Planificación y desarrollo territorial
Comenzó a funcionar el CNDT, que aportará nuevas miradas a ciudades y áreas rurales.
Esta semana sesionó el Consejo Nacional de Desarrollo Territorial (CNDT), creado en septiembre pasado por el Presidente Gabriel Boric para apoyar la planificación tanto urbana como rural, reuniendo en un organismo criterios que hoy se encuentran repartidos en diferentes normas y ministerios. Por lo mismo, convocó a Bienes Nacionales, Vivienda, Agricultura, entre otros, para que trabajen juntos y de la mano con representantes de las universidades, Gobiernos Regionales y de la comunidad.
En total, el Consejo reunirá a 49 personas lideradas por la académica dra. Paola Jirón Martínez, de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo (FAU) de la Universidad de Chile, quien en la actividad inicial recordó la importancia de avanzar en la actualización de la Política Nacional de Desarrollo Urbano y el Plan Nacional Convergente de Desarrollo Rural al 2035.
También hay otros temas urgentes que deberán abordar. Van desde cómo responder con mayor celeridad a la demanda de viviendas, hasta el desafío de proyectar ciudades en un contexto de cambio climático, pasando por "alivianar" el sistema de trámites (la llamada "permisología") que entrampan y demoran procesos como los Prot, planes de ordenamiento territorial, pensados para las zonas regionales; los planes maestros de aguas lluvias o los planos reguladores comunales, que tardan décadas en ser aprobados o simplemente no existen . Para ejemplificar, basta nombrar el caso de Valdivia y de otras comunas de la región, que no cuentan con instrumentos actualizados para ordenar su crecimiento.
En la primera reunión del CNDT sólo hubo convocatoria a miembros de servicios públicos; pero en la siguiente -enero- sumarán a 16 académicos y dirigentes de la sociedad civil, elegidos en las próximas semanas. Es de esperar que ese proceso de nombramiento se desarrolle descentralizadamente, para que las miradas de diferentes zonas efectivamente se incluya. También es de esperar que el Consejo no solamente se quede en diagnósticos y propuestas, sino que su esfuerzo sea acompañado de voluntad política por poner en práctica las medidas que se acuerden.