Una celebración para reflexionar
El Año Nuevo Lunar se festeja en China con intercambio de parabienes y productos como las cerezas, que llegan desde Chile. Este año serán exportadas más de 82 millones de cajas de cerezas. Parte de esa producción proviene de la región de Los Ríos, donde estas frutas tienen historia.
Bellas imágenes se han visto desde ayer en los medios de comunicación sobre los festejos del "Año Nuevo Chino" o "Festival de la Primavera", que marca el inicio del calendario lunar, respetado junto al gregoriano por muchos países orientales. Se trata de una celebración tradicional, la más importante por el significado cultural de un nuevo comienzo y la oportunidad de reunión familiar que implica. De hecho, con ella se produce una de las mayores migraciones estacionales de personas en el mundo y en estos días aún más, considerando que las restricciones de pandemia impidieron esa movilidad en años anteriores.
Desde Chile y desde Los Ríos esta fiesta es observada con interés, pues marca también uno de los mayores movimientos comerciales con la exportación de frutas, en particular cerezas, que son llevadas semanas antes hasta el gigante asiático, para ser consumidas como regalo de año nuevo y como señal de buenaventura. Algo similar pasa el 14 de febrero, para San Valentín, pero principalmente en esta época especial.
De acuerdo a datos del Comité de Cerezas de la Asociación de Exportadores de Frutas (Asoex), este año se podría llegar a los 82 millones de cajas de 5 kilogramos enviados a distintos mercados, pero especialmente a China.
Desde nuestra región, los principales productores están en Tralcao, quienes llevan casi tres décadas perfeccionando la entrega de las variedades lapins (redonda y oscura); regina (redonda y granate) y kordia, con forma de corazón y color rojo brillante. Pero la historia es más antigua. Antes de la apertura de mercados internacionales, la cereza estaba presente en esta región. Llegó con los españoles junto con las manzanas y se quedó en las costumbres gastronómicas, como puede apreciarse actualmente en la Feria Costumbrista que se realiza en el sector, donde las frutas son protagonistas.
Entonces, ese Año Nuevo lejano del oriente que venos en las noticias desde ayer, también tiene repercusiones locales favorables. Y suma un detalle no menor: su animal regente es el conejo y su elemento, el agua; ambos tienen la característica de la paz y el entendimiento; dos cosas que acá necesitamos hoy con tanta fuerza, como los vínculos económicos.