Abordar la violencia intrafamiliar
Este flagelo que afecta a todos los sectores requiere de coordinaciones y múltiples esfuerzos para ser desterrado. El aumento en las denuncias puede deberse a que las mujeres se están atreviendo a denunciar porque hay mayor confianza en las instituciones.
La violencia intrafamiliar está definida por ley en nuestro país y corresponde a todo maltrato que afecte la vida o la integridad física o psíquica de quien tenga o haya tenido la calidad de cónyuge del ofensor o una relación de convivencia con él. Además, también es violencia familiar aquella que se ejerce contra parientes tales como padres, madres, hijos, hijas, hermanos, abuelos, nietos, tíos, sobrinos, etcétera.
Se da además cuando esta conducta ocurre entre los padres de un hijo común o sobre un menor de edad, una persona adulta o una con discapacidad que se encuentre bajo el cuidado o dependencia de cualquiera de los integrantes del grupo familiar.
Otro punto importante es que las conductas que se sancionan son variadas, ya que se incluyen la vulneración de la autonomía económica de la mujer o la vulneración patrimonial, o de subsistencia económica de la familia o de los hijos. Se da esa figura en el incumplimiento reiterado del deber de proveer alimentos, que se lleva a cabo con el propósito de ejercer control sobre la mujer o sobre sus recursos económicos o patrimoniales, o para generar dependencia o un menoscabo de dicho patrimonio o el de sus hijos o hijas.
Diversos estamentos judiciales han confirmado un alza en los casos de violencia intrafamiliar en los últimos años, lo que puede deberse a que las mujeres están confiando más en las instituciones y atreviéndose a denunciar. Asimismo, las estadísticas revelan que es necesaria la coordinación entre las diversas instituciones para abordar el tema, por lo que cualquier esfuerzo que se haga en esa dirección apunta en la dirección correcta para enfrentar, controlar y ojalá terminar con un mal muy asentado en nuestra sociedad.