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reforzó la idea de querer mostrarlos más desde una perspectiva lúdica y popular", explica Muñoz. Con ese propósito es que además nacieron otras ideas como, por ejemplo, el pequeño libro ilustrado "Guillermina y los fungi", de Antonia Suárez. Es una obra breve que cuenta la historia de una niña y sus aventuras en medio de la naturaleza. Fue publicada en 2017.

"El mundo fungi es realmente fascinante. Siempre nos llamó la atención el cómo no se crearon antes instancias de enseñanza y aprendizaje. Por eso nos sentimos afortunados de poder abrir caminos para el encuentro de las personas y la valoración del entorno natural", agrega Robert Muñoz.

Con vecinos

El "FungiFest" ocurre en otoño como una forma de romper la estacionalidad del turismo. Se ha vuelto un encuentro internacional y plataforma para vincular profesionales interesados en hacer investigaciones.

Pero más allá de lo que pueda ocurrir en mayo, hay actividades durante el resto de la temporada con las que se invitan a conocer zonas como el sector regional, la Isla Teja y los parques Harnecker y Londres.

Gracias su clima, Valdivia se presenta como un gran sitio natural de observación fungi, donde son frecuentes las salidas a terreno para explorar más sobre las distintas setas. La ciudad también es un lugar donde el trabajo con los vecinos se ha vuelto fundamental.

Uno de los referentes en ese sentido es el proyecto Labranza de Isabel Tobar (actriz) y Félix Vergara (comunicador audiovisual). Nació en 2019. Está orientado al mundo productivo de los hongos y a la soberanía alimentaria. Es también un espacio de mediación del conocimiento. "Nos propusimos transmitir el fungi universo a las comunidades. De lo que más sabemos es del reino animal y vegetal, no tanto así del reino fungi que tiene otras características. Nos interesa poder socializar el conocimiento con el ciudadano promedio que no está tan relacionado ni con el conocimiento científico ni con el ancestral", dice Alex Vergara.

Con Isabel Tobar entraron al mundo de los hongos desde el ejercicio del cultivo, lo que derivó en la investigación y posteriormente el ánimo de compartir todo lo descubierto.

El año pasado Valdivia Urban Lab entregó financiamiento a Labranza para un proyecto con vecinos de la ciudad. Se trabajó en relación a huertas comunitarias en los sectores de Collico, Las Ánimas y Galilea. "Las personas se llevaron los cultivos a sus hogares para poder cosechar, no obstante, a futuro estamos pensando en la creación de invernaderos o espacios parecidos, donde se puedan dejar los cultivos", dice Tobar.

Y Vergara, agrega: "La industria del cultivo de los hongos siempre ha sido muy hermética. Entonces cuando liberas ese conocimiento y permites que las personas puedan cultivar en sus propias casas, se generan nuevas oportunidades. La gente se emociona mucho con eso y también agradece bastante poder mirar las cosas de una manera diferente".

Hace una semana Labranza, en conjunto con el Programa de Desarrollo Territorial Indígena, trabajó con comunidades de La Unión en relación a la expansión de hongos silvestres y el cultivo del hongo Ostra.

Mirar hacia el aula

Aunque también se relacionan con la comunidad en general en Setería Humedal Punucapa también les interesa que el reino fungi sea un conocimiento de acceso para niños y jóvenes.

El proyecto nació en 2009 cuando el cocinero Rodrigo Jerez llegó a vivir a Punucapa. Venía desde Chaitén con un emprendimiento vinculado al mundo natural. Dice que sus papás lo educaron en conocimientos relacionados al respeto y entendimiento de la naturaleza, por lo que no fue casualidad levantar una plataforma fungi vinculada con recolección, turismo, estudio, avistamiento y fotografía.

"Fuimos precursores de un tipo de turismo diferente. En cierta manera preparamos el camino para el nacimiento de otros emprendimientos que ayudaron a que los hongos se pusieran de moda. Algo que siempre nos llamó la atención fue que en el colegio te enseñan mucho de flora y fauna, pero casi nada de lo fungi. Por eso es que apuntamos a interesar a los niños en todo esto. Queremos permitir ese acercamiento con un conocimiento que no está en el aula y así a futuro, tal vez, motivar el interés por las ciencias", explica Jerez que en Setería Humedal Punucapa trabaja junto a Javiera Flores.

La labor de ambos igualmente está enfocada en explorar un mayor acercamiento con los establecimientos educacionales. "Nuestro norte es la concientización sobre el medio. Sería bastante bueno tener una política sobre ampliar el aula, sacar a los niños al territorio para recorrerlo, hacer una escuela al aire libre. Quienes son de zonas rurales tienen la memoria de prácticas de recolección o de vínculo con la naturaleza, que sería súper bueno reforzar y traer de vuelta", aclara Flores.

Para beber

El 13 de abril en la Nube Cowork fue el lanzamiento de "Fungeat" y su primera línea de productos "Fungi Coffee". Se trata de una preparación instantánea que combina granos de café tostados y molidos con setas saludables y deshidratadas. El emprendimiento es Alejandra Faúndez, santiaguina radicada en Valdivia desde 2001 que comenzó a familiarizarse con el mundo fungi gracias a caminatas por Selva Valdiviana.

"Aprendí más sobre los hongos, de manera de validar primero si existía un interés en el mercado chileno, para luego vincular sus propiedades saludables con el café al ser una bebida con un alto crecimiento exponencial, con características únicas, no solo al tener un buen café de origen. En ese instante el match con los hongos saludables fue clave, porque me percaté que no existía mucho café con valor agregado en temas de salud", dice.

Y agrega: "'Fungeat' trabaja con las variedades Melena de León, Maitake y Shiitake. Se levantó información sobre sus propiedades y se concluyó que estas tres variedades mezcladas con café de grano molido aportan propiedades saludables que contribuyen respectivamente a cuidar la memoria, a equilibrar la flora intestinal y a fortalecer el sistema inmune".

Estos hongos son una fuente de proteína vegetal importante, además contienen de elementos como potasio, que ayuda a la contracción de los músculos y zinc que ayuda a proteger de bacterias y virus, junto con vitaminas B y D. En específico el hongo Melena de León (Hericium erinaceus) contiene Erinacinas, que se caracterizan por promover la estimulación de la memoria. Maitake (Grifola frondosa) contiene el disacárido Trehalosa y se vincula con un equilibrio en la flora intestinal, mientras que el Shiitake (Lentinula edodes) se compone de Lentinano, que genera acción antibacteriana y antivirus.

El desarrollo de los productos demoró nueve meses. En el proceso se contó con el apoyo de CORFO e IncubatecUFRO, potenciadora de negocios de la Universidad de La Frontera que es la entidad patrocinante.

"Nuestro norte es la concientización sobre el medio. Sería bastante bueno tener una política sobre ampliar el aula, sacar a los niños al territorio para recorrerlo".

Javiera Flores, Setería Humedal Punucapa

19 al 21 de mayo será el 8° "FungiFest" en el Centro de Ferias del Parque Saval con más de 100 expositores con stand y en el programa especial de charlas y conversatorios.

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Proyecto en desarrollo

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"Hongos de Lanco: Valor del patrimonio etnocultural" se llama el proyecto que lidera Erika Briceño, académica del Instituto de Producción y Sanidad Vegetal de la Facultad de Ciencias Agrarias y Alimentarias UACh. La iniciativa fue lanzada en diciembre y es financiada por el Fondo de Innovación para la Competitividad del Gobierno Regional y su Consejo Regional. Consiste en un trabajo con las comunidades indígenas de Kilkilco y Puyehue, en Lanco, con miras a un mejor uso de los recursos fúngicos. "Uno de los objetivos de este proyecto es realizar una cosecha sustentable de los hongos comestibles silvestres, capacitar en la identificación de las especies cosechadas, rescatar la tradición culinaria y desarrollar productos con valor agregado que mantengan las cualidades nutritivas, aumenten la vida útil y permitan lograr mejores ingresos a las comunidades", explica. El proyecto dura dos años.