El estallido social inspira una película hecha con videos de redes sociales
RECONSTRUCCIÓN. Carlos Araya presenta el filme "El que baila pasa". Es una de las cuatro obras chilenas en la Selección Oficial Largometraje del 30° FICValdivia.
En octubre de 2023 se cumplen cuatro años desde que la comunidad organizada realizara masivas manifestaciones públicas por el descontento generalizado frente a diversas situaciones. En Santiago, una de las causas que produjo el llamado estallido social fue el alza en el pasaje de Metro, lo que derivó en acciones de evasión y violencia de grupos minoritarios en las calles. Frente a los disturbios, el gobierno decretó Estado de Emergencia y hubo toque de queda. Ello no impidió la continuidad de las marchas y que, por ejemplo, en Los Ríos en tres meses se registraran 128 episodios de saqueos, daños y atentados durante la crisis.
Al margen de los medios de comunicación, las redes sociales se transformaron rápidamente en canales para mostrar lo que no se estaba viendo en televisión. Fue ahí donde el realizador Carlos Araya encontró el caldo de cultivo para su tercer largometraje.
"En el estallido social, en medio de una especie de crisis que tuve como cineasta, descubrí que el gran trabajo que se podía hacer era el de montaje. El registro a nivel popular, con cada persona con su celular, era mucho más complejo de lo que se podía lograr con una cámara profesional de cine más convencional. En redes sociales comenzó a alojarse una gran cantidad de material audiovisual que hablaba de Chile, pero desde una óptica bien particular. Elegir eso y remontarlo, me permitió entonces entrar en el tema de una manera diferente", aclara.
Así nació "El que baila pasa", un documental con elementos de ficción de 70 minutos de duración, que es una de las cuatro obras chilenas en la Selección Oficial Largometraje del 30° Festival Internacional de Cine de Valdivia.
El año pasado, el filme participó en la sección Primer Corte de los Encuentros Australes. Ahora está en carrera por un premio Pudú.
Punto de vista
"El que baila pasa" remite al denominativo de aquellas acciones de bloqueo del tránsito vehicular en el que los manifestantes obligaban a los conductores a bajarse de los automóviles. Para poder pasar, debían bailar.
El filme, como explica Araya (que en 2019 compitió en el FICValdivia con "El viaje espacial") es un relato basado en imágenes que cuentan una historia desde lo absurdo, el humor, lo onírico y lo disperso. "Para no optar solamente por la explicación racional y cronológica de lo que estaba pasando. Gran parte del material usado son precisamente registros viralizados por internet y registros de mi autoría. Todo eso es mirado por un personaje construido desde la ficción".
En una primera instancia, en el proceso de construcción de la película, el cineasta simplemente se dedicó a mirar redes sociales y a acumular un tipo de material que se actualizaba en cada momento. Dice que el proceso fue más bien orgánico y que en medio de eso apareció el punto de vista con el cual se quedó para el relato final. No hubo un guión previo. Todo fue ensayo y error.
"Me fui quedando con lo menos épico. Con situaciones que tenían otra capa, incluso cargadas de mucha ternura. Son elementos para nada mediatizados. Hay cosas de mucho humor y otras vinculadas con el lenguaje. Eso es algo que lo relaciono con el cine de Raúl Ruiz y lo mucho que le importaba la forma de hablar de los chilenos. Es que ahí es donde se descubre la identidad de cada cual", dice Araya.
Y agrega: "Mi película nació en medio de la crisis social y de mi crisis personal relacionada con el oficio del cine. La gran pregunta fue cuál es el rol que uno tiene como cineasta en un