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en la UACh, donde llevo 18 años en la Escuela de Odontología. Ha sido súper gratificante ser docente, ya que ha significado estar constante perfeccionamiento, estar actualizada, estar vigente con el lenguaje de los jóvenes. Ha sido un desafío, pero muy positivo en el ámbito laboral y personal".
La profesional complementó que en paralelo, "junto a una socia me independicé con la Clínica Rudloff, de la cual actualmente soy la directora. La clínica tiene un concepto de atención de pacientes que requieren más cuidados como niños con necesidades especiales, adultos, adultos mayores, donde atendemos casi todas las especialidades".
¿Cómo describiría la experiencia de trabajar como odontóloga?
-En general ha sido súper gratificante, por el impacto que esta labor tiene en las familias, por los lazos que se crean con los pacientes. Este trabajo me ha permitido ayudar a la comunidad, pero también encontrarme con cercanos a quienes he podido retribuir, así como generar lazos de amistad con muchos pacientes.
¿Cómo surge el proyecto Dentistas de Cabecera?
-Es la mezcla perfecta entre clínica y docencia. En 2018 asistí a un congreso y ahí me enteré de que la clasificación de la carie, que es la enfermedad más prevalente que tenemos en salud oral y también la segunda más prevalente de las enfermedades en general a nivel mundial, había cambiado de clasificación y ya no es considerada una enfermedad infectocontagiosa, sino que una enfermedad crónica no transmisible.
Esto significa que al prevenir caries, también estamos colaborando a prevenir otras enfermedades crónicas como la diabetes, la hipertensión o la obesidad infantil. Eso fue para mí súper decidor, porque ya estaba siguiendo una línea de investigación e innovación y estaba pensando como emprendedora. Este cambio que tuvo la enfermedad carie me hizo pensar primero que los dentistas estamos desafiados a hacer algo diferente a lo que estábamos haciendo, ya que la prevalencia de caries no ha disminuido.
Entonces me propuse pensar la odontología de manera distinta, volver a cómo se enseña y volver a la prevención, que a mí siempre me ha apasionado. Así fue que en 2019 formé "Dentistas de Cabecera", junto a un equipo de dos odontólogos y una nutricionista, que incorpora todo este concepto del médico de cabecera, ese médico que conoce a la familia, que puede hacer un seguimiento y desde ahí hacer cambios y estar presente. Ser un acompañamiento continuo.
Eso lo traspasamos a la odontología, a través de planes preventivos anuales, que nos permiten ver al niño constantemente y hacer acciones preventivas, además quitar el miedo al dentista tanto de los niños como de sus familias.
¿Cómo funciona en la práctica esta iniciativa?
-Primero logramos tener una casa acorde con los valores y el propósito de Dentistas de Cabecera y esa casa es la Clínica Rudloff, que desde la entrada acoge a los niños en un ambiente agradable. Nos inspiramos en la Teletón, en el sentido de replicar el excelente trato que allí se entrega y generar un ambiente cálido y receptivo.
La idea es que durante un año los niños estén cubiertos en todas las acciones preventivas que necesiten, llámese sellante, fluor, limpieza, que son acciones que necesitan un pincel. Nuestra propuesta es cambiar la turbina a quienes todos le temen, por un pincel. En paralelo, realizamos talleres de cambio de hábitos, de motivación a las mamás y a los niños según la edad que tengan y controles periódicos, para ir incrementando esa motivación y ese cambio de hábitos.
Eso de estar controlando y motivando continuamente requiere de una gratificación. Esa es la mezcla perfecta para hacer un cambio de hábitos, tanto en higiene como en alimentación y así colaboramos con otras enfermedades crónicas. Hacemos que el niño sienta que el dentista es un amigo, alguien cercano, que las mamás se sienten más contenidas. Nos hacen preguntas y nosotros estamos siempre alerta. Estas suscripciones anuales nos han llenado de gratificación.
¿Cuál es el costo que tiene acceder a esta estrategia?
-Son planes preventivos que se pagan para el año completo, que está orientado desde el embarazo hasta los 18 años. Estamos con los valores justos para mantener la calidad de la atención y considerando que siempre la prevención es una inversión para el bolsillo. Es mucho más económico prevenir que curar, entonces son planes que son asequibles.
Nosotros trabajamos pensando en el riesgo. El niño puede verse actualmente sano, pero nosotros medimos gracias a un programa llamado cariograma, en donde ponemos datos de sus comportamiento en uso de medicamentos, uso de fluoruro, tipo de dieta, cantidad y frecuencia de consumo de azúcar y así podemos anticipar si el niño tiene un alto, mediano o bajo riesgo de sufrir caries en el futuro. Lo que hacemos es interceptar los factores de riesgo que son más patológicos, para disminuir el riesgo. Es un trabajo precioso.
¿Cuáles son las claves para generar este cambio de hábitos y prevenir enfermedades?
-Lo primero es tomar conciencia de que hay algunos hábitos que es mejor cambiar, de un hábito que sea patológico a uno que lo beneficie y favorezca su salud. Primero hay que identificarlo para tomar conciencia de querer cambiarlo para sus hijos. Luego hay que hacer un reforzamiento continuo de los cambios, lo que no es fácil, porque dejar el azúcar o bajar de peso es complejo. Hay que hacer una estrategia de reforzamiento y que tenga una gratificación, algo que haga sentir bien al niño, para que sienta que vale la pena el esfuerzo que está haciendo. Entre reforzamiento y reforzamiento, de repente pasa a ser parte de tus hábitos.
Hay elementos simples como saber cepillarse, usar el cepillo adecuado, usar la pasta con fluoruro, no enjuagarse la pasta en la noche, son tips que son simples de implementar, pero a veces los padres no lo saben. Sin embargo, estos cambios se deben hacer de forma personalizada, según lo que necesite cada familia y cada niño. Las charlas masivas sirven para motivar, pero luego hay que ir al área familiar para cerrar el círculo.
Plataforma
¿De qué trata la plataforma "Mundo Dentistas de Cabecera?
-En la misma línea y para motivar más a los niños y estar más presentes, primero de forma autofinanciada y luego con un proyecto de Fomento Los Ríos, y también guiados y acompañados por Austral Incuba, logramos crear una plataforma usando la ramificación como herramienta educativa, en que a través de los juegos nosotros logremos llegar a los niños.
Entonces creamos la plataforma llamada "Mundo Dentistas de Cabecera", en que tocamos temas divididos en cuatro unidades: técnicas de cuidado e higiene; qué es la carie; nutrición y alimentación saludable; y traumatismos dentales.
La primer unidad, que es de higiene oral, está abierta al público, es gratuita y tiene un acceso de invitado en que se debe llenar un formulario para entrar. Ahí pueden acceder a videos, infografías, juegos interactivos e incluso a un cuadernillo que pueden descargar para que los niños entre 5 y 11 años puedan jugar y entretenerse con contenido. La idea es que el tema odontológico esté de manera lúdica en las casas.
¿Cómo evalúan la recepción?
-Estamos recién lanzando la plataforma, pero la recepción hasta el momento ha sido positiva, aunque vamos a seguir midiéndola. Hicimos un lanzamiento piloto y ahora ya está absolutamente abierta para que la gente pueda acceder. Nuestra idea es que los niños y las familias puedan ocupar esta información, pero también que sea una herramienta para que otros dentistas la utilicen y que les vaya sirviendo como apoyo a la labor clínica.
En la plataforma está con un lenguaje inclusivo, con subtítulos, con una forma de hablar neutra, con la idea de que nos permita crecer a nivel nacional y porqué no, dentro de Latinoamérica.