"El cine comunitario y el cine infantil no tienen plataformas de difusion"
PRESENCIA. La realizadora audiovisual ha trabajado con habitantes de diversos barrios de Valdivia en proyectos que muestran la realidad local desde un punto de vista diferente. Recientemente un cortometraje hecho en la Población Norte Grande fue premiado en Valparaíso.
Es evidente, pero cuando Mariana Carrasco decidió estudiar Dirección Audiovisual en la Universidad Católica no lo hizo pensando en que mucho tiempo después se volvería un referente en varias regiones gracias a su trabajo con los barrios.
La realizadora se tituló en 2010. Para aquel entonces traía consigo una historia familiar marcada en distintos momentos por el audiovisual. Es hija de profesores. Recuerda que de niña le gustaba ver televisión y que siempre sintió fascinación por formatos como el videoclip. Los fines de semana los pasaba con su padre y el imperdible panorama de arrendar películas en un video club ubicado cerca de la casa. Era un lugar dedicado al cine arte, con obras, en algunos casos, más bien experimentales y no necesariamente hechas para público infantil.
En ese contexto es que vio por primera vez el largometraje "Brazil", de Terry Gilliam. Y alucinó. Reconoce que la exposición a ese tipo de obras le permitió comenzar a desarrollar un pensamiento crítico y una respuesta distinta frente al arte.
De aquellos años también recuerda haber tenido una cámara filmadora VHS. Con ella grababa la cotidianidad familiar, lo que ocurría en el pasaje donde estaba su casa, los encuentros con sus amigos e incluso algunas tareas para el colegio. Por su corta edad no la dejaban salir muy lejos, lo que a fin de cuentas favoreció que su labor con la cámara ocurriera siempre en su entorno más inmediato.
Paso a paso
Mariana Carrasco nunca quiso estudiar cine. Aclara que no le gusta todo el aparataje técnico detrás de cada producción y que muchas veces los procesos sean impersonales. Tampoco le agrada que se hagan películas que en muchos casos solo circulan en festivales y después nadie siente interés por verlas.
A cambio, siempre le gustó la escritura como vehículo para contar historias. Y eso lo canalizó a través de su especialización como directora audiovisual que tempranamente estableció un vínculo con las personas comunes y corrientes.
Una de las experiencias que marcó sus primeros años como profesional, fue su labor en el canal comunitario Umbrales TV de Villa Francia en Santiago.
"Eso me ayudó a tener una visión más comunitaria de mi quehacer y de mi vida en general. Era algo que no te enseñaban en la universidad y a lo que yo me acerqué más bien de manera intuitiva. Eso es algo completamente distinto a lo que te enseñan en la carrera de cine donde se busca que hagas grandes películas y ganes muchos premios. Siento más bien que el audiovisual tiene que ser una herramienta de transformación social. El enfoque tiene que ser distinto", explica.
En Umbrales TV conoció a quienes sintonizaban de la misma manera con sus ideas. Ello les permitió crear en 2013 la Escuela Microdocumentales de Barrio, que más tarde se llamó Escuela Documentales de Barrio. Trabajaron en Los Nogales (Estación Central), Población Santo Tomás (La Pintana), Población Santa Olga (Los Espejo), Campamento Las Naciones (Maipú), Villa Francia (Estación Central), Bajos de Mena (Puente Alto) y el Campamento Juan Pablo II (Peñaflor), entre otros sectores. Para cada cual se impulsaron procesos creativos participativos, donde junto a los vecinos se escogieron los temas llevados al audiovisual, con la idea de poner en valor la identidad de cada territorio.
¿Cómo desarrollaron la metodología?
-Lo principal es saber con quién uno se puede articular para levantar el proyecto, porque se necesitan cosas materiales, una infraestructura míni-