Atacama y la duda sobre los SLEP
Un paro de dos meses en la región nortina siembra dudas sobre el proceso nacional.
El primer plazo anunciado era marzo de 2023; luego se habló de 2024 y ahora, a pesar de existir un calendario de activación paulatina en el territorio nacional, no hay certeza de una fecha respecto de la puesta en marcha de los nuevos Sistemas Locales de Educación Pública (SLEP) en Los Ríos. Pero no es la única región con dudas. Tampoco está claro en otras zonas donde aún no se implementa el proceso, creado por la Ley 21.040 (diciembre de 2022) para el traspaso de los colegios municipales y los subvencionados a un ente estatal autónomo.
La incertidumbre a nivel país ha crecido, especialmente en los últimos días, luego de agudizarse la situación en Atacama, donde el SLEP se activó en enero de 2003 con responsabilidad sobre 100 mil estudiantes; la mayoría de los cuales está sin clases hace dos meses debido a un paro general que cuestiona la fórmula por "abandono de los recintos, corrupción en el uso de recursos y nombramiento de cargos por criterios políticos y no técnicos". El Ministerio de Educación ha reconocido todos esos problemas y espera se retomen las actividades desde el 2 de noviembre, pero todo indica que no será así, pues las soluciones además se han visto entrampadas por reglas que demoran decisiones (ver página 11).
No resulta muy distinto el panorama en Coquimbo y en Tarapacá, donde también se aplica ya el sistema. Si bien no están paralizadas, sí han expuesto faltas graves de recursos para el cuidado y mantención de recintos, escasez de personal, incertidumbre laboral de funcionarios que migraron desde los Departamentos de Educación Municipal (DAEM), dificultades para evaluaciones docentes o de avance del aprendizaje.
Muchas voces han pedido frenar y revisar la viabilidad del nuevo administrador, para que desmunicipalización no termine siendo peor que el cuestionado sistema actual. En la región, se trata de 124 establecimientos municipales, con 44.971 estudiantes, casi 2.600 docentes y alrededor de 400 asistentes de la educación; más 253 subvencionados, con 75.465 alumnos, cuatro mil docentes y 500 asistentes. Muchas personas, que no merecen improvisación. Y, claramente, la prudencia siempre es recomendable antes de cometer errores.