Unidad: llamado de las iglesias
Los Te Deum de Fiestas Patrias estuvieron marcados por una reflexión sobre restaurar lazos comunitarios en nuestra región y país.
Nuevamente las voces se elevaron ayer pidiendo la unidad del país y mirar hacia el futuro con la conciencia de la fragilidad de la democracia. Fue en el Te Deum celebrado en Santiago, en el cual el Arzobispo Celestino Aós pidió tomar conciencia sobre amar a Chile por sobre los intereses individuales o partidarios que las personas que toman decisiones puedan tener (ver página 10).
El sábado, en Valdivia, el obispo Santiago Silva coincidió y pidió no dejar ganar a las "mismas pasiones antiguas que nos dividieron"; no ver a los otros como adversarios o enemigos, sino como a prójimos que comparten el destino común de la tierra que habitan.
También fue el mensaje, en los días anteriores, de las Iglesias Evangélicas, que oraron por "sanar los recuerdos" y restaurar el alma de Chile, especialmente frente a la responsabilidad de que los errores y horrores del pasado nunca más vuelvan a ocurrir.
Nadie dudaría de la profundidad de estos discursos. Afortunadamente, siempre en Fiestas Patrias existe un grado mayor de disposición a escuchar y se produce una especie de tregua a las malas prácticas y discursos de división. Transversalmente, de hecho, se destacan y agradecen las palabras entregadas desde la esfera religiosa. Ahora sería interesante ver si ellas se ponen en práctica, y no solo entre líderes; también a nivel comunitario, pues la paz se construye en los espacios en que cada uno vive y se desenvuelve, tratando de respetar a las personas en su dignidad esencial, siempre.
En este 2023, cuando se viven procesos tan profundos para la historia reciente nacional como la revisión de medio siglo tras el Golpe de Estado y la preparación de una nueva Constitución, ameraría prestar atención a esas voces, más allá de las creencias que cada uno pueda tener, porque se trata de mensajes cargados de humanidad y de afán por el bien común.
Qué importante resultaría internalizar todo esto más allá y comprender como país que cada actitud cotidiana construye la diferencia; cada actuar con rectitud regenera confianzas; cada acto solidario acerca voluntades.