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¿Cómo llegó a convertirse en pastora?
- En un época que yo estuve en Santiago comencé a trabajar en la iglesia, luego seguí en Valdivia donde organizábamos grandes eventos en el Coliseo Municipal. El llamado fue muy fuerte, y ya no había dónde escapar, porque a veces uno piensa que así está bien, pero uno sabe que hay un llamado de parte de Dios. Así me convertí en pastora cuando tenía cerca de 30 años. Me ungió el Consejo de Pastores de Valdivia.
¿Cómo recuerda sus primeros años en el rol de pastora?
- Fue una etapa de grandes desafíos. Soy una mujer a la que Dios ha capacitado de tal manera que no le tengo miedo a los desafíos, porque sé que Él va a estar conmigo, que siempre me va a ayudar y me va a sostener en su diestra justicia. Entonces fueron años maravillosos, además que mi esposo tenía una habilidades especiales para aunar a muchos pastores de diferentes ciudades del país, y hacía muchos eventos. Eso también me motivó mucho. Pertenezco a la Iglesia Pentecostal Unidos en Amor, que está ubicada en René Schneider con San Luis.
¿Qué es el Consejo de Pastores?
- Es una organización fraternal de pastores de diferentes congregaciones como bautistas, aliancistas, pentecostales, e iglesias del señor. Es una organización en la que se ha pretendido siempre poder apoyar a las iglesias, dar amor, y hacer cosas que engrandezcan el reino de Dios, y que tengan por cierto, fundamentalmente su base en la palabra. En la actualidad tenemos más de 60 iglesias, de cuales unas 30 están participando activamente. En marzo del próximo año el Consejo de Pastores cumple 78 años.
¿Hace cuánto tiempo participa del Consejo de Pastores?
- He participado desde siempre, incluso desde antes de convertirme en pastora, ya que mi esposo participaba activamente de la organización. De hecho, fui muy rápidamente elegida como secretaria, y también fui la primera mujer en ocupar en ese cargo. Estuve muchos períodos como secretaria, con varios presidentes.
¿Qué significa para usted ser la primera mujer en presidir el Consejo de Pastores de Valdivia?
- Es muy importante para mí porque también creo que es un premio de parte de Dios a mi fidelidad, a mi esfuerzo, y a tener muy claro el concepto de estar bajo autoridad. A mí en ningún minuto, en todos los años que fui secretaria, se me hubiese ocurrido pasar a llevar al presidente. Todo lo contrario. Lo que me solicitaba, yo trataba de cumplirlo al pie de la letra. Siempre mi trabajo fue muy bien evaluado.
¿Cuáles son sus principales desafíos como presidenta del Consejo de Pastores?
- El periodo en este cargo es de dos años, y uno de mis principales desafíos es mantener la fraternidad del organismo. Mi trabajo va a estar fundamentado en el amor, y en predicar el evangelio de Jesucristo, el evangelio de la paz, a todas las personas que lo necesiten. Eso es lo que tenemos que hacer, buscar a aquellos que necesitan a Jesús, que no lo conocen, y hacer mayormente actividades de índole espiritual, que podamos juntarnos en algún recinto a predicar la palabra a quienes necesitan a Jesús. Siempre con amor, sin distinciones, sin apartar a nadie. Jesús murió por amor a todo el mundo, no sólo por algunos. Eso para mí es fundamental, y es lo que me mueve, el seguir las pisadas del maestro. Personalmente, he experimentado muchos inconvenientes en vida, pero he visto cómo Dios ha tenido amor y misericordia de mí, y eso es lo que yo quiero plasmar en los demás.
¿Le gustaría aumentar la participación de mujeres en el Consejo de Pastores?
- Actualmente soy la única mujer en el Consejo, por lo que ese también es un desafío para mí. Hay muchísimas mujeres en el mundo evangélico, por lo que en mí está atraerlas con amor, no esperar ellas vengan, sino que yo ir a buscarlas. No me interesan sus características particulares, sino que participen, y así vamos a ser más fuertes, más poderosos.
También vamos a buscar a las personas que han dejado de asistir y que siempre habían participado. El Consejo está abierto a todo aquel que tenga interés en los principios y los valores de Jesucristo. El gran mandamiento de Jesús es "Amarás a tu prójimo como a ti mismo". Eso debe estar plasmado a fuego, y sé que está en mi espíritu y en mi alma.
Valdivianas