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El aporte de Coaniquem

La institución requiere del apoyo de empresas que puedan ayudarla a ampliar la cobertura de atención actual.
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El objetivo de la Corporación de Ayuda al Niño Quemado, Coaniquem, es rehabilitar de manera gratuita a pacientes con quemaduras y otras cicatrices, desde niños a adolescentes, así como también promover la prevención de accidentes por quemaduras.

Según las estadísticas, estas lesiones son un problema relevante de salud pública en Chile, ya que las estimaciones indican que más de 80.000 niños se queman en forma anual. Se trata de una experiencia dolorosa y que deja cicatrices que estarán presentes toda su vida, no sólo en lo físico, sino también en lo sicológico.

Por ello, si bien la entidad apunta a prevenir, capacitar e investigar en lo referente a estas patologías, también busca la rehabilitación integral de los niños y adolescentes, con la finalidad de mejorar la calidad de vida de quienes reciben atención en un amplio sentido.

Los especialistas indican que un niño con una cicatriz que daña su calidad de vida también sufre efectos en su salud mental y en el grupo familiar. Hay casos en que no quieren ir al colegio porque son víctimas de bullying.

Los principales ingresos de Coaniquem provienen de sus socios y de donaciones, pero también cuentan con tiendas solidarias y el reciclaje de vidrios. Sin embargo, requieren también del apoyo de empresas y privados, que puedan ayudarles a ampliar la cobertura de atención actual, que es gratuita y especializada. Se trata de una institución que realiza un aporte real a la sociedad y que, además, se hace cargo de un tipo de rehabilitación que es especialmente complejo y que puede cambiar la forma en que un niño proyecte su futuro y su vida de adulto.

40 años | 13 de agosto de 1983

Juzgados cambian edificio

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En su nuevo edificio de calle Maipú 210 comenzarán a atender, a contar de la próxima semana, los Juzgados Civiles de Valdivia que, hasta ahora, lo hacían en diferentes inmuebles de la ciudad. Se trata de los tribunales Primero, Segundo, Tercero y Cuarto.

Como una forma de terminar con su agonía, en el recinto del Hospital Veterinario de la Universidad Austral de Chile se practicó la eutanasia a un lobo marino que había sido encontrado en un sitio de Isla Teja con ceguera y una severa desnutrición.

Un valioso vitral que había sido traído desde Alemania en el año 1929 resultó destruido por acción del fuego en el incendio que afectó el templo de la Iglesia San Francisco. La pérdida de la obra de arte religiosa fue lamentada por la comunidad.

¿Veterinarios tras el escritorio?

Carolina Oettinger W. , Dirrectora de Saval F.G.
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El 1 de enero de 2024 marca la entrada en vigor de la Resolución Exenta N° 4116/2023 emitida por el Servicio Agrícola y Ganadero (SAG), una iniciativa que busca regular el uso de antibióticos tanto en la población humana como en la animal. La medida se fundamenta en la creciente resistencia bacteriana a estos medicamentos, debido a su uso excesivo. Esta normativa procura garantizar que los alimentos sean producidos siguiendo las directrices de un uso prudente de antimicrobianos.

De acuerdo con esta nueva ley, los veterinarios se ven en la obligación de proporcionar una prescripción que consta de una orden de compra electrónica para adquirir el medicamento, así como una prescripción de uso que respalde el tratamiento administrado a los animales destinados a la producción alimentaria. Aunque es innegable que la intención detrás de esta ley es salvaguardar tanto la salud humana como la de los animales, resulta preocupante advertir los posibles obstáculos que podrían surgir en su implementación.

El primer desafío es hallar a un veterinario con el tiempo disponible, ya que frecuentemente están ocupados en el campo con los animales o en movimiento de una locación a otra. Esto hace que sea poco factible contar con la inmediatez necesaria para generar una receta. Además, considerando que atienden múltiples predios, es concebible que, en un corto lapso, se les soliciten múltiples recetas. Ni siquiera se toma en cuenta los problemas de conectividad que afligen a ciertas zonas rurales. Esta coyuntura plantea una amenaza a la concentración que estos profesionales necesitan cuando llevan a cabo su labor en el terreno, lo que a su vez puede resultar en demoras en la aplicación de tratamientos y un eventual sufrimiento animal.

Como gremio, estamos plenamente conscientes de la relevancia de esta resolución. Sin embargo, es esencial mencionar que las explotaciones lecheras y ganaderas ya llevan un control riguroso sobre los antimicrobianos que emplean, las recetas son retenidas y en las plantas lecheras realizan análisis diarios para detectar la presencia de antimicrobianos en la leche, imponiendo severas sanciones a los productores si se hallan rastros de estos compuestos en las muestras. Un procedimiento similar se sigue en las plantas faenadoras. Por ende, consideramos imperativo que la resolución sea ajustada para adecuarse a las particularidades de cada sector y región del país. Esto se debe a que el trabajo de un veterinario se desarrolla en el campo, no en un escritorio redactando recetas.