"Los mayores ya cumplieron su labor y ahora deben disfrutar de la vida...."
DIRIGENTA. Es miembro y presidenta de su agrupación desde hace trece años.
Hace 15 años, una amiga la invitó a formar parte del grupo de adultos mayores ligados al entonces Consultorio Gil de Castro. Entusiasmada y luego de asistir a los talleres ofrecidos en la Casa del Adulto Mayor de la Municipalidad de Valdivia, Luisa Zamorano Guajardo no lo pensó dos veces y aceptó la invitación. Pronto fue elegida vicepresidenta y secretaria del club; y desde hace 13 años es la presidenta del grupo de mayores Asociación Gil de Castro, labor en la cual la acompañan la tesorera Carmen Ojeda y la secretaria María Pulgar.
Además, trabaja como directora de la Unión Comunal de Adultos Mayores (UCAM) de Valdivia y señala que uno de sus sueños es ver en funcionamiento el Centro Recreativo del Adulto Mayor, que se construye en el sector de Parque Krahmer.
¿Qué trabajo desarrolla su grupo en la actualidad?
-Participamos en los talleres de la Casa del Adulto Mayor de la municipalidad, donde hacemos ejercicios por ejemplo; y como grupo también organizamos talleres e invitamos a profesionales médicos, enfermeras, que nos hacen charlas sobre remedios y enfermedades. Para eso contamos con nuestra sede a un costado del Cesfam Jorge Sabat, la que tenemos completamente implementada y donde hacemos reuniones y eventos. Nuestra agrupación la forman 46 socios activos, de los cuales solo cuatro son hombres. Son pocos, pero "apañadores". Tenemos convivencias, nos juntamos todos los viernes a charlar, conversar, jugar, algo que a todos nos hace bien.
¿Cómo vivieron Uds. la época de la pandemia?
-Fue muy complicada, porque la pandemia nos robó dos años. En ese tiempo, se nos fueron cuatro socias. Fue una época muy triste, se veía mucha tristeza en los adultos mayores. Se desarrollaron muchas enfermedades. Yo nunca dejé de contactarme con ellos, de alguna manera había que saber cómo estaban.
¿Y el momento de volver a encontrarse?
-Fue maravilloso, porque realmente es eso: un reencuentro. Con mucho temor, con todas las precauciones y medidas de seguridad, de a poco logramos volver a encontrarnos y otros adultos mayores se reincorporaron a sus clubes.
¿Cuáles son sus actuales desafíos como grupo?
-Nuestro desafío es jugar siempre a ganador. Estamos en una época de postulaciones de proyectos al Senama, a la Casa del Adulto Mayor y al gobierno. Los estamos terminando y el anhelo es ganarlos, porque llena el alma el hecho de saber que vas a poder cooperar y apoyar a personas que realmente lo necesitan, que están solo o solas y que hay que ayudarlos. La municipalidad nos da todo el apoyo, nos asesora, ayuda con materiales, para que los grupos puedan participar y ganar proyectos. Eso es grandioso, para que ellos se sientan bien. Ser dirigente significa comprometerse con el otro.
¿Cómo se motivó a ser dirigente social?
-Un día me dijeron que querían que fuera su presidenta y que tenía todo el apoyo. No sabía nada de nada, pero nunca es tarde para aprender. Así comencé, llevo 13 años y creo que no lo he hecho tan mal, como me han reelecto tantas veces. Pero llega un momento en que hay que dar un paso al costado, para que nueva gente se incorpore y pueda continuar el trabajo.
Con su experiencia, ¿qué mensaje o consejo puede entregar a quienes por su edad están a punto de dejar el mundo laboral?
-La persona mayor no debe quedarse encerrada en su casa. Si ya trabajó, crió hijos, no tiene nada más que hacer, tiene que pasarlo bien. Por eso insisto que los proyectos son una instancia para viajar, salir a conocer, que nos atiendan y sirvan al menos durante un día, que la persona se sienta feliz. Los invito a que se integren a los grupos, que no se queden cuidando ahora a los nietos, a menos que sea algo urgente y eventual. Los mayores ya cumplieron su labor. Esta es la última etapa y solo nos queda disfrutar de la vida.