Secciones

  • Portada
  • Actualidad
  • Opinión
  • Actualidad general
  • Deportes
  • Clasificados
  • Cartelera y Tv
  • Espectáculos
Cambio Climático

La meteorología explica el descenso y el aumento de los insectos en los últihmos 30 años

ENTOMOLOGÍA. Los insectos reaccionan a la temperatura y las precipitaciones.
E-mail Compartir

Agencias

Los insectos se ven muy afectados por los cambios de temperatura y de precipitaciones a largo plazo, factores que, si se combinan y repiten durante varios años, pueden provocar la disminución de la biomasa de insectos a gran escala, según un estudio publicado en Nature.

A la vista de este hallazgo, los autores del estudio -realizado por un equipo internacional de científicos liderado por la Universidad de Würzburg (Alemania)- advierten que el cambio climático puede convertirse en un catalizador del declive mundial de insectos.

La investigación explica que los insectos reaccionan con sensibilidad cuando la temperatura y las precipitaciones se desvían de la media a largo plazo.

Así, si el invierno es inusualmente seco, bajan sus probabilidades de supervivencia; si la primavera es húmeda y fría, el éxito de la eclosión se ve mermado, y si el verano es fresco y húmedo, la reproducción y la búsqueda de alimento de los abejorros y otros insectos voladores se complica mucho.

Pero cuando varias anomalías meteorológicas de este tipo se combinan a lo largo de varios años, la biomasa de insectos mundial sufre. Sólo los insectos con poblaciones abundantes, son capaces de sobrevivir a estos cambios.

Muchos insectos en 2022

En la primavera de 2022, el catedrático de ecología de Würzburg, Jörg Müller, observó que en los bosques alemanes había un asombroso número de insectos, cuando en los últimos años, eran cada vez más los estudios que advertían de que los insectos están disminuyendo en todo el mundo.

Uno de ellos, realizado en 2017 por un grupo dirigido por el investigador holandés Caspar A. Hallmann y que analizaba datos de la Asociación Entomológica de Krefeld, reveló que la biomasa de insectos en las reservas naturales alemanas había disminuido más de un 75% entre 1989 y 2016.

"Los datos de ese estudio demostraban que hubo un colapso dramático en 2005 que no se recuperó en los años siguientes", según Jörg Müller. Entonces, ¿era real la gran cantidad de insectos que "sintió" en la primavera de 2022?

Para averiguarlo, formó un equipo de investigadores de las universidades de Dresde, Múnich y Zúrich, que comenzó por aclarar si en 2022 habría realmente mucha más biomasa de insectos de lo habitual y lo confirmó.

"Encontramos una biomasa que era casi tan alta de media como los valores máximos del estudio de Hallmann. Y nuestro máximo de 2022 era superior a todos los valores que Hallmann había determinado hasta entonces; este valor, por cierto, procede del bosque de la Universidad de Würzburg", defiende Müller.

Esta observación llevó al equipo a volver a analizar los datos del estudio de Hallmann, a los que añadieron datos más recientes de meteorología.

Así, descubrieron que, a partir de 2005, las condiciones meteorológicas fueron predominantemente negativas para los insectos, mientras que en el verano de 2021 y durante 2022 fueron favorables, lo que explica la biomasa de insectos relativamente alta de 2022.

"Debemos ser mucho más conscientes de que el cambio climático ya es un factor importante en el declive de las poblaciones de insectos. Esto debe tenerse mucho más en cuenta en la ciencia y en la conservación", avisa Annette Menzel, catedrática de la Universidad Técnica de Múnich.

El estudio concluye que para mitigar el riesgo de extinción de las especies son necesarios más hábitats de alta calidad. Esto exige que esfuerzos para proteger a los insectos sean más urgentes, una tarea común que en la que hay que implicar tanto a la agricultura como a las zonas de tráfico y asentamientos, es decir, "a todas las áreas en las que se reducen o deterioran los hábitats de alta calidad".

Müller también sugiere establecer un sistema de seguimiento de la biomasa para toda Alemania para medir continuamente las tendencias al alza y a la baja de las poblaciones de insectos e incluirlas en análisis posteriores.

El covid-19 puede infectar las arterias coronarias y aumentar el riesgo de ictus

E-mail Compartir

El SARS-Cov-2, el virus que causa el covid-19, puede infectar directamente las arterias coronarias y aumentar el riesgo de enfermedades cardiovasculares, como infartos o ictus, según un estudio en pacientes ancianos con problemas previos de ateroesclerosis.

La investigación que publica Nature Cardiovascular Research puede ayudar a explicar por qué ciertas personas que contraen covid-19 tienen más probabilidades de desarrollar enfermedades cardiovasculares o, si ya las padecen, tener más complicaciones relacionadas con el corazón.

En la investigación se señala que el virus puede infectar directamente las arterias del corazón y además provocar una gran inflamación de las placa grasa del interior de estas.

Los autores advierten, sin embargo, que el estudio se realizó con una pequeña cohorte de individuos de edad avanzada, que padecían aterosclerosis y otras afecciones médicas; por lo que los resultados no pueden generalizarse a individuos más jóvenes y sanos.

Las personas con covid tienen más riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares o accidentes cerebrovasculares hasta un año después de la infección", recordó Michelle Olive, del estadounidense Instituto Nacional del Corazón, los Pulmones y la Sangre (NHLBI), quien considera que han descubierto "una de las razones".

Los investigadores sabían que una vez que el virus llega a las células, el sistema inmunológico envía glóbulos blancos conocidos como macrófagos para ayudar a eliminar el virus.

Estos macrófagos también ayudan a eliminar el colesterol en las arterias y, cuando se sobrecargan de esa sustancia, se transforman en un tipo especializado de células llamadas espumosas.

Probando la teoría

El equipo teorizó que si el SARS-CoV-2 podía infectar directamente a las células arteriales, los macrófagos que normalmente están sueltos podrían aumentar la inflamación en la placa existente.

Para probar esta idea, tomaron tejido de las arterias coronarias y la placa de personas que habían muerto por covid-19 y confirmaron que el virus estaba en esos tejidos.

A continuación, tomaron células arteriales y de la placa, incluidos macrófagos y células espumosas, de pacientes sanos y vieron en una placa de laboratorio que el virus también las infectaba.

Las células espumosas cargadas de colesterol eran las más susceptibles a la infección e incapaces de eliminar fácilmente el virus. Una mayor acumulación de placa y, por tanto, de células espumosas, podría aumentar la gravedad o la persistencia de la covid-19.

El equipo centró también su atención en la inflamación que predijeron que podría producirse en la placa tras infectarla con el virus.

Con pruebas, comprobaron que se liberaban moléculas, conocidas como citoquinas, que se sabe que aumentan la inflamación y promueven la formación de aún más placa.

Las citocinas fueron liberadas por macrófagos y células espumosas infectadas, lo que puede ayudar a explicar por qué las personas que tienen acumulación de placa y contraen covid-19 pueden tener complicaciones cardiovasculares mucho tiempo después de contraer la infección.