Tío Mario y el TIC
Hace dos años, nuestro entrañable compañero Mario Delgado, por muchos conocido simplemente como "Tío Mario", dejó nuestros viejos corazones un poco más tristes. Para nosotros, es la memoria de esos singulares personajes en que puso toda su vocación y su capacidad de sacar adelante esa máquina nada fácil de manejar que llamamos TIC, Teatro Independiente de Cámara. De hecho, él junto a Juan Ossa, los fundadores, se acercaron a la casa de Roberto Matamala una tarde del otoño de 1981 y allí se echaron las bases de lo que sería el exitoso grupo valdiviano de los años 80. Convocamos una actriz de hermosa voz y fuerte personalidad, Mónica Aguilera; inventamos trajes; hicimos una precaria escenografía que amarrábamos con "pita de Las Brisas" y que una vez cedió a la vehemencia del Huaso, representado por Juan, cayendo sobre los actores. La iluminación la proveían unos focos que, según el hojalatero que los construyó, eran como "cañones de estufa, pero cortitos".
Mario nos conseguía funciones para esa primera producción que llamamos El oso y la tortuga, en restaurantes, cafés, hoteles, locales de sindicatos y cualquier lugar donde pudiera armarse un espacio para la magia del teatro. Podríamos escribir medio libro de anécdotas.
El año siguiente, se integraron Pía Rudloff y Leo Gálvez, para el montaje más exitoso del TIC, en términos de funciones, giras y cantidad de público: Cecé y La Petición de Mano. No queremos olvidar a Evaristo Cid, tramoya a toda prueba. El 85 -sin Pía, lamentablemente- el Tic encabeza a un grupo selecto de actores valdivianos para montar el ya mítico Calígula, culminando cuatro años casi milagrosos.
Los años siguientes seguimos su trayectoria como el querido "Tío Mario", así como también en su nuevo montaje de Petición de Mano, interpretando a su inolvidable "Varguitas".
Descansa en Paz, querido Mario, que mientras haya niños que te recuerden y sigas siendo uno más del TIC pervivirás en la memoria de todos aquellos muchos que te amaron.
El Tic se reúne para abrazarte más allá de la vida.
Pía Rudloff, Juan Ossa, Leo Gálvez y Roberto Matamala
Propuesta Constitucional
Sin duda a estas alturas una campaña puede incomodar y disgustar a muchos chilenos, quienes -entre los que me incluyo- nos encontramos agotados con el tema constitucional, que ha ocupado gran parte de la contingencia política de los últimos diez años.
Al respecto, cómo olvidar el estrés que significó enfrentar la propuesta constitucional del año pasado, elaborada por una Convención que no fue capaz de empatizar con las reales necesidades de la gente.
En lo personal, termino este camino tranquilo y confiado en el trabajo realizado, convencido de hacerlo en beneficio del ciudadano, de su familia y de sus derechos a pesar de haber asumido hasta el día de hoy, una incómoda posición respecto del origen de este proceso, que nos ha llevado a durísimos cuestionamientos.
Para algunos el texto no contiene todo lo deseado; para otros, eso sería un imposible. Sin embargo, lo realmente cierto es que existe una propuesta, concreta, de Constitución moderna capaz de otorgar certezas.
No hemos quedado todos contentos, pudiendo haber ido por mayor reducción de escaños parlamentarios, por eliminación completa del impuesto territorial, por quorum de reforma del texto por 2/3, por la consagración constitucional de la frase "todo ser humano es persona" o por la consagración de la justicia militar, lo que no ha ocurrido, pues, parte importante de la vida democrática se ejerce bajo ciertas tolerancias, que permitan un mínimo de entendimiento.
El próximo 17 de diciembre se vota esta propuesta, que pretende cerrar este largo proceso al que hemos estado sometidos como país. Hija de las inseguridades de la época que estamos viviendo y heredera de un alto fraccionamiento político que no puede resolver por sí mismo el congreso, al tener éste el carácter de incumbente.
La propuesta del texto que se someterá a votación no solo amplía el catálogo de garantías constitucionales en favor del ciudadano, sino que además propone una regulación más exigente a los partidos políticos, sancionando a los parlamentarios electos con la perdida de su escaño si renuncian a su partido; proponiendo disposiciones anti fragmentación para que los partidos puedan tener derecho a escaños parlamentarios en el Congreso si cumplen con umbrales porcentuales de representación política respecto de la última elección de diputados; proponiendo una mejora proporcional de representación en cada distrito electoral, con un mínimo de 2 diputados y un máximo de 6; proponiendo un marco de seguridad integral, que le ha otorgado un capítulo independiente a las FFAA, como así mismo a las Fuerzas de Orden y Seguridad Pública, reconociendo la tradición uniformada de Carabineros de Chile y la creación de una Policía Fronteriza para aplacar el grave problema migratorio que nos aqueja, además de la creación de la Defensoría de las Víctimas y de la Fiscalía Supraterritorial.
Cómo no mencionar los avances propuestos en materia de descentralización regional que tanta falta nos hace, las limitaciones al nepotismo en los nombramientos de notarios y conservadores y las propuestas en materia de medio ambiente y sustentabilidad, entre muchas otras que transformarán al país en un Estado moderno, dejando atrás finalmente años de inestabilidad política.
Jorge De la Maza Schleyer Ex Consejero Constitucional por la Región de Los Ríos