Autopistas: cobran caro y

rinden poco

Si hay algo que se viene repitiendo desde hace décadas y que sigue aumentando la legítima frustración ciudadana, son los abusos.

No solo en la salud, como ya lo hemos visto con las isapres y los cobros ilegales que hicieron por años. Hace solo unos días, el abuso nuevamente se instaló en la agenda pública. El abuso y el terror, ante la indiferencia de los responsables.

Más de 30 vehículos fueron apedreados en la ruta 5Sur, en el tramo concesionado a la empresa Ruta del Maipo. Los conductores aterrados llegaron al peaje y en lugar de recibir apoyo, tuvieron que pagar en el pórtico y constatar que estaban desamparados. Nadie los escuchó. Solo cuando obstaculizaron el paso llegaron los Carabineros. ¿Cómo es posible?

Esta es la muestra más clara de la indefensión de las personas frente a abusos reiterados. Es por ello que, junto con pedir al Gobierno urgencia a una serie de proyectos que podrían contribuir a elevar los estándares de seguridad y otorgar mayor protección a las personas en las autopistas, he emplazado a las autoridades a cambiar las exigencias en los contratos de concesiones. Así como están las cosas, las empresas simplemente miran para el lado y nadie responde.

El MOP y el Ministerio del Interior tienen que ponerse de acuerdo para otorgar urgencia a una serie de proyectos que hemos presentado hace ya bastante tiempo para mejorar las condiciones de seguridad de las autopistas a lo largo de todo Chile y no solamente en Santiago, porque esto se repite en varias regiones del país. Proyectos como el que obliga a las concesionarias a la instalación de cámaras estratégicas e interconectadas con el sistema de respuesta policial; la exigencia de seguros que se activen de inmediato a favor de las personas; que se puede invocar la ley del consumidor, entre otras.

Muchas concesiones están por terminar y es el momento preciso para cambiar el rayado de cancha.

Iván Flores García

Diputado por Los Ríos

Calidad de aire y coordinación

La evidencia científica indica que la contaminación se asocia con el aumento de enfermedades respiratorias y la disminución de la esperanza de vida de las personas. Por ello, la calidad del aire constituye un factor de segregación social en las ciudades, donde el barrio alto se localiza en lugares de buena ventilación, mientras que los barrios populares se localizan en lugares más bajos, con peor ventilación. Las políticas públicas para reducir la contaminación tienen por tanto un fuerte componente de equidad y justicia social, mejorando la calidad de vida de la población más vulnerable.

En nuestro país estas políticas se iniciaron en 1961, con la promulgación del Decreto 144 del Ministerio de Salud, primera normativa orientada a controlar las emisiones, dando lugar a la creación del Instituto de Higiene del Trabajo y Contaminación Atmosférica en 1963.

Sin embargo, la ausencia de un enfoque intersectorial limitó desde un inicio su impacto, por lo que en 1970, se crea la Comisión Nacional contra la Contaminación Ambiental, cuya misión era "asesorar al Gobierno, por medio del Ministerio de Salud, en la programación y coordinación de una política gubernamental para prevenir la creciente y masiva contaminación ambiental".

Esta comisión intersectorial se anticipó más de 20 años a la creación de la Comisión Nacional del Medio Ambiente (Conama), su heredera legal tras la recuperación de la democracia, posicionando a Chile como uno de los países más avanzados en el desarrollo de un marco regulatorio y un sistema de vigilancia para la contaminación atmosférica, hoy administrado por el Ministerio del Medio Ambiente.

Gracias a la articulación intersectorial en el marco del PDA de Valdivia, hemos logrado reducir significativamente la emisión de material particulado y el tiempo de exposición de la población a altos niveles de contaminación, siendo el recambio de calefactores la medida que más ha contribuido al logro de esta meta. Es una buena noticia, pero todavía nos queda un largo camino por recorrer. Todos y todas somos parte del problema, pero también podemos ser parte de la solución.

Alberto Tacón Seremi del Medioambiente Los Ríos

Reflexión de un niño

No hace muchos días vi la entrevista hecha a un niño español de 10 pequeños años sobre su anhelo y su propio sueño y ante una pregunta clave respondía: "Quiero vivir en paz, no quiero ver personas que tengan hambre ni necesidades, quiero estar feliz con ver mi entorno sano". Conmovedora reflexión de un niño y cuánta razón hay en sus palabras.

Necesitamos que en el mundo exista solidaridad y humanidad para los que sufren; queremos que la paz reine. Me pregunto ¿para qué más armamentos; para qué tantas guerras inútiles que causan muertes y congojas; para qué pensar que unos son de un color y otros de otro si todos queremos lo mismo para el bien de la sociedad en que vivimos; para que tanto poder para algunos y tantas necesidades para otros? Creo que no tiene sentido vivir una carrera en la que nadie triunfará sino que todos sin distinciones seremos perdedores. Sé que las palabras dichas de esta forma nunca cambiarán nada de lo que pasa y seguiremos hacia algo que no tenemos cómo impedir, pero ese niño humilde sin tantos años piensa como nosotros es su forma de soñar.

Arturo Goddard Bravo Profesor Normalista normalista1949@hotmail.com

Democracia, pese a polémica

El 7 de mayo se vivió un nuevo proceso electoral, para elegir a los Consejeros Constitucionales, que redactarán la Constitución. Los resultados generaron polémicas, ya que la derecha obtuvo el 56,5% de los votos (un 35.5% Partido Republicano y 21% Chile Seguro) mientras las listas de izquierda y de centro alcanzaron un 37,5%.

A raíz de esto el Presidente Boric llamó a los ganadores a "no cometer los mismos errores" que cometió su coalición; mientras que José Antonio Kast comentó que "Chile ha derrotado a un gobierno que fracasó".

Pese a estas diferencias de opiniones, e independientemente de quién gane o pierda, creo que debemos destacar que fue un proceso democrático, donde cada ciudadano pudo emitir su sufragio de forma libre y contó con participación masiva. Ahora vienen cinco meses del trabajo del Consejo a los cuales estar atentos y, a mi juicio, es un proceso bien encaminado.

María José Toro Salazar Estudiante de Enfermería

UST Valdivia