"Siempre me he cuidado y trabajé para sacar adelante a mi familia"
LONGEVIDAD. Querida "Mami Chela" nació en 1924 en el sector rural de Chaihuín, en la comuna de Corral.
En 1924, Corral era el principal puerto del sur de Chile y en el sector de San Carlos funcionaba -en su apogeo- la Sociedad Ballenera de Corral. En octubre de ese mismo año, en el sector rural de Chaihuín, el matrimonio formado por Juan Ricardo Navarro y Margarita Antillanca esperaba ansioso la llegada de Celestina, una de sus diez hijos. El documento oficial del Registro Civil indica que Celestina Navarro Antillanca llegó al mundo el 25 de octubre de 1924.
De ese momento, han pasado nada menos que 99 años, los mismos que "Mami Chela" celebrará este domingo junto a más de 25 descendientes en su casa habitación de la población Libertad, en Valdivia. Es la única hermana viva de los diez hermanos originales.
La historia de vida de la querida "Mami Chela" en el campo de Chaihuín transitó entre las carencias y la necesidad de trabajar a temprana edad, para ayudar en el sustento del hogar. "Nací y crecí en Chaihuín, cuando era puro campo. Mi padre trabajaba en la siembra de papas y verduras y la crianza de animales. No tuve educación, porque no había escuela, solo cinco casas", recuerda.
El 3 de noviembre de 1946, Celestina Navarro Antillanca contrajo nupcias con Gumercindo Jaramillo Jaramillo y fueron padres de once hijas, de las cuales sobreviven ocho: Elena, María Nelly, Inés, María Enriqueta, María Albina, Alicia, Paula y Margarita. Además, disfruta del cariño de 17 nietos, 20 bisnietos y uno por nacer, más dos tataranietos.
Rumbo a valdivia
Un par de años después de formar la familia, el matrimonio se trasladó a vivir al sector de Torobayo, en la comuna de Valdivia. "Durante 20 años trabajamos en el campo, para la familia Van Hasselt. Mi esposo trabajaba en lechería y yo en varias casas particulares de otros vecinos. De alguna manera me las arreglaba para ser esposa, madre y trabajadora", recuerda.
El terremoto de 1960 sorprendió a la familia viviendo en Torobayo, cerca del río Valdivia: "Vivíamos en un alto, así que la subida del río no se notó tanto como en otros lados. Fue muy fuerte el terremoto y muchos jóvenes que estudiaban se fueron a Santiago".
"Mami Chela" agrega: "Después, el mismo patrón nos dijo que sería bueno que saque casa en Valdivia, para que las niñas puedan seguir estudiando, ya que era difícil pasar al otro lado del río". Precisamente, el puente Cruces fue inaugurado recién en 1987 y permitió la conexión directa entre Valdivia y la costa, a través de la Isla Teja y el puente Pedro de Valdivia.
Al trasladarse a Valdivia, la familia vivió primero en la población Valparaíso, después en el sector de Las Gaviotas y desde 1976 -luego de ocho años de espera- en su casa de Domingo Gómez Rojas, esquina Gabriela Mistral.
Celestina Navarro Antillanca asegura que pese a algunas complicaciones de salud propias de la edad, se siente "bien, porque siempre me he cuidado y he trabajado para sacar adelante a mi familia". Hace 30 años falleció su esposo y siguió su vida, acompañada por el continuo cuidado de sus hijas.
¿Cómo llega a los 99 años de edad? Con una fuerza increíble, con constancia y el convencimiento de que nada es imposible. Una realidad que viven muchas mujeres de ayer y de hoy. Algo que también soñó cuando era niña, aquella vez en que durante una visita a la planta ballenera de San Carlos, en Corral, subió por una escalera hasta el lomo de una ballena. Y soñó entonces que viviría durante mucho, mucho tiempo.
"Nací y crecí en Chaihuín... Mi padre trabajaba en la siembra de papas y verduras y la crianza de animales. No tuve educación, porque no había escuela...".
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