Reforestar usando "especies nodrizas" es el camino para recuperar áreas quemadas
RECOMIENDA ESPECIALISTA. Roberto Ipinza, presidente regional del Colegio de Ingenieros Forestales, analizó las consecuencias de los incendios forestales.
Décadas podrían demorar los suelos dañados por los incendios forestales en la zona centro sur para volver a recuperar su biodiversidad. Antes de eso, la erosión los afectará gravemente, no podrán retener la lluvia y escurrirán, afectando a los ecosistemas.
Ese desolador panorama es el que describe el presidente del Colegio de Ingenieros Forestales de Los Ríos, Roberto Ipinza, al analizar las consecuencias de los siniestros que se están viviendo desde el fin de semana en el país y que han arrasado más de 280 mil hectáreas, casi dos mil de ellas en Mariquina.
La única manera de enfrentar tal escenario, sostuvo el profesional en entrevista con www.soyvaldivia.cl, es la intervención humana. Eso en el mediano plazo. En lo inmediato, primero apagar muy bien las superficies dañadas, pues el calor afecta hasta las raíces, con más de mil grados de temperatura y el riesgo de rebrote es alto. "Y ese calor mata toda la vida que hay en el suelo; en algunas partes hasta la tierra se vuelve greda. Por eso vimos imágenes de fuego saliendo del suelo; por eso hay que usar maquinaria pesada y remover todo, limpiar", explica.
Especies pioneras
El paso siguiente es recuperar el suelo y restaurar la vegetación. "Para eso se requiere intervención humana. Es ecología básica. Se perdió la vida y se debe instalar "especies nodrizas o pioneras", principalmente coníferas (coigüe, en Los Ríos; pino en otras partes), capaces de asentarse en suelos dañados y servir de espacio seguro, preparando el hábitat para que otras especies puedan surgir", dice.
Recuerda que un ejemplo de esta gestión es lo que se hizo en el área central y sur luego de la "fiebre del trigo", de finales del siglo XIX. Áreas desde O'Higgins hasta La Araucanía quedaron arrasadas luego de que se terminaran las plantaciones de trigo que abastecían a California (eran los años de la fiebre del oro allá). "Fueron muchos años con suelos abandonados, que quedaron presos de la erosión, hasta que en la década del '60 se comenzó a forestar, recuperar con coníferas. Y aquí no habrá otra opción que recuperar suelos con coníferas pioneras", enfatiza.
Reconoce que los pinos están "demonizados", pero aclara: "El problema no son los árboles; son las políticas y la falta de educación ambiental, la poca conciencia de los chilenos con los bosques".
Culpables
Ipinza enfatiza en la necesidad formativa y ejemplifica en que "el daño lo cometen quienes queman intencionalmente y quienes son negligentes, por ejemplo usando fuego para eliminar basuras sin tomar las prevenciones adecuadas. No es que esa persona tenga mala intención; es que no sabe, no ha internalizado el daño que causan los incendios a los bosques, a los animales, a las personas, que ven sus sueños y esfuerzos convertidos en cenizas; y al país en general. Chile se comprometió a ser carbono neutral de aquí al 2050. Jamás lo logrará si sigue perdiendo bosques de esta manera".
Añade que, a su juicio, "hay que mirar ejemplos como Argentina, Estados Unidos; educar, invertir más.
"Acá se gasta 700 a mil dólares en el control por hectárea; en otros países son hasta 4 mil dólares en enfrentar el fuego", asegura y advierte que las alertas deben seguir activas, pues las condiciones climáticas siguen siendo propicias para el fuego.
"En verano se produce el llamado 30-30-30; 30 grados o más de calor; viento de 30 kilómetros por hora y humedad de 30%. Son factores que se deben considerar y que se pueden identificar con un poco de información. Volvemos a lo mismo: educación ambiental, en la que estamos fallando".
Silvicultura preventiva
El dirigente invita a trabajar en una perspectiva de silvicultura preventiva: "Si dejamos los suelos desnudos, será peor. Es necesario aplicar silvicultura preventiva, algo en que instituciones como Aprobosque (Asociación de Propietarios de Bosque Nativo), por ejemplo, puede colaborar y enseñar. Se trata de actuar antes, asegura.
"La comunidad debe ser parte de esa acciones de precaución, limpiar, cuidar. Y hay que buscar fórmulas para ayudar a los pequeños propietarios, para eliminar los desechos de sus bosques. Las empresas tienen planes de manejo y sistemas de certificación; pero los productores más pequeños requieren ayuda en materia de manejo forestal sustentable", agrega.
Y concluye: "Hemos perdido biodiversidad de manera terrible. Hay que reaccionar. Cuando se ve que estos incendios destruyen todo, entonces es hora de poner empeño en cuidar, recuperar, pero sobre todo debemos implementar una política de educación medioambiental. Es la única forma de no seguir lamentando tragedias como ésta".
"El daño lo cometen quienes queman intencionalmente y quienes son negligentes, por ejemplo usando fuego para eliminar basuras sin tomar las precauciones adecuadas...".
Roberto Ipinza, Pdte. Colegio Regional, Ingenieros Forestales de Los Ríos
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