Esta semana viajamos a Santiago junto a una delegación de Consejeros Regionales y a nuestros equipos profesionales para reunirnos con la Dirección de Presupuestos (DIPRES) y realizar la tradicional "revisión de discrepancias" del Anteproyecto Regional de Inversiones (ARI) para 2024, ejercicio que esperábamos que este año fuera distinto, pero que nuevamente tendremos que hacer con el objeto de "defender" nuestro presupuesto regional y nuestras aspiraciones.
Es importante destacar que nuestro ARI contiene las directrices estratégicas regionales, construidas a partir de los instrumentos de planificación vigentes, como son la Estrategia Regional de Desarrollo 2023 - 2037, la Política de Fomento e Innovación, el Plan de Acción Regional de Cambio Climático, el Programa del Gobernador Regional, los Planes de Desarrollo Comunal (PLADECO), los Convenios de programación vigentes y el Protocolo de Acuerdos que firmamos con nuestro CORE, que nos permitió consolidar un proyecto de presupuesto público consensuado, que refleja la identidad regional y, aborda las brechas y demandas de los territorios y sus habitantes.
Nos reunimos con ocho ministerios para "defender" la priorización en la inversión regional de diversas iniciativas, como la normalización de la Red Asistencial de Salud; los recursos para enfrentar la contingencia en seguridad pública y aumentar la cobertura del Sistema Nacional de Seguridad Municipal; la cobertura de programas de cuidados para adultos mayores; los subsidios para transporte escolar y el financiamiento para la conservación de infraestructura educacional; la formalización de recursos GORE - INDAP para garantizar el fortalecimiento de la agricultura familiar campesina; los proyectos emblemáticos de infraestructura deportiva y la brecha habitacional, entre otras iniciativas.
Es importante no perder de vista que la inversión de nuestro FNDR representa el 10% de la inversión que se hace en la región, el otro 90% corresponde a la inversión realizada por los Ministerios, por eso es que nos parece de suma importancia que la decisión de las regiones sea tomada en cuenta, especialmente porque nos preocupa que muchos ministerios no cuenten con los recursos suficientes para concretar sus políticas públicas y tengan que recurrir a nuestro precario presupuesto regional para salvaguardar su continuidad.
No nos parece una buena práctica que los ministerios dejen de invertir o disminuyan sus gastos en las regiones, teniendo en cuenta la escasez de recursos de los Gore. No nos parece esta suerte de "ahorro" porque la descentralización debiese propender a fortalecer la gestión sectorial en las propias regiones. Tenemos un importante desafío que atender, por lo que esperamos que en adelante, tengamos que venir sólo a disputar recursos adicionales que las regiones puedan necesitar.