Valdivia cumple 471 años de historia
Fue el 9 de febrero de 1552 su fundación oficial, pero los orígenes de remontan varios siglos antes, junto al río que la define. En marzo de 1554 fue nombrada "Muy Noble y Muy Leal", asumiendo algunos de los símbolos que se mantuvieron como propios con los años y marcan la identidad local.
Esta semana Santa María la Blanca de Valdivia celebra sus 471 años desde que fue fundada, por el conquistador español. Pero sus raíces son mucho más antiguas. Algunas investigaciones y hallazgos arqueológicos permiten señalar que hay evidencias de población hacia el 120 DC, en las cercanías del Santuario de la Naturaleza; pero de ocupación con más intensidad en los llamados períodos Alfareros Tardíos (1100-1500 DC); para el posterior asentamiento del pueblo Ainil, base de la población que los soldados de Pedro de Valdivia encontraron junto al río Guadalafken, que los maravilló.
La declaración oficial de ciudad fue el 9 de febrero de 1552; pero el 22 de septiembre de 1544 se produjo el primer avistamiento de la ciudad y su nombramiento por parte de Juan Bautista Pastene y Gerónimo de Alderete. Diez años exactos después, el 18 de marzo de 1554, se extendió la Real Cédula entregada por Carlos V, que otorgó a Valdivia el título de "Ciudad muy Noble y Muy Leal", además de un privilegio de armas graficado en un escudo descrito: "Un río y una Ciudad de Plata, que esté asentada sobre el mismo río y encima de una torre de la misma ciudad, una bandera blanca con una cruz roja…" Todos esos símbolos son aún reconocibles y forman parte de un patrimonio cultural conservado por casi cinco centurias.
De esos años del siglo XVI están los primeras herencias registradas de otro rasgo identitario: la resiliencia. El 16 de diciembre de 1575 se produjo el primer gran terremoto de destruyó la ciudad y del cual se tomó noticia en 1960 para prevenir la inundación desde el Riñihue.
La colonia trajo la destrucción de 1599 y la desolación hasta 1643. Vaivenes, dolores, castillos y torreones, se sucedieron hasta que el 3 y 4 de febrero de 1820 llegó Lord Cochrane para alargar el naciente Chile hasta el Calle Calle y Corral. Comenzó el tiempo de la República, de la colonización alemana, de la industrialización y el hermoseamiento, de un incendio devastador (1909) y un sismo catastrófico, cuyo registro todavía pesa.
No hace justicia a tan bella historia un resumen tan escueto. Pero sirve para invitar a revisar los hitos de una ciudad hermosa, que se levanta siempre y que este febrero de 2023 festeja de forma presencial, corso incluido, después de tres años de pandemia.