Celebración con las personas
Región cumple 16 años y seguirá su tradición de reconocer a quienes suman esfuerzos por el territorio común.
La región cumplirá 16 años este lunes y el hito permite revisar avances y desafíos de la gestión pública, entendimiento ciudadano, economía y calidad de vida. La fecha debe conmemorarse con alegría. Aunque existan diversas miradas respecto de los logros alcanzados; nadie pondría en duda la importancia histórica de la creación de Los Ríos y las consecuencias nacionales que el ejemplo local generó, tanto en el mapa de Chile como en la Constitución; en la forma de comprender a los gobiernos regionales y en el impulso dado a muchos grupos ciudadanos en Arica, Ñuble, Maule, para reescribir su historia, respondiendo a realidades únicas, que no caben en las lógicas centralizadas o de mirada "macro".
Ese esfuerzo de auto reconocimiento y de identidad como "región real" que surgió aquí y se multiplicó en otras zonas, es importantes porque constituye el primer paso para la descentralización efectiva. No una administrativa o de recursos solamente; una descentralización cultural, que de verdad crea en la equidad y en la participación. Esa es la que más cuesta. Valdivia, capital regional, lo sabe bien.
Son temas que cruzarán la reflexión en estos días de festejo, los cuales comienzan hoy con un Te Deum y un desfile en La Unión, ciudad que también cumple 16 años como cabeza de la Provincia del Ranco.
El programa seguirá el lunes con ceremonias y con una tradición muy importante: la premiación de quienes han contribuido con su esfuerzo a la buena marcha regional. En esta ocasión la lista la integran Héctor Gómez Riquelme, Josefina Romero Ríos, Patricio Orellana Rebolledo, Pamela Calsow Cabañas, Marcela Ruiz Aguilar, Manuel Montecinos Ralil, Rodolfo Catricheo Aravena, Ricardo Krugmann Valenzuela, Juan Yilorm Martínez, Álvaro León Rivera, Raúl Sáez Sáez y Eberhard Kossmann Bartels.
Los reconocimientos -actuales y póstumos, en algunos casos- son un agradecimiento a las trayectorias; pero también constituyen un recordatorio sobre cuál es el capital más importante de un territorio y hacia dónde deben dirigirse siempre los esfuerzos de la gestión pública y privada. Las personas.