Avances
Otro de los temas que se busca instalar al interior de la universidad se relaciona con los cruces que se pueden generar entre el arte y, por ejemplo, las ciencias, gracias a la labor del MAC. Actualmente el museo mantiene una colaboración permanente con Galería Réplica inaugurada en 2014, que funciona a un costado de la Escuela de Licenciatura en Artes Visuales.
"El nuevo edificio es un desafío en sí mismo, pero también debemos asumir el desafío de resolver el cómo se percibe el museo no tan solo como un lugar físico ubicado en la Isla Teja. El MAC hace rato que dejó de ser el espacio al que las personas tienen que ir. Es más bien el museo el que tiene que ir hacia la ciudad, hacia las personas y los barrios. Es una nueva manera de ver las cosas", dice la directora.
¿Cuál es el tipo de público que registra menos vínculo con el museo y cómo se pretende revertir aquello?
- Uno de lo diagnósticos que compartimos en conjunto Galería Réplica y MAC es que nuestras audiencias más bajas son adultos mayores y jóvenes. Para subsanar aquello es que postulamos y nos adjudicamos un proyecto Fondart de actividades formativas orientada precisamente al público al que sabemos que tenemos que llegar (ver recuadro). Estamos conscientes de que hay personas que ni siquiera saben del museo y la galería y eso hay que revertirlo.
¿Cómo evalúa la relación que tiene el museo con Galería Réplica y la Escuela de Artes Visuales?
- Hay vínculos muy interesantes que tienen hitos como el establecimiento del Salón del Estudiante donde son precisamente los alumnos de Artes Visuales los que muestran sus proyectos en el museo. Con Galería Réplica la relación también es estrecha porque a diferencia de Hernán Miranda, yo soy profesora de la universidad, entonces la dinámica es diferente y se ha traducido en acciones conjuntas como, por ejemplo, el programa de residencias artísticas 'Bruma' en convenio con el Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio.
El edificio
Enero de 2021 fue el plazo original de puesta en funcionamiento del MAC en sus instalaciones mejoradas y ampliadas. Pero la intervención demoró más de los esperado, entre otros factores, por hallazgos arqueológicos. La trama se complicó mucho más el segundo semestre del año pasado, cuando la empresa B+V decidió suspender las faenas y demandar al MOP, tras denunciar que las condiciones del proyecto cambiaron generándose perjuicios.
La licitación data de 2019, año en que el MAC cerró sus puertas para dar paso a una intervención que hasta la fecha sigue en pausa.
Lo que no se detuvo fueron las actividades de extensión en otros espacios y aquellas hechas vía web debido a la prohibición de la presencialidad producto de la pandemia.
¿Cómo han enfrentado esta situación con la obra del edificio?
- No tener el edificio es como no tener la casa. Sin duda que es una situación compleja porque tenemos menos autonomía, pero creemos que es una gran oportunidad para reforzar aquello de pensar el museo no solo como el espacio físico. A falta de que se terminen las obras, tenemos a Galería Réplica y el Centro de Extensión Los Canelos como lugares donde hacer actividades. Es muy estimulante poder elaborar propuestas que no se vinculan solamente con el tener o no tener un edificio. La actual situación nos ha forzado a tener otras relaciones, a buscar nuevas alianzas. En el imaginario más convencional, es más difícil operar al saberse que no tenemos un edificio. No obstante, hemos sorteado de buena manera esa circunstancia porque nos impulsa a buscar otros lugares para nuestras actividades.
Hace cuatro años gracias al programa llamado "MAC en Tránsito" se hicieron seis exposiciones fuera de las dependencias de la ex cervecería. También hubo 19 muestras virtuales, más ocho talleres on line para niños y adultos mayores. En 2021 la agenda consideró tres exposiciones y el año pasado se hicieron tres talleres y dos exposiciones: "Resiste" y "Antúnez. Poéticas de un territorio llamado Chile".
La primera consideró la recopilación de material de archivo del estallido social de octubre de 2019, en una convocatoria regional junto con Galería Réplica. María Jesús Román dice que la propuesta local fue la primera con el mismo tema realizada fuera de Santiago. "También fue la primera aparición pública del museo después de la muerte de Hernán Miranda y uno de los primeros gestos que hemos hecho como espacio para intentar vincularnos con las comunidades fuera de la universidad y fuera de Valdivia, pensando en la descentralización y que en las grandes ciudades también se produce la hegemonía de las culturas y las artes".
Su cargo es directora interina. ¿Eso implica liderar un proceso de transición para la llegada de otro director a futuro?
- Efectivamente estamos en un proceso de transición gestado por el edificio donde esperamos prontamente comenzar a funcionar con un nuevo plan de gestión. Cuando se logren ambas cosas debería surgir una nueva propuesta de equipo para el MAC.
¿Cómo proyecta al museo una vez que se logren sortear las actuales complicaciones?
- Es importante destacar el trabajo que hizo Hernán Miranda en su momento. Fue visionario para proyectar un museo en una instalación que fue una cervecería. Ahora nosotros enfrentamos el desafío de actualizar un plan de gestión y de instalar una nueva visión que tenemos de la institución".
"Es importante que el museo proponga espacios formativos en materia de arte contemporáneo y que se propenda al desarrollo de la investigación en arte contemporáneo".
"El MAC hace rato que dejó de ser el espacio al que las personas tienen que ir. Es más bien el museo el que tiene que ir hacia la ciudad, a los barrios. Es una nueva manera de ver las cosas".
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