Desincentivar el uso del automóvil
Hay que mejorar el transporte público al tiempo de motivar los sistemas menos contaminantes, como la bicicleta.
El aumento del parque automotor y sus consecuencias son evidentes, no sólo en nuestra región de Los Ríos, sino en todo el país. Ello se traduce en una gran congestión en las calles, en más accidentes de tránsito y en un aumento de la contaminación. Pero paralelamente también se aprecia un marcado aumento en el interés por el uso de la bicicleta, ya que además de ser una alternativa económica, sobre todo para los jóvenes, descongestiona las calles, no contamina y genera beneficios directos para la salud y la calidad de vida de sus usuarios.
Hace unos días se celebró el Día Mundial sin Automóvil, una iniciativa que comenzó a tomar fuerza en la década de 1990 y que en Chile ahora ha sido impulsada por las distintas agrupaciones que promueven el empleo de la bicicleta. Se llama la atención acerca de los daños que la creciente circulación vehicular provoca en el medio ambiente, con la congestión y contaminación del aire y se ha pedido a los conductores dejar, de acuerdo con las posibilidades, el uso de ese medio de desplazamiento y probar otras alternativas, como caminar o trasladarse en bicicleta. Es evidente que formar conciencia sobre este tema es una tarea larga y difícil. En ese sentido, las rutas para bicicletas son importantes para las personas, porque les permiten transitar y tener una alternativa real al transporte público y privado en las ciudades.
Para que las ciudades funcionen bien, hay que ir limitando en forma paulatina el espacio del automovilista y dar mayor capacidad al transporte público y a sistemas menos contaminantes, como la bicicleta. Pero para que esto resulte bien, hay que tener una movilización colectiva de calidad.