Cobardes asesinatos
Los asesinatos del sargento primero Carlos Cirternas Navarro, cabo primero Sergio Arévalo Lobos y cabo primero Misael Vidal Cid, precisamente un 27 de abril, en día, lugar y hora acuciosamente planificados, constituye una acción criminal, en donde se utilizaron recursos materiales y humanos suficientes para concretar la acción homicida.
Max Weber, en el año 1919, en su libro "El político y en científico", expresó: "El Estado es el único capaz de usar legítimamente la fuerza", pero ¿qué pasa cuando el Estado no quiere o no se atreve a usar la fuerza? Sin duda, deja un vacío que es ocupado por otros que la usan ilegítimamente, es el caso del Chile de hoy.
Preocupa a la ciudadanía, si estos alevosos homicidios constituirán o no un punto de inflexión para que el Estado de Chile ejecute acciones acertadas en su lucha contra el crimen organizado y el terrorismo. Hechos similares ocurridos en los últimos años nos llevan a ser pesimistas sobre este aspecto. Habrá muchas caras de tristeza, discursos, declaraciones de buenas intensiones y acciones legales "contra los que resulten responsables", pero al igual que otros asesinatos, todo el espectro político lo olvidará prontamente, no así las viudas y los huérfanos.
Ojalá que la muerte de estos tres nuevos mártires de carabineros no sea en vano y que lleve a las autoridades a reflexionar y dejar de lado sesgos ideoligizados que les impiden a actuar decididamente contra la delincuencia, pues ahora más que nunca la ciudadanía clama por más seguridad y un Chile con mejor calidad de vida.
Iván Stenger Larenas
Enfrentar la violencia
Los elevados índices de violencia, delincuencia y homicidios, así como la proliferación de una gama de delitos más violentos, ligados a organizaciones criminales, es un escenario sin precedentes en el país. En muchos aspectos, pareciera ser que como sociedad hemos olvidado las condiciones básicas de lo que significa vivir en comunidad, que para muchos es posible transgredir todos los límites e ignorar el valor de la vida humana. En términos del filósofo Thomas Hobbes, nos encontramos con variables que nos acercan al borde de un estado de naturaleza, donde se genera una guerra de todos contra todos y la seguridad es inexistente.
Uno de los ingredientes para este escenario, es que hace sólo un par de años sectores importantes de nuestra sociedad validaron la violencia y el odio irracional contra los uniformados, en el contexto del "estallido social". La máxima expresión de esto fue el "perro matapacos".
En estas últimas semanas hemos visto cómo el avance del crimen organizado ha tomado la vida de carabineros que cumplían con su compromiso de defender el orden civil. Por esto el brutal asesinato de tres funcionarios uniformados en Cañete es tan doloroso, porque no sólo impacta desde lo emocional, sino que lleva a cuestionar qué estamos haciendo como país para evitar que esto se repita o se transforme en parte del paisaje. ¿Defenderemos con decisión sus derechos humanos? ¿Los protegeremos también a ellos de los terroristas y los criminales?
Es necesario que resguardemos adecuadamente la labor de Carabineros, su rol dentro del Estado de Derecho, así como su humanidad y dignidad como personas, antes de que la falta de medidas drásticas contra los violentistas comprometa definitivamente nuestro futuro.
Constanza Escobar Cárdenas, Universidad del Alba.
Responsabilidades
Las recientes declaraciones de la ministra de Seguridad de Argentina, Patricia Bullrich, sobre la eventual presencia en territorio nacional del grupo terrorista Hezbolá son preocupantes, considerando su historial de atentados terroristas y sus vínculos con Irán.
Si bien Bullrich le afirmó a la ministra Tohá que "no hay elementos de amenaza" para nuestro país, no podemos pasar por alto la posible presencia de un grupo terrorista chií en Iquique a través de Bolivia. Resulta sorprendente que la ministra Tohá, encargada de la seguridad del país, no haya tenido conocimiento previo de esta situación.
Del mismo modo, es cuestionable que no haya dimensionado el potencial riesgo que esto podría representar para nuestra seguridad interna. De ser verídicos los antecedentes que Bullrich le entregará a Tohá, la ministra debería asumir su responsabilidad y cuestionar su permanencia en el cargo.
Esto demostraría, a través de hechos graves, que es incapaz de velar por la seguridad interna del país y que su trabajo lo delega en colegas de otros países de la región.
Adriano Ventura C.