Vivir con asma severa
Al menos un 10% de la población padece algún nivel de asma en Chile. Hay una versión de esta enfermedad que poco se conoce, es el asma severo. Quienes lo sufrimos, vivimos en una lucha constante por respirar y nos enfrentamos a una patología que llega a ser invalidante. Eso significa que no podemos trabajar tal y como lo haría una persona sana, e incluso nos impide hacer tareas cotidianas como darnos una ducha, cocinar nuestros alimentos y tener una vida medianamente normal.
Muchos pacientes están acostumbrados a vivir con síntomas: tienen tos, les silba el pecho, hacen bronquitis una a dos veces al año y se acostumbran a vivir mal, disminuyendo así su calidad de vida. A diario luchamos por respirar y es por esto que pedimos que las terapias biológicas sean consideradas en el próximo decreto de la Ley Ricarte Soto.
Tenemos ya más de una década en espera, dependiendo siempre de un decreto. Las políticas han sido tan invisibles que la Guía Clínica para el Asma no se actualiza desde el 2016 y es recién ahora que está en proceso de actualización.
Se nos agota el tiempo. Y la vida de ese 10% que vive con asma severa en el país no puede esperar al 2025, a un próximo decreto de la Ley Ricarte Soto. Hay personas que están muriendo. No se olviden de nosotros, de las personas con asma severo en Chile.
Claudia Fuentes Pdta. Fundación Chile Asma
Cuando se enferma el lenguaje
La lingüística clínica es un "campo aplicado" de la lingüística que da cuenta de las condiciones cuando los procesos verbales se disfuncionan. El tema es abordado en el texto "Introducción a la Lingüística Clínica: Aproximaciones a los trastornos de la comunicación", 2018, John Castro (Editor) que aborda esta realidad.
Contiene tres grandes secciones: a) aportes de la lingüística al estudio del lenguaje y sus trastornos, b) el desarrollo del lenguaje (aprendizaje y adquisición) en los distintos estadios del desarrollo humano, c) estudios interdisciplinarios del lenguaje.
El pilar fundamental del texto descansa ampliamente en las ideas de Roman Jakobson (1896- 1982), lingüista y filólogo ruso, pionero del estructuralismo, conocido por el tema de las funciones del lenguaje en la comunicación humana. En Chile, hace algunos años, el Dr. Ambrosio Rabanales (1917- 2019) se adelantó diciendo "si queremos conocer los trastornos, debemos saber qué o cómo es aquello que se trastorna". Por lo mismo es que la profesora María Mercedes Pavez, Universidad de Chile y PUC- Chile destacó la relevancia del lingüista en la evaluación de los trastornos del lenguaje en niños y adultos -aquí- en un capítulo especial.
Los contenidos están al alcance de la comprensión de todo profesional interesado en el estudio del lenguaje desde una perspectiva clínica. Contiene el conocimiento básico sobre trastornos de habla, del lenguaje (afasia y disfasia), problemas a nivel fonológico, sintácticos, y pragmáticos; los problemas en el aprendizaje escolar, pérdida auditiva, la producción de vocales/consonantes, influencias del medio social y familiar en el desarrollo del lenguaje, la comprensión auditiva y lectura en el déficit intelectual.
Disponemos de un texto para entender cuándo y cómo nuestro lenguaje se enferma aplicable también a los discursos públicos, la pedantería en los medios, las psicopatologías del vecindario o de los ambientes laborales.
Omer Silva Villena Profesor y Lingüista
Hijos víctimas de femicidios
Quisiera manifestar mi apoyo al proyecto de ley que crea un régimen de protección y reparación integral para las víctimas de femicidio y sus familias, recientemente aprobado por el Congreso y a la espera de su promulgación.
Considero que esta iniciativa es un gran avance en la lucha contra la violencia de género en nuestro país, ya que establece medidas concretas para proteger y reparar a las víctimas y sus familias. Destaco especialmente la creación de una pensión para los hijos de las víctimas de femicidio o suicidio femicida, lo cual les brindará un importante apoyo económico para su desarrollo y bienestar.
Asimismo, la norma establece el fuero laboral para las víctimas de femicidio frustrado o tentado, lo que les permitirá proteger su trabajo mientras se recuperan de los traumas sufridos. Además, reconoce a la madre o padre de las hijas o hijos de la víctima como víctima indirecta, lo cual es un crucial avance en el reconocimiento de la violencia hacia las mujeres.
Elisa Sánchez Psicóloga