Juan Carlos Hernández G.

Desde el año 1942, cada 21 de septiembre se celebra en Chile el Día del Trabajador Radial, tras la decisión del gobierno encabezado por el Presidente de la época, Juan Antonio Ríos. En Valdivia, la tradición de recordar la fecha se mantiene viva, gracias a una docena de antiguos "hombres de radio". Uno de ellos es Germán Márquez Ponce, de dilatada trayectoria y que a los 84 años de edad continúa colaborando con su amigo del alma Antonio Ormeño Chandía, otro de los insignes personajes de la radiotelefonía del Calle Calle.

Pese a su avanzada edad, Germán Márquez se mantiene laboralmente activo. Asegura que en su caso, el trabajo "es vida" y que la radio ha cubierto gran parte de su existencia.

Su historia

¿Cómo y cuándo se produjo su incorporación al mundo de la radio?

-Fue en el año 1963, en la radio Cooperativa, que tenía un auditorio en el cuartel de bomberos y hacía un programa infantil en las tardes. Siempre iba a mirar y un día me invitaron a representar al lobo, en el cuento de la Caperucita Roja. Después seguí ayudando en los estudios de la radio y de ahí me fui a la radio Baquedano, donde empecé a colaborar en el área de deportes.

¿Cuándo se produjo su inclusión definitiva en el mundo de los programas deportivos?

-Fue cuando apareció la radio Camilo Henríquez, de don Hernán Olave. Ahí estaban Uldaricio Yilorm; su hijo Juan, un gran amigo y "hermano", como le digo yo; y Armando Lara. Empecé como comentarista deportivo y cuando no estuvo Juan, comencé a relatar.

Luego continuó su peregrinaje por otros medios radiales.

-Así es. Estuve un tiempo en Cooperativa Sur y cuando llegó a Valdivia don Luis Papic se instaló con la radio Pilmaiquén y me fui para allá, con Armando Lara. Luego partí a relatar en la radio Cooperativa de Temuco y en La Frontera. Me iba los sábados a transmitir básquetbol y los domingos me tocaba fútbol. Hasta que un fin de semana el dueño de la radio me dijo que no iba a relatar, porque desde Santiago habían mandado a Pedro Carcuro y Vladimiro Mimica. Pero, yo conocía a Wladimiro y terminamos relatando los dos: media cancha para cada uno.

¿Qué pasó después de sus incursiones por Temuco?

-Me llamaron de Puerto Montt y partí a la radio Reloncaví. Ahí trabajé con el gran Darío Verdugo, siempre en el fútbol. Volví a Valdivia, a la Pilmaiquén. De ahí ayudé en la San Sebastián y actualmente le colaboro a mi gran amigo Antonio Ormeño, en lo que sea.

¿Cuáles fueron sus mejores experiencias en radio?

-Primero, mi paso por la Pilmaiquén. Y en cuanto a eventos, las transmisiones del Nacional de Fútbol Amateur; los nacionales de básquetbol en Arica, Chillán y Puerto Varas; los Provincias del Sur; el ascenso de Deportes Valdivia a Primera División en Chillán; el boxeo.

¿Cuáles son las principales diferencias entre la radio de ayer y la de hoy?

-Antes teníamos que llevar los cables, correr de un lado para otro. En una oportunidad fuimos con Gastón Curihual a transmitir a Angol, pero como la cancha estaba mala trasladaron el partido a una localidad cercana, en una cancha chica y donde no había teléfonos. Transmitimos desde arriba de un árbol, donde encontramos señal. Hoy es muy diferente: un computador, teléfono celular y listo. No se necesita nada más.

De acuerdo a su experiencia, ¿cuál es el consejo que entregaría a quienes se inician en la comunicación social relacionada con el deporte?

-Que aprendan el oficio del relator deportivo, porque hay muy pocos. Yo considero que actualmente, en Valdivia hay solo tres relatores: Antonio Ormeño, Juan Carlos Herrera y Carlos Soto. Y quien se inicia como comunicador deportivo tiene que estar dispuesto a 'hacer de todo' y saber de todo, conocer todos los deportes. Además de la humildad y sencillez, deben mostrar la disposición a aprender que todo joven debe tener cuando comienza a trabajar.

"Quien se inicia como comunicador deportivo tiene que estar dispuesto a 'hacer de todo' y saber de todo, conocer todos los deportes...".

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Nacido en 1939 Germán Márquez Ponce nació en Valdivia el 30 de mayo de 1939 y fue hijo de Emilio Márquez Márquez y Margarita Ponce Wilhelm, quienes también fueron padres de otros dos hijos: Victoria y Mario. Realizó sus estudios básicos en la antigua Escuela N°3 y la enseñanza secundaria en el Instituto Comercial de Valdivia. Egresó de la especialidad de Contabilidad. Posteriormente, la vida laboral de Germán Márquez Ponce se desarrolló administrativamente en una Compañía de Tabacos, en el Diario El Correo de Valdivia y las empresas Gildemeister y Masisa. En esta última jubiló, luego se desempeñó como colectivero y después de superar una serie de dolencias cardíacas, desde hace 14 años se desempeña como conserje en un edificio del centro de la capital regional. Germán Márquez Ponce es padre de siete hijos, abuelo de seis nietos y bisabuelo de una bisnieta.