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Inédita manifestación para apoyar a Boric no convence en Socialismo Democrático

POLÍTICA. Según Apruebo Dignidad, movimientos ciudadanos la convocaron para este sábado. En sectores oficialistas dicen que no han sido invitados o que hay tope de agenda.
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Redacción

Una convocatoria inédita para apoyar en una manifestación al presidente Gabriel Boric no logró convencer a todos los sectores del oficialismo.

La invitación, propia de gobiernos como el de los Kirchner en Argentina o de Jair Bolsonaro en Baril, la realizaron los partidos del Frente Amplio luego de originarse en movimientos ciudadanos que no fueron individualizados.

"Súmate a la convocatoria ciudadana de apoyo al presidente Boric", reza el anuncio en las redes sociales de los miembros de Apruebo Dignidad y que también circula por WhatsApp.

El encuentro será este sábado, desde las 10.00 de la mañana en la Plaza de la Constitución, frente a La Moneda.

Los reparos

En Socialismo Democrático, sin embargo, han surgido reparos por el acto. La presidenta del Partido Socialista, Paulina Vodanovic, dijo en radio Cooperativa que "de la gente que organizaba eso no he tenido información y nosotros como Partido Socialista tenemos una ceremonia" a esa misma hora.

Agregó que "ignoro quiénes lo organizan, cual es el sentido. Pregunté ayer (lunes) en la reunión de presidentes de partidos, nadie tiene mucha idea, entonces no puedo tener opinión de algo que realmente desconozco, porque no sé cual es el origen ni la motivación".

En el PPD las cosas son más inciertas aún, pues desde la tienda aseguraron a Emol que no recibieron invitación alguna para acudir al acto.

El presidente del Partido Radical, Leonardo Cubillos, dijo que no hay nada formal para que militantes se sumen a la convocatoria y que el oficialismo está más por mantener y respetar "esa institucionalidad ciudadana, para no desnaturalizarla".

Aunque dijeron que muy probablemente se sumarán, en el Partido Liberal también dijeron que se enteraron por redes sociales, aunque también, al igual que el PS, tienen agendadas otras actividades.

Aunque el Partido Comunista ha defendido la manifestación, su presidente, Lautaro Carmona, no podrá estar por tope de agenda; mientras Juan Ignacio Latorre, senador de Revolución Democrática, señaló que "es una muestra de apoyo, cercanía y cariño en un momento donde las encuestas dicen que el Presidente está mal evaluado o que hay muchas críticas al Gobierno".

Revelan que Torrealba pagó $128 millones al SII por omisiones en declaraciones de impuestos

TRIBUNALES. Exalcalde de Vitacura se mantendrá en prisión preventiva.
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El ex alcalde de Vitacura, Raúl Torrealba, pagó al Servicio de Impuestos Internos (SII) cerca de 128 millones de pesos por omisiones en declaraciones de impustos, según reveló su defensa en la audiencia del lunes.

Se trata de "impuestos adeudados", enfatizó el equipo de Toerrealba en el Cuarto Juzgado de Garantía de Santiago, durante la audiencia de revisión de cautelares para intentar revertir la prisión preventiva que mantiene en la cárcel desde el 16 de junio al ex jefe comunal, cuando fue formalizado por distintos delitos de corrupción mientras estuvo al mando de la municipalidad.

La defensa de Torrealba esgrimió como atenuante para la rebaja de la cautelar la cancelación de impuestos, de reajustes y de multas por los delitos tributarios que lo llevaron ante la Justicia, pero la Fiscalía argumentó que aquello no tenía relación con los demás delitos por los cuales se le investiga, por lo que el tribunal mantuvo su reclusión en el Anexo Penitenciario Capitán Yáber, al estimar que sigue siendo un peligro para la seguridad de la población.

Torrealba está imputado por los delitos de fraude al fisco, asociación ilícita, delitos tributarios y lavado de activos.

Carlos Peña

Matthei versus Hevia

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De todos los problemas que puede experimentar un proceso constitucional, quizá el más severo es que se infecte o se impregne con la política del día a día o, si se prefiere, con la competencia política de corto plazo.

Es inevitable que ocurra (había ya ocurrido en el anterior proceso, cuando el gobierno ató su suerte al proyecto que terminó rechazado); pero eso no evita que sea perjudicial.

Y es que mientras la competencia política inmediata constituye una disputa por el poder del estado, el debate constitucional es el esfuerzo por modelar y limitar a este último. Es fácil comprender entonces que se trata de cuestiones distintas. En la primera, en la competencia política, la pregunta que los partícipes se formulan es ¿qué he de hacer para ganar la adhesión del electorado?. En el caso del debate constitucional la pregunta de los consejeros es otra: ¿qué reglas hemos de imaginar para hacer posible la convivencia futura y preservar los bienes que son comunes? Por eso, la verdad sea dicha, tuvo toda la razón Beatriz Hevia, la presidenta del Consejo Constitucional, cuando, frente a las declaraciones que formuló Evelyn Matthei (no estoy dispuesta, dijo, a arriesgar mi capital político por esta propuesta constitucional) respondió que su preocupación era el proceso constitucional, no cuidar el capital político de nadie.

Mientras E. Matthei subordina la cuestión constitucional a la mantención de su capital político (el capital político no es otro que lo que ella juzga es su capacidad de atraer al electorado), Beatriz Hevia pone en el centro el proceso constitucional aunque ello signifique sacrificar el capital político de Matthei.

Es obvio, desde luego, que las declaraciones de Evelyn Matthei están animadas por el propósito inequívoco de tomar distancia frente a José Antonio Kast con quien, inevitablemente, está compitiendo por hacerse del liderazgo de la derecha y de la candidatura; pero eso prueba justamente que sus palabras no estaba animadas por el discernimiento constitucional sino por el cálculo relativo a la competencia presidencial, lo que es distinto. Porque, bien mirado, es obvio que las reglas hasta ahora probadas por el Consejo con mayoría republicana, no son opuestas, ni contradictorias, a las ideas de la derecha y por lo mismo no se observa bien porqué podrían ser irritantes para Evelyn Matthei quien, hasta donde se sabe, y aunque a veces no lo parezca, es de derecha. Y la conclusión de todo esto es que o Evelyn Matthei ha abandonado las ideas más propias de la derecha (entre ellas, v.gr, la libertad de elegir entre bienes alternativos y formas de proveerlos) o para tomar distancia de su competidor, que es Kast, está dispuesta a relativizar, al menos retóricamente esas ideas.

¿Es correcto hacer eso, subordinar el discernimiento constitucional a los propios intereses en la competencia política?

Lo que hace Evelyn Matthei (es inevitable referirse a ella puesto que es ella quien formuló esa declaración en que contrapuso su capital al proceso constitucional) no es del todo correcto. Si cada partícipe de la competencia por el poder, en vez de discernir el contenido del proyecto constitucional, comienza a juzgarlo en bloque, de manera global, sin atender a qué resulta razonable y qué no, atendiendo sobre todo a lo que parece ser las preferencias de las personas, entonces lo que está ocurriendo es que se resta en los hechos del debate constitucional que es, no hay que olvidarlo, el debate político de largo plazo más relevante que hoy se está realizando. Y si los liderazgos políticos renuncian a discernir o evaluar el texto, exponiendo las razones que subyacen a las reglas, sea para aprobarlas o rechazarlas, y en vez de eso hacen declaraciones globales como si el proceso estuviera acabado o como si el proceso constitucional se estuviera prontamente descarrilando o desquiciando, y como si sumarse a él fuera abrazar a un apestado, entonces el proceso fracasará no porque la deliberación cuidadosa indique que ello es lo mejor, sino por la actitud de abandono de quienes debieran contribuir a ella.

Y lo paradójico de todo esto, o lo contradictorio, que prueba que la política suele reñir con la lógica, es que en esta actitud prematura de rechazo Evelyn Matthei se acerca y casi se camufla con los sectores más a la izquierda, los que, habiendo aplaudido la desmesura del anterior, pretenden ahora que este otro es su revés también desmesurado, lo que, en rigor, no es simplemente cierto.