Imagine una ciudad en donde todas las familias se movieran en automóvil particular. Eso en nuestra comuna significaría tener más de 60.000 autos en circulación diaria.
Lo cierto es que no sería viable, el caos y la congestión reinarían en todos los rincones de la ciudad.
Y si bien es un dato obvio, lo contradictorio es que todas las familias aspiramos a tener un automóvil, ya que lo vemos como la forma más cómoda y rápida para moverse. Quien no tiene auto, en su mayoría es porque no puede costearlo, no porque no lo desee. Y ahí tenemos un serio problema que debe asumirse como una política pública.
Soy una convencida que tenemos que promover usos diversos para transportarse, siendo urgente priorizar el mejoramiento y buen uso de las ciclovías y la construcción de espacios peatonales, sobre todo en la zona céntrica, como ya lo han hecho ciudades modernas.
No obstante, esa no es la solución para la gran mayoría. Soy una usuaria frustrada del transporte público, con una hija y bolsos a cuesta, más la lluvia diaria, comúnmente es una mala experiencia que, a mí como a miles de familias, nos hicieron aspirar a movernos más cómodamente en auto.
El problema es que, si cada uno busca resolverlo de manera individual, vamos directo a ser una ciudad que no funcione. ¿Entonces cuál es la tarea más urgente? Trabajar por mejorar el transporte público, a la vez que realizamos medidas de educación, respetar las normas y buscar otras alternativas de transporte, algo que debemos intencionar, pero que solo resultará si el transporte público se transforma en mejor opción.
No es tarea fácil, pero estamos solicitando al Gobierno prioridad en ello y trabajando juntos en dicha tarea.
Sistema de Pago electrónico en las micros, electro movilidad, estrategias de capacitación para choferes y más recorridos, junto a un sistema multimodal, son algunos de los ejes prioritarios que estamos empujando.
Valdivia puede ser ejemplo de cómo superar el problema que genera la congestión vehicular y el aumento de los índices de accidentes, pero si no lo tomamos en serio, año a año aumentarán, pudiendo estar condenados a ser una ciudad fallida, como tantas en Chile y el mundo.
No queremos eso para nuestra hermosa Valdivia y estamos trabajando para evitarlo, para lo que necesitamos el apoyo de todos y todas.