiñe, con presencia de más de 1.300 habitantes y donde el turismo radica en sus nobles aguas termales. Hoy Panguipulli, gracias al trabajo conjunto entre autoridades y las organizaciones sociales, ha podido llevar adelante grandes obras que se han transformado en el motor de su desarrollo. Por ejemplo, el acceso y conexión con los otros pueblos a partir de carreteras insertas en una fisonomía geográfica muy compleja.

Panguipulli, es un claro ejemplo de cómo su gente se ha involucrado para conseguir mejoras considerables en beneficio a su calidad de vida y de la comuna.

En un nuevo día de su aniversario, les envío un caluroso y un fraterno abrazo.

Gastón von Mühlenbrock

Diputado