"Es un testimonio de nuestra historia sensible"
PUBLICACIÓN. Ediciones UACh lanzó libro que reúne a medio centenar de escritores con motivo de los 50 años del golpe de Estado.
Quienes sobrevivieron a la dictadura y quienes simplemente escucharon lo que pasó el 11 de septiembre de 1973, fueron convocados a un ambicioso proyecto editorial. Con motivo de la conmemoración de los 50 años del golpe de Estado en Chile, se puso en marcha la selección y publicación de obras de medio centenar de autores del sur de Chile.
El libro llamado "50 Golpes. Muestra poética a los 50 años del golpe de Estado", comenzó a tomar forma durante el transcurso del año; y en paralelo algunos de los autores elegidos fueron reunidos para lecturas hechas en colegios y diversos espacios de acceso público en Valdivia.
Aquel recorrido tuvo un hito central el pasado lunes 25 con el lanzamiento del libro en la Sala Multipropósito de la Facultad de Filosofía y Humanidades UACh, en la Isla Teja. En la ocasión hubo intervenciones de Rosabetty Muñoz, Ricardo Mendoza, Sergio Mansilla, Verónica Zondek, Clemente Riedemann y Walter Hoefler.
La importancia
Para articular el libro se contó con el trabajo de los compiladores Jonnathan Opazo (poeta, estudiante de doctorado UACh), Cristina Gallardo (gestora cultural, poeta, funcionaria de la biblioteca del Campus Miraflores UACh) y Jorge Polanco (escritor y académico del Instituto de Filosofía UACh).
"Las lecturas han sido conmovedoras y también inesperadas por la cantidad de personas que asistieron. Ha sido impactante para nosotros que el libro sea colectivo y que al mismo tiempo haya creado una pequeña comunidad", dice Polanco. Y agrega: "El libro se gestó, primero, a partir de cuatro poetas que nos reunimos y revisamos generaciones distintas que hayan escrito en respuesta al Golpe. No se quiso representar, ni canonizar, ni sancionar nada; solo dar un testimonio frente a la ofensiva del negacionismo a las torturas, a los asesinatos y a las desapariciones ocurridas en el país, inicio de esta forma de vida actual".
¿Qué representa el libro desde el punto de vista simbólico?
- Es un testimonio de nuestra historia sensible; un tejido entre generaciones de traspaso de criptas. Se puede ver el malestar de las diferentes décadas en los daños del neoliberalismo instalado desde la dictadura. La poesía ha funcionado a contrapelo, mostrando y respondiendo a las agresiones existenciales provocadas por un régimen de vida que reduce todo a mercancía; la poesía materializa una posibilidad. Cualquier persona puede tener un lápiz y escribir, manifestar su contragolpe.
¿Cree que, en cierta forma, la publicación se volvió un espacio para las voces que fueron silenciadas en dictadura o que tal vez no tuvieron tantas libertades?
- En su misma época, los poetas buscaron desvíos, elipsis, alegorías, imágenes, para dar cuenta del horror. Lo interesante del libro, es que se ven las insistencias y malestares entre distintas generaciones.
¿Cómo dialogan con eso las nuevas generaciones de autores?
- Creo que se expanden los problemas y las maneras de responder; hay una violencia implícita que se ve en el medioambiente, en la ruina de las expectativas, en las agresiones cotidianas, en las inseguridades, en las marginaciones de género o territoriales, en repeticiones de gestos de clausura.