Frontera entre México y EE.UU. se satura de migrantes en víspera del fin de ley que permite expulsiones
CRISIS. El jueves dejará de regir el Título 42, norma que permite deportaciones inmediatas por motivos de salud. Miles de personas desbordan ciudades limítrofes.
Tanto al sur como al norte de la frontera entre México y Estados Unidos se han conglomerado miles de personas a la espera de que el jueves la Casa Blanca ponga fin al Título 42, un hito que muchos migrantes perciben como una oportunidad para cruzar hacia EE.UU..
Es la situación de El Paso, ciudad estadounidense en la frontera con México, en la que un millar de personas acampa precariamente.
El gobernador de Texas, el republicano Greg Abbott, anunció ayer el despliegue de una nueva unidad de la Guardia Nacional que operará con helicópteros para evitar la entrada de migrantes desde México y anticipó que están preparando leyes para considerar como "delito grave" la entrada ilegal y permitir así la expulsión de los migrantes.
En El Paso está vigente el estado de emergencia desde el 1 de mayo para poder reaccionar con más diligencia a la situación, debido a la gran afluencia de migrantes que han decidido no esperar a que el Título 42, medida que adoptó Donald Trump y después continuó el Presidente Joe Biden para expulsar a migrantes con el argumento de la pandemia por el covid-19, concluya para intentar buscar una mejor vida en Estados Unidos.
En el centro de la ciudad, en torno a la Iglesia del Sagrado Corazón de Jesús se concentra ya un millar de personas, la mayoría indocumentadas y hombres que se protegen de noche con mantas entregadas por la Cruz Roja y de día usan improvisados cobijos, hechos con lonas, para evitar el calor que se hace notar con fuerza en estas latitudes meridionales del país.
También se han instalado servicios públicos para las personas que se concentran en la zona, muchas de las cuales hacen planes sobre su próximo paso: solicitar asilo o continuar su camino hacia el norte arriesgándose a ser detenidos y deportados.
Albergues desbordados
Al sur de la frontera, en Ciudad Juárez, se estima que se albergan más de 35.000 migrantes, con cientos de ellos que duermen en las calles, donde algunos trabajan en la informalidad limpiando vidrios o vendiendo dulces.
Un ejemplo de la situación es "El buen samaritano", un refugio que en febrero pasado incrementó su capacidad de 50 a 180 personas ante la creciente presencia de migrantes.
"Es probable que incrementen los flujos migratorios, esta situación se va a poner compleja y probablemente algunos grupos (de criminales) se aprovechen para cruzarlos ilegalmente", expuso a Efe Juan Fierro, director del albergue.
Sin embargo, el Presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, negó que su país afrontará un mayor ingreso de migrantes ante el fin del Título 42. "Con la información que se está dando, nosotros pensamos que no va a aumentar el flujo migratorio, porque se está abriendo una opción, una alternativa", declaró el Mandatario, quien adelantó que hoy tendrá una videoconferencia con Biden para tratar este y otros temas.
El Mandatario, además, cuestionó el anuncio de Abbott. "El gobernador de Texas también en una ocasión dijo que iba a armar la frontera con cañones hacia acá, hacia nosotros, con tanques. ¿Y ahora qué dice? Que helicópteros. Allá en su territorio lo pueden hacer, nada más que de este lado de la frontera no", dijo López Obrador.