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De regreso en Chile y tras la llegada de la imprenta es que materializa la Aurora de Chile bajo una máxima: "Construir los valores de la nueva nación chilena y conformar su identidad".

A 211 años de su puesta en circulación, la propuesta se mantiene intacta pero en formato digital en el sitio auroradechile.cl. En la página web es posible leer y descargar en PDF los 58 ejemplares originales encabezados por aquel glorioso número uno titulado "Nociones fundamentales sobre los derechos de los pueblos".

Debido a su línea editorial de defensa de la independencia de Chile, el periódico y Henríquez generaron rechazo en las filas de la monarquía española. De todo aquello se habla en los libros como "Camilo Henríquez. El Patriota olvidado", de Francisco Piriz; "Camilo Henríquez", de José Leandro Urbina; y "Humanistas en la construcción de Chile: Ensayos sobre Camilo Henríquez, Andrés Bello, Amanda Labarca y Gabriela Mistral", del compilador Maximiliano Figueroa; entre otros. Una mirada más lúdica es la que ofrece el periodista Rodrigo Obreque en el texto "Buscando a Camilo Henríquez", publicado en "XIV Crónicas de la Región de Los Ríos", donde explora el legado de una manera diferente. El libro tiene distribución gratuita en la Casa Prochelle Dos, sede del Gobierno Regional.

El periodista Abel Manríquez también se ha transformado en uno de los principales investigadores de la vida y obra del sacerdote. El profesional formado en la Universidad de Chile celebró su primer Día de la Prensa el 13 de febrero de 1977 en Punta Arenas. Ahí se familiarizó con la historia de la Aurora de Chile y cuando llegó a Valdivia nueve meses más tarde se topó con el busto de Camilo Henríquez en la Plaza de la República. El interés entonces surgió casi de manera natural.

"Camilo Henríquez hizo lo que hizo en el máximo idealismo y desprendimiento personal, costara lo que costara; siguió 'los nobles impulsos de su corazón' y de sus ideas. Siendo fraile en una primera parte de su vida, en los hechos se fue contra la Iglesia (esencialmente monarquista y unida al Rey, anti-ilustración, poderosísima entonces) merced a sus críticas, pensamiento emancipador, liberal, enciclopedista, independentista. Y sin medias tintas, abandonó los hábitos en definitiva, llevando una vida ciudadana corriente. Un gran rebelde que luchó con las armas, como la prensa, del hombre ilustrado y honesto. Y sobre todo, creo que canalizó sus pensamientos en propuestas y acciones creadoras", aclara.

¿Pese a todas las manifestaciones públicas de reconocimiento, Camilo Henríquez merece más atención en Valdivia? Manríquez, responde: "De los personajes históricos parece que trascienden más los mitos y leyendas, que se perpetúan, que lo verdadero. También existen ocultismos pudorosos y algunos intencionados en los resúmenes biográficos. Repetir los lugares comunes, con los erróneos, es más de lo mismo. Ahora, me conformo con que se reinstale su busto en la Plaza de la República. Quienes lo derribaron y lo dejaron luego botado, arrasando a un imaginado personaje histórico falso, se equivocaron medio a medio. Henríquez, de partida nos dejó ejemplos y contribuyó al inicio de la prensa y el periodismo chilenos; amén de haber sido un revolucionario libertario en todo sentido, con aportes a lo que somos.

Mitos y verdades

Aunque defiende su importancia en la historia nacional, Abel Manríquez es crítico al momento de dejar al descubierto toda aquella información relacionada con Camilo Henríquez que según sus propias investigaciones se han hecho pública de manera errónea.

Acá enumera algunos mitos y verdades.

"Su lugar de nacimiento en Valdivia, indicado por dos placas metálicas no es tal. Ubicadas ambas en el edificio en el cual funcionó por décadas el diario El Correo de Valdivia, calle Yungay N°756, próximo al Torreón de Los Canelos. Exceso de entusiasmo conmemorativo y falta de confirmación de las fuentes. No existen antecedentes fidedignos de que allí estuviera la casa natal de Camilo Henríquez", dice.

Y agrega: "Recordarlo en insistencia como 'Fray Camilo Henríquez', enfatizando la condición de monje, un curita, entendiéndose como fiel participante y representante de la Iglesia en la Independencia de Chile. Pero hay dos Camilo Henríquez en uno solo. El que fue fraile, abordado y encarcelado por la Inquisición debido a sus lecturas herejes de los enciclopedistas (grave delito eclesial y secular), crítico y disconforme; y el mismo que se apartó de la Iglesia por su propia voluntad. Fue apóstata (desertor, renegado), abandonando formalmente el sacerdocio y sin retorno; llevando vida disoluta (entregado con facilidad a lo contrario a la moral) escribió con franqueza el riguroso periodista e historiador eclesiástico y religioso Fidel Araneda Castro, indicando también que Henríquez había sido un 'mal sacerdote'".

También indica: "Al morir (16 de marzo de 1825) fue sepultado en el Cementerio General de Santiago se reseña en sus biografías. El investigador histórico Ricardo Bustos Castillo (actualmente fallecido) me comentó haber buscado su tumba sin hallarla y que incluso recorrió iglesias en dónde hay personalidades y ciudadanos, del siglo XIX en descanso eterno. Por mi parte he estado haciendo igual periplo con el mismo resultado. En el Cementerio General lo que exhiben como sepultura de Camilo Henríquez, es en realidad un monolito recordatorio. El valdiviano más ilustre de la Independencia de Chile es un desaparecido".

13 de febrero es la celebración del Día de la Prensa como una forma de recordar la puesta en circulación de la Aurora de Chile, el primer periódico nacional, en 1812.

3 bustos de Camilo Henríquez hay en Chile. Al menos así lo consigna el Consejo de Monumentos Nacionales. Están en Valdivia, Punta Arenas y Arica.

58 ejemplares tuvo el periódico editado por el sacerdote, periodista y revolucionario que a los 14 años de edad fue enviado a Lima a completar sus estudios básicos.

"Falta valoración social"

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Yerko Monje, director de la Escuela de Pedagogía en Historia y Ciencias Sociales UACh dice que más que bautizar calles y colocar bustos, para el caso de Camilo Henríquez se necesita una mayor valoración social. "El reconocimiento tiene que venir desde el pueblo que habita el territorio y por eso es una tarea de largo plazo. En Valdivia existe una dinámica histórica tendiente a mostrar, por ejemplo, aspectos relacionados a la llegada de los alemanes a la zona que es algo relacionado más a la masividad de cierta memoria relacionada el presente. Una hipótesis entonces es que la figura de Camilo Henríquez no tiene tanta significación asociada a ese presente de las comunidades. La deuda que aparece es, más que mostrar al personaje, se debería mostrar la fuerza de sus ideas", afirma.