Secciones

  • Portada
  • Actualidad
  • Opinión
  • Actualidad general
  • Deportes
  • Clasificados
  • Cartelera y Tv
ENTREVISTA. Erminda Araneda aro, mafileña de 88 años de edad:

"Estoy acostumbrada a la vida del campo y no la cambio por nada"

VIDA CAMPESINA. Querida vecina da testimonio de su vida en sectores rurales de la región.
E-mail Compartir

Juan Carlos Hernández G.

Agricultora, tejedora. Mujer de campo. Trabajadora y apegada a su familia. No tuvo posibilidades de educarse, pero junto a su esposo sacó adelante a la familia. Erminda Araneda Aro (88 años) es la protagonista de una historia de esfuerzo que comenzó en el sector de Remehue, comuna de Los Lagos. El pasado 15 de abril, junto a hijos, nietos, bisnietos y un tataranieto celebró su cumpleaños en Máfil, donde aprovechó de repasar algunos pasajes de su vida, con la tranquilidad que da la satisfacción del deber cumplido.

A los 15 años fue madre de su primera hija. Decidió probar suerte y viajar a Concepción, donde se desempeñó durante algunos años como asesora del hogar. Luego y por razones familiares regresó a la zona, para radicarse junto a los suyos en la localidad de Covadonga (Los Lagos), donde nació su segunda hija.

Precisamente la familia recuerda que luego de su matrimonio con Hipólito Ramírez lograron la compra de un terreno en Santa Marta-Huichaco. En 1989 falleció su esposo y ella -junto a sus hijos- asumió la responsabilidad de encabezar el emprendimiento familiar que habían generado.

Tranquila, doña Erminda señala que no cambia "por nada del mundo" la posibilidad de vivir en su campo y en contacto con la naturaleza. "Estoy tan acostumbrada a la vida del campo, que no quiero moverme. Vivo tranquila, tengo mis cosas, mis animalitos, mis gallinas", asegura y agrega que de todos los sectores rurales que han sido su hogar, Santa Marta-Huichaco es el mejor lugar donde vivir.

¿Cómo se mantiene físicamente? Asegura que pese a tener dificultades en la movilidad de sus piernas, "tengo el ánimo para seguir adelante. Vivo con una sobrina y ahí nos arreglamos. Son más de 30 años desde que enviudé y tuve que continuar mi vida".

También recuerda que junto a la agricultura, durante años se dedicó a la artesanía en lana: "Hacía tejidos, mantas, calcetines, todo lo que se pudiera hacer".

En el escenario actual, señala que fue una sorpresa la celebración de su cumpleaños N° 88. "Me fueron a buscar, me trajeron a Máfil y la fiesta estuvo muy buena. Pero me vuelvo hoy día mismo, porque no me acostumbro en la ciudad. Tengo que volver a mirar mis crianzas", explica.

Con la irrupción de la tecnología, doña Erminda se mantiene en contacto frecuente con sus seres queridos a través del teléfono celular. Y cada tarde se sienta cómodamente frente al televisor para ver sus telenovelas favoritas y después comentarlas con sus hijos, nueras, yernos y nietos, que siempre la visitan. "En los veranos también salgo de mi casa y me gusta ir a las ferias costumbristas, donde participan mis nietos. Una hija me va a buscar y después me va a dejar a mi casa", explica.

Y tal como lo señala su familia, Erminda Araneda Aro hoy se dedica a contemplar el atardecer y la hermosa naturaleza que la rodea, "disfrutando de los logros alcanzados a lo largo de su vida y desarrollando una serie de actividades como el sembrado de sus hortalizas y su jardín, dándole comida a sus aves, sintiendo el balar de sus ovejas cada mañana, escarmenando su lana e hilando, para que luego sea tejida por otras manos".

Nacida en remehue

E-mail Compartir

Hoy en Santa Marta Erminda Araneda Aro nació el 15 de abril de 1935 en el sector de Remehue, cerca de Riñihue. Sus padres fueron Rafael Araneda Mendoza y Cecilia Aro Cifuentes; y ella fue la mayor de diez hermanos: Erminda, Enoc, Eleazar, Enedina, Eloísa, Dalicia, Ana, Eliana, Elusinda y Héctor. Luego de ser madre de Sonia Elizabeth y Elizabeth del Carmen, en el año 1961 contrajo matrimonio con Hipólito Ramírez, se radicaron en Pumillahue (comuna de Mariquina) y fueron padres de cinco hijos: Isidoro Omar, Mariela Edith, Angélica Helia, César Eduardo y Cecilia Margoth. En el año 1975, el matrimonio Ramírez-Araneda tuvo la oportunidad de comprar un terreno en el sector de Santa Marta-Huichaco, en la comuna de Máfil, dedicándose básicamente a la agricultura. Viuda desde el año 1989, continúa viviendo en el campo y a su edad comparte con sus siete hijos, 14 nietos, 21 nietos y un tataranieto.

Dolores musculares

E-mail Compartir

Con el paso de los años se vuelven más recurrentes las enfermedades, dolores y molestias de los músculos, tendones, huesos y articulaciones, especialmente en el período de otoño-invierno a raíz de las bajas temperaturas y la humedad.

Para enfrentar estos malestares, muchas personas optan por alternativas farmacológicas, las que contribuyen a mantener alejados estos síntomas. No obstante, debemos tener claro que el uso de fármacos tiene efectos secundarios o no deseados, que pueden provocar dependencia ligera, moderada o grave.

Así, resulta clave sugerir al paciente geriátrico sano y enfermo, lleve adelante un programa de vida activa desde el punto de vista de la movilidad, ya que le ayudará a evitar molestias, dolores y contribuirá a mantenerse más activo, lúcido y con mejor ánimo.

Antes, cuando se producía una fractura de cadera era de mal diagnóstico . Hoy y gracias a la visión integral de atención al adulto mayor, podemos prevenir este tipo de accidentes con actividad física y ejercicios supervisados por profesionales kinesiólogos, especialistas en atención de adultos mayores, porque ellos además de dolores, presentan cansancios, confusiones, mareos, depresiones, etc. Materias que se ven influidas positivamente con una vida activa en la cual la actividad física y programada es primordial.

Así retardamos las patologías relacionadas con el adulto mayor, a través de la promoción de estilos de vida saludable. Pero siempre es importante saber que si los dolores persisten, deberá acudir a su médico. La ciencia y la tecnología han progresado mucho y los cuadros de dolor de cualquier tipo son manejables, permitiendo desarrollar una buena calidad de vida.

Eduardo

Cruzat

Director

Kinesiología UST Valdivia